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El mundo|Miércoles, 9 de febrero de 2011
Carmen Aristegui fue despedida de su programa por presuntas presiones del gobierno de Calderón

Callan a una periodista en México

Aristegui pidió en su espacio radial que la presidencia mexicana respondiera si es que el mandatario tiene problemas con el alcohol. La cronista le dedica horas de aire a temas como la concentración de los medios y la pederastia de los curas.

Por Gerardo Albarrán de Alba
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La empresa MVS la despidió aduciendo que no respetó el código ético.

Desde México, D. F.

De la noche a la mañana, la voz más reconocida de la radio en México fue acallada. Entre el viernes y el lunes pasados, la imagen y el espacio radiofónico de la periodista Carmen Aristegui fueron borrados de la empresa MVS por presiones de la presidencia de la República, lo que fue considerado por analistas y los dirigentes nacionales de los opositores PRD y PT como un acto de censura y represión gubernamental.

El viernes 4, Aristegui informó sobre una manta desplegada por un grupo de legisladores del PT en la Cámara de Diputados en la que aparecía una foto del presidente Felipe Calderón rodeado de botellas de alcohol y la pregunta: “¿Tú dejarías conducir a un borracho tu auto? No, ¿verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir el país?”. El zafarrancho que siguió obligó a suspender la primera sesión cameral del año, luego de que los diputados del oficialista PAN abandonaron el recinto.

Los rumores sobre el supuesto alcoholismo de Calderón lo acompañan desde que inició su administración y se reforzaron a finales de agosto de 2008, cuando se cayó de una bicicleta y se fracturó el hombro izquierdo. Fue la comidilla. Las siguientes semanas apareció en actos públicos con el brazo en cabestrillo.

Al finalizar la noticia, Aristegui consideró “muy grave” el señalamiento de los legisladores de oposición y sugirió que “la propia presidencia de la República debería dar una respuesta nítida, formal, al respecto”. Y lanzó la pregunta al aire: “¿Tiene o no problemas de alcoholismo el presidente de la República?”.

El lunes, sin mediar aviso, Aristegui fue sustituida por un locutor. Pasaron casi tres horas de transmisión antes de que la empresa MVS insertara un comunicado en el que oficializó la salida de la periodista por una “trasgresión del código ético” de la radiodifusora. Al finalizar el noticiero, en un segundo comunicado, MVS dijo que Aristegui había pasado un rumor como noticia y se había negado a ofrecer una disculpa pública que le exigió la empresa.

Aristegui acababa de cumplir dos años al frente del noticiero matutino de MVS. El suyo era el rating más alto de los noticieros matutinos en México, con 0.62 punto. En 2008 había salido también de la estación WRadio, propiedad de Televisa y el español Grupo Prisa, editora del diario El País, y permaneció un año sin espacio radiofónico, aunque conservó su programa en CNN en Español. Ahora, la propia cadena estadounidense ha confirmado que Aristegui “seguirá con nosotros”.

Periodista incómoda, Aristegui se ha distinguido por dar amplios espacios al aire a temas como la concentración de la propiedad de los medios electrónicos, una canonjía del gobierno federal; la pederastia de los curas en México (particularmente el caso de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, encubierto por el Vaticano), y los asesinatos y las violaciones de derechos humanos cometidos por las fuerzas armadas a partir de que Calderón las sacó a la calle para su guerra al narcotráfico.

Versiones en el interior de MVS filtraron desde el domingo que la presidencia de la República presionó a la empresa para deshacerse de Aristegui. MVS aspira al refrendo de sus concesiones en la banda 2.5 Ghz, una de las más valiosas para el Internet en banda ancha, de las cuales posee 190 Mhz. La posibilidad de conservar sus concesiones depende de la discrecionalidad del Poder Ejecutivo que encabeza Felipe Calderón.

Por la tarde del lunes, la vocera presidencial negó que la administración de Calderón haya intervenido en el despido de la periodista, pero confirmó que durante el fin de semana supo que ocurriría. “No interferimos en lo absoluto para que MVS tomara la decisión que tomó. Es una decisión que tomó la empresa y nos la comunicaron una vez que fue tomada”, declaró a CNN la vocera Alejandra Sota.

MVS justificó el despido de la conductora en un escueto comunicado: “El pasado viernes 4 de febrero, la periodista Carmen Aristegui dio por válida una presunción, transgrediendo nuestro código de ética, y al negarse a ofrecer, como lo solicitó la empresa, una disculpa pública, decidimos dar por terminada nuestra relación contractual”.

Paradójicamente, fue la propia Aristegui quien forzó a MVS a aceptar un código ético del que carecía, como condición para integrarse a ese grupo radiofónico, luego de permanecer un año fuera del aire, a raíz de otro caso de censura, pero con la empresa WRadio, de Televisa.

La Asociación Mexicana de Derecho a la Información condenó el despido de Aristegui. “La presidencia de la República tenía derecho a difundir una aclaración. Pero ni el gobierno, ni la empresa, lo tenían para obligar a la periodista a ofrecer una disculpa. Al preferir la vía de las presiones privadas, en vez de las aclaraciones públicas, el gobierno reedita los peores tiempos de las relaciones autoritarias entre el poder político y los medios de radiodifusión”, juzgó la organización.

Al mediodía del lunes, un centenar de personas realizó una concentración en las instalaciones de MVS para protestar por el despido de la periodista y llamar a un boicot contra la radiodifusora. La percepción sobre el supuesto alcoholismo del presidente Calderón fue evidente en una manta: “¡Extra, extra! Borracho atropella a periodista Carmen Aristegui!”.

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