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El mundo|Jueves, 7 de julio de 2011
Alfredo Nascimento había sido denunciado de formar parte de una red de corrupción

Cayó el ministro de Transporte brasileño

Una vez difundida la denuncia el sábado en una revista, la presidenta apartó del ministerio a dos funcionarios de segunda línea y suspendió las licitaciones. Ayer fue el turno del ministro, presidente de un partido aliado.

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Alfredo Nascimento, segundo ministro en renunciar por acusaciones de corrupción.

Seis meses y seis días después de haber asumido, la presidenta Dilma Rousseff perdió al segundo ministro de su gabinete. Ayer se supo que el ministro de Transporte, Alfredo Nascimento, había presentado su renuncia irrevocable al verse envuelto en una serie de denuncias por supuesta participación en una red de corrupción. Los motivos de la dimisión se dieron a conocer a la prensa brasileña en un comunicado difundido por ese ministerio. “Nascimento decidió pedir a la Procuraduría General la apertura de una investigación con el fin de colaborar espontáneamente en el esclarecimiento cabal de las sospechas en torno de la actuación al frente de la cartera de Transporte”, informó el ministerio en un comunicado.

El ex ministro dio su autorización para que se levantara el secreto bancario y fiscal que pesaba sobre él y se puso a disposición de la Procuraduría. “Nascimento va a prestar la colaboración que fuera necesaria en la dilucidación de los hechos”, señala el comunicado. En otro apartado el texto adelanta que el ahora ex ministro regresará a su bancada en el Senado y a la presidencia del Partido de la República, uno de los aliados del gobierno. “Nascimento va a participar activa y personalmente de cualquier procedimiento investigativo”, agrega el texto.

La revista Veja denunció el sábado pasado el armado de una supuesta red de corrupción en la contratación de obras públicas. Una vez difundida la denuncia, la primera medida de Rousseff fue apartar de sus cargos a Luiz Antonio Pagot y José Francisco das Neves, dos funcionarios del Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes (DNIT) y de Ingeniería, Construcciones y Ferrovías (Valec). Ambos eran una suerte de brazos operacionales del ministerio. Pagot, que fue designado por el ex presidente Luiz Lula da Silva, pretende mantenerse en el cargo pese al apartamiento dispuesto por la mandataria brasileña.

En los últimos días, la presidenta dio más instrucciones y ordenó que se suspendieran todas las licitaciones de proyectos, obras y servicios de las dos reparticiones, salpicadas por las sospechas, por el término de 30 días. Ideli Salvatti, ministra de Relaciones Institucionales, se reunió ayer con los referentes políticos que forman la base en la que se apoya el gobierno de Rousseff. Ese acercamiento buscó evitar que se desatara un conflicto interno con la cúpula del Partido de la República, que pretende mantener una conducción autónoma al frente del Ministerio de Trabajo.

La primera baja en el gabinete de Rousseff se produjo en junio, cuando Antonio Palocci, por entonces jefe del Gabinete Civil, se vio obligado a abandonar su cargo luego de que trascendiera información sobre su patrimonio. Se cree que sus ingresos habrían aumentado al menos 20 veces en los últimos cuatro años, y las sospechas apuntan a que ese incremento se habría producido por manejos ilícitos.

Antes de presentar su renuncia, Nascimento tenía previsto concurrir el próximo martes a las audiencias de las comisiones de Servicios de Infraestructura y la de Medio Ambiente en el Senado, y a una sesión en la Cámara de Diputados. Algunos analistas de Brasil calculan que ante una oposición fracturada y herida, este alejamiento difícilmente provoque un cataclismo político en la gestión de Rousseff, quien ya perdió dos ministros desde su asunción en enero. Nascimento había asumido al frente del Ministerio de Transporte en 2007.

En manos de Rousseff estuvo el control de los programas de aceleración del crecimiento, una de las victorias esgrimidas en el segundo gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Entre sus principales logros, ese plan contempló la construcción de carreteras y ferrocarriles. De hecho, uno de los grandes legados del líder del PT fue la realización del ferrocarril Norte-Sur, que uniría el norte del país con los puertos de San Pablo y Río de Janeiro.

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