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El mundo|Jueves, 4 de agosto de 2011
El ex dictador egipcio declaró en el primer día del juicio; podría enfrentar la pena capital

Negó Mubarak los cargos desde la camilla

“Yo no cometí esos crímenes”, dijo el veterano dirigente rodeado de los demás acusados, entre ellos sus dos hijos. Mubarak está siendo juzgado por la muerte de 850 manifestantes en febrero pasado y por enriquecimiento ilícito.

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La televisión estatal egipcia mostró a Mubarak declarando desde la cama dentro de una jaula de metal.

En el primer día de su juicio, el ex dictador egipcio Hosni Mubarak negó ayer todos los cargos en su contra, recostado desde una camilla. El octogenario líder enfrenta acusaciones que podrían llevarlo a la horca por la sangrienta represión de la revuelta que lo derrocó, tras semanas de manifestaciones multitudinarias en plaza Tahrir, y por haberse enriquecido en sus casi 30 años en el poder. “Niego todos los cargos de la acusación”, dijo Mubarak, de 83 años, con voz firme desde la camilla en la que fue trasladado a la sala del juicio, el cual se realiza en una academia de policía en las afueras de El Cairo. La última vez que Mubarak había visitado ese destacamento para brindar un discurso ante policías –hace seis meses– fue 48 horas antes de que se encienda la mecha de la Primavera Arabe en Egipto, como una réplica de lo sucedido en Túnez. En esa oportunidad, una marquesina con su nombre adornaba la puerta del lugar. Ayer, el cartel había sido arrancado y el atril que ocupaba el presidente había sido reemplazado por una jaula de metal desde donde Mubarak declaraba en su cama. El traje de seda que vestía seis meses atrás fue reemplazado por la camisa blanca de presidiario.

“Yo no cometí esos crímenes”, dijo rodeado de los demás acusados, entre ellos sus dos hijos, según imágenes de la TV estatal egipcia que transmitió el juicio en directo y mostró las primeras imágenes de Mubarak desde el 10 de febrero, cuando brindó un desafiante discurso negándose a dimitir. El presidente del tribunal inauguró la sesión y pidió a los 600 asistentes mantenerse tranquilos. El juicio contra el ex presidente egipcio se reanudará el próximo 15 de agosto, según anunció el magistrado encargado del caso, Ahmed Refaat, quien explicó que Mubarak permanecerá internado hasta entonces en un centro hospitalario en las afueras de El Cairo. El juez afirmó además que el tribunal volverá a reunirse hoy para examinar el caso del ex ministro del Interior Habib al Adli.

Mubarak, quien gobernó Egipto tres décadas en estrecha alianza con Estados Unidos, está acusado de haber ordenado las casi 850 muertes que se produjeron durante la represión de los 18 días de manifestaciones que desembocaron en su caída, así como por abuso de poder y enriquecimiento ilícito. El ministro de Justicia egipcio, Mohamed al Guindi, dijo este año que Mubarak podría ser condenado a muerte si es hallado culpable de ordenar la represión. En una señal de las pasiones que genera el juicio, defensores y detractores del ex presidente se enfrentaron afuera del edificio donde funciona el tribunal, y al menos 53 personas resultaron heridas, según fuentes del Ministerio de Salud.

Mubarak es el primer gobernante árabe en comparecer ante una Corte para ser juzgado desde el inicio de las revoluciones árabes iniciadas en enero. El ex dictador tunecino Zine al Abidine Ben Ali, quien fuera el primer líder árabe en ser derrocado y vive asilado en Arabia Saudita, fue condenado en ausencia a un total de 50 años de cárcel en dos juicios distintos celebrados en Túnez en junio y julio.

Debido a su delicado estado de salud, se desconocía si Mubarak, quien se encuentra internado en un hospital desde abril, estaría en el juicio. Además del ex presidente, en el mismo proceso se juzga al ex ministro del Interior Habib al Adli y a seis ex altos cargos de su ministerio.

Los hijos de Mubarak, Gamal y Alaa enfrentan cargos por corrupción y abuso de poder en este juicio. Luego de su renuncia, Mubarak se retiró a su mansión en Sharm el Sheij, a orillas del Mar Rojo, para luego ingresar en un hospital de lujo, donde se encontraba bajo arresto. Un helicóptero con el cuerpo médico lo trasladó desde Sharm el Sheij y aterrizó en el aeropuerto en Almaza, en las afueras de El Cairo. Mubarak fue llevado en ambulancia hasta el edificio del juicio. Se trata de la primera vez que un mandatario egipcio es juzgado.

El juicio responde, al menos parcialmente, a un creciente clamor de justicia entre muchos egipcios, no sólo por los 850 muertos en la revuelta sino también por 29 años de gobierno autoritario durante los cuales se torturó a disidentes, reinó la corrupción, se extendió la pobreza y se silenció el disenso político.

Para los partidarios, el proceso es una afrenta contra un hombre al que consideraban sinónimo de la estabilidad. El juicio fue fruto de intensas presiones populares sobre la junta militar que tomó el poder tras la salida de Mubarak.

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