Las mentiras tienen patas cortas. El senador demócrata John Rockefeller pidió ayer que la policía federal de EE.UU. (FBI) investigue el origen de los documentos falsos con los que el gobierno de Washington trató de demostrar que Irak tiene un programa de armas nucleares. En una carta al director del FBI, Robert Mueller, Rockefeller dijo que la investigación “debería al menos disipar las preocupaciones” acerca de si el gobierno de EE.UU. estuvo implicado en creación de esos documentos. “Hay una posibilidad de que la creación de estos documentos pueda ser parte de una campaña más amplia de engaños dirigidos a manipular a la opinión pública y la política exterior acerca de Irak”, afirmó Rockefeller (Virginia Occidental), que es el demócrata de más rango en el Comité de Inteligencia del Senado.
Los papeles señalaban que Irak había intentado comprar uranio en Níger, y EE.UU. los presentó como prueba para defender su postura contra el régimen de Bagdad ante el Consejo de Seguridad de la ONU. El director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OiOiea), Mohamed El Baradei, anunció el pasado día 7 que los documentos eran falsos, algo que reconoció Washington el pasado día 9. El secretario de Estado Colin Powell señaló que los documentos procedían de un tercer país, cuyo nombre no reveló, y aseguró que Washington los empleó con buena fe y que EE.UU. no participó “de ninguna manera” en una falsificación. En su carta divulgada a la prensa, Rockefeller pide que el FBI investigue el origen de los documentos, así como por qué las agencias de inteligencia de EE.UU. no averiguaron antes que eran falsos, y cuáles pueden ser los autores de la falsificación. El senador pidió también a la policía federal que averigüe si esos papeles pueden ser parte de una campaña de desinformación a gran escala.
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