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El mundo|Viernes, 14 de octubre de 2011
EN IRAN, EL GOBIERNO VOLVIO A RECHAZAR DE MODO ENFATICO LA ACUSACION ESTADOUNIDENSE

Obama insistió con la teoría del complot

El presidente norteamericano dijo que no existían dudas sobre la responsabilidad de Irán en el supuesto atentado fallido al embajador saudita en Washington. Sin embargo, no dio los nombres de quienes estarían implicados.

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“No sacaríamos adelante este caso si no supiéramos cómo sostener el contenido de la acusación.”

El presidente de Estados Unidos dijo ayer que no existían dudas sobre la responsabilidad de Irán en el supuesto atentado fallido al embajador saudita en Washington. “No sacaríamos adelante este caso si no supiéramos exactamente cómo sostener todos los datos contenidos en la acusación”, dijo Barack Obama en una conferencia de prensa, secundado por el presidente de Corea del Sur, Li Myung-Bak. “Lo primero que debemos hacer es asegurarnos de procesar a los individuos mencionados en el informe”, afirmó el mandatario. Obama describió el plan para atentar contra la vida de Adel al Jubeir como un patrón de comportamiento “peligroso y temerario” del gobierno iraní. Sin embargo, el presidente no quiso dar nombres de los que supuestamente estarían implicados.

En Estados Unidos algunos expertos cuestionaron la veracidad de la versión oficial. Como Gary Sick, analista en temas de Medio Oriente de la Universidad de Columbia, citado por el diario The New York Times. “La supuesta cospiración suena a guión cinematográfico. Me cuesta creer, por ejemplo, que los iraníes confiaran en un criminal no islámico vinculado al narco para realizar una de sus misiones más sensibles”, señaló Sick.

La administración Obama insistió con su verdad. “No estamos preparados en este momento para dar detalles acerca de quién habló con quién y dónde, sólo confirmar que tuvimos contacto directo con Irán”, dijo Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. Desde esa cartera se afirmó que el contacto se produjo inmediatamente después de revelarse el supuesto plan de asesinato.

Por su parte, en Irán el gobierno volvió a rechazar de modo enfático las acusaciones estadounidenses. El ayatolá Ali Jamenei dijo que el supuesto complot fue urdido en Washington para distraer a los estadounidenses de sus propios problemas económicos traumáticos.

Durante una reunión con autoridades religiosas en la provincia occidental de Kermanshah, Jamenei pidió a los clérigos musulmanes que eviten caer en un plan estadounidense para dividir a chiítas y sunnitas. “La repetición de métodos ineficientes y estúpidos por parte de los políticos occidentales para esparcir la ‘iranofobia’ no tendrá resultado”, advirtió el ayatolá. Las palabras de Jamenei se produjeron en momentos en que el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, calificó como nueva campaña de propaganda las acusaciones estadounidenses. “La economía norteamericana está hecha trizas y los estadounidenses tomaron las calles para protestar contra las políticas de su gobierno, por lo que ellos necesitan una forma de escape y eso es exactamente lo que hacen ahora”, dijo el alto funcionario.

Por su parte, Arabia Saudita dijo que hacía responsable a Irán por cualquier daño que pudiera sufrir. “Cualquier acción en nuestra contra tendrá una respuesta acorde”, dijo desde Viena el ministro de Relaciones Exteriores saudita, Saud al Faisal.

La Liga Arabe condenó ayer el supuesto atentado planeado por Irán en un comunicado. “Estos actos que violan los valores religiosos y los principios humanos, minan los esfuerzos para promocionar la paz y la seguridad internacionales y la estabilidad en Medio Oriente”, decía la circular difundida en El Cairo. En Londres, el secretario de Asuntos Exteriores, William Hague, dijo a la Cámara de los Comunes que el supuesto complot constituye una importante escalada en el patrocinio de Irán al terrorismo fuera de sus fronteras. “Inglaterra está en estrecho contacto con las autoridades estadounidenses para acordar una respuesta internacional junto a Washington, el resto de la Unión Europea y Arabia Saudita”, aseguró Hague. En ese sentido, el subsecretario del Tesoro norteamericano, David Cohen, dijo que Estados Unidos seguirá buscando nuevas formas de desgastar la economía iraní. En un informe al comité bancario del Senado, dijo que las medidas contra Teherán podrían incluir la imposición de costos adicionales y restricción del comercio.

Estados Unidos ya impuso sanciones a Irán por su programa nuclear que, según Cohen, aísla financiera y comercialmente al régimen de Ahmadinejad. Cohen dijo que las sanciones impuestas le dificultan la atracción de inversores a Irán, y que le provocarán pérdidas por 14 mil millones de dólares en contratos petroleros para 2016.

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