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El mundo|Jueves, 10 de noviembre de 2011
Los votantes del estado industrial voltearon una reforma laboral

Derechos sindicales para Ohio

El referéndum en el estado emblema del cordón industrial derrotó por amplio margen una ley estatal que limitaba en mucho las negociaciones colectivas de los derechos de sector de los sindicatos. Proyección al 2012.

Por Rupert Cornwell *
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Obama tuvo buenas y malas noticias en las elecciones estatales. Ohio en la mira de todos.

Desde Washington

Los votantes de Ohio han votado en contra de una ley estatal que frenaba los derechos sindicales –en una serie de reveses para las iniciativas conservadoras en todo el país, que podría ser un gran aliciente para Barack Obama y los demócratas, menos de un año antes de las elecciones presidenciales–. El referéndum de Ohio, en una medida que limitaba en mucho las negociaciones colectivas de los derechos de sector de los sindicatos, era el resultado observado más de cerca en la elección de la noche del último martes, en un estado clave, pendular, que a menudo decide el resultado de las elecciones presidenciales.

La ley fue rechazada por un margen de 62 a 38 por ciento. Pero los analistas advirtieron ayer que, dado el bajo número de electores en esas elecciones (aquellas que tienen lugar en un año en que no hay elecciones presidenciales), el resultado no garantizaba que Obama saliera victorioso en un estado en que prevaleció por un margen de sólo 4,6 por ciento en 2008 y uno que nuevamente podría ser oscilante en las elecciones del próximo noviembre para la Casa Blanca.

No obstante, representa un muy necesario éxito para el movimiento sindical, una importante fuente de financiamientos y organizaciones de base para los demócratas, pero cuya influencia y cantidad de miembros ha disminuido en los últimos años.

“Ohio envió un mensaje a cada político ahí afuera; vayan y hagan la guerra en favor de sus empleados en lugar de hacerla a favor de los empleadores”, dijo un jubiloso Richard Trumka, presidente de la confederación laboral AFL-CIO. Pero, más importante, la derrota de los republicanos en Ohio puede ser otra señal, a continuación del surgimiento del movimiento A Ocupar Wall Street: después de un agudo giro a la derecha en las elecciones del año pasado, el péndulo político podría oscilar nuevamente hacia la izquierda. El resultado alentó a los demócratas a creer que pueden recuperar el terreno perdido en otros estados muy peleados en el Medio Oeste industrial, después de la paliza de 2010.

Cuando se conocieron los resultados del referéndum, John Kasich, el gobernador republicano de Ohio, que había hecho una campaña implacable en apoyo de la ley, reconoció que los votantes “pueden haber dicho que era demasiado, demasiado pronto”. Estas palabras, de acuerdo con muchos comentaristas, resumían la lección global de la noche para los republicanos: no sean demasiado ambiciosos, manténganse simples y enfocados en los problemas básicos de la dificultosa economía. Esto significaba, ante todo, desempleo.

Ese también parecía ser el mensaje de los votantes en Mississippi cuando rechazaron una iniciativa amargamente controvertida, promovida por los conservadores sociales, que han declarado ilegal no sólo el aborto, sino ciertas formas de contracepción, al declarar que la vida humana comenzaba en el momento de la concepción.

Otro contratiempo para la extrema derecha ocurrió en Arizona, cuando los votantes de una elección revocatoria especial derrocaron al senador estatal Russell Pearce –un ídolo del movimiento antigobierno del Tea Party y un importante actor detrás de la draconiana ley antiinmigración del estado, aprobada en 2010, que ahora está siendo desafiado en las Cortes federales–. “Si ser revocado es el precio por mantener las promesas hechas, entonces que sea así”, dijo Russell después de ser derrotado por Jerry Lewis, un republicano moderado.

Pero no todas fueron malas noticias para los republicanos. En Virginia, el partido parecía estar al borde de tomar el control total de la Legislatura del estado –lo que no son buenas noticias para Obama–. Virginia es otro estado pendular, que en 2008 fue ganado por los demócratas por primera vez desde que Lyndon Johnson se postulara para presidente, en 1964.

Y aunque los republicanos perdieron en el tema de la ley laboral, ganaron otro referéndum en Ohio declarando inconstitucional parte de la ley del presidente Obama de 2010 sobre la asistencia médica: el tema ahora tendrá que ser resuelto por la Corte Suprema de Estados Unidos.

Sorprendentemente, tampoco fue una mala noche para los oficialistas, a pesar del carácter virulento anti-Washington del electorado. En Kentucky, Steve Beshear, el gobernador demócrata, fue cómodamente reelecto, así como lo fueron los alcaldes en grandes ciudades como Filadelfia, Baltimore e Indianapolis.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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