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El mundo|Viernes, 25 de noviembre de 2011
EL GOBIERNO EGIPCIO LEVANTO UNA PARED DE CEMENTO EN PLAZA TAHRIR; SIGUE LA VIOLENCIA

La Junta Militar se amuralla en Egipto

Los líderes del gobierno egipcio dijeron que una renuncia inmediata a un gobierno civil representaría una “traición” del país. Justificando la pared, dijeron que no podían permitir que el ministerio estuviera amenazado.

Por Alastair Beach *
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Un clérigo musulmán arenga a los manifestantes durante la protesta en Plaza Tahrir.

Desde El Cairo

En una clara ilustración de la división que ahora separa a los manifestantes de El Cairo de la Junta Militar, ayer el ejército egipcio levantó una pared de bloques de cemento en la calle Mohamed Mahmoud, que sale de la Plaza Tahrir y ha sido el escenario de la peor violencia y que ha cobrado docenas de vidas esta semana.

“El Cairo se ha convertido en Berlín”, bromeaba un manifestante, Ibrahim Abdul Ghani, mientras miraba la pared, que bloquea una de las principales rutas de acceso al Ministerio del Interior. Tropas encargadas de otra vía principal que lleva al ministerio armaron barreras de acero y rollos de alambre de púa, lo que sugiere que el ejército está decidido a desactivar los prolongados choques en la calle que amenazan con desbaratar las elecciones.

Pero en una conferencia de prensa ayer, los miembros de la junta militar no hicieron mucho para calmar a los manifestantes, rechazando un pedido clave de aquellos que acampaban a la intemperie en la Plaza Tahrir, al decir que una renuncia inmediata a un gobierno civil representaría una “traición” al país. Justificando la pared, dijeron que no podían permitir que el ministerio estuviera amenazado.

Los líderes de la nación también dijeron que no habría demoras en las elecciones parlamentarias programadas para comenzar el lunes –a pesar de casi una semana de continuos disturbios que se han cobrado docenas de vidas–. “La elección se llevará a cabo a tiempo con todas las tres etapas tal como estaban programadas” dijo Maj-Gen Mamdouh Shaheen ayer en una conferencia de prensa. El aparente rechazo a cualquier traspaso de poder a un consejo civil –tres días después de que el mariscal Hussein Tantawi dijera que el ejército consideraría un referéndum sobre el tema– deja sin resolver uno de los principales escollos de esta crisis.

Maj-Gen Mukhtar el Mallah afirmó que renunciar al poder sería una “traición a la confianza depositada en nuestras manos por el pueblo”. “No renunciaremos al poder porque una multitud cantando slogans dijo que lo hicieramos”, añadió. “Estar en el poder no es una bendición. Es una maldición. Es una responsabilidad muy pesada.”

Ramy el Swissy, del Movimiento 6 de Abril –un grupo juvenil influyente que pidió la introducción de un gobierno interino civil–, dijo que los manifestantes se quedarían en la Plaza Tahrir hasta que los generales gobernantes hicieran más concesiones. “Nos aseguraremos de que no nos iremos hasta que se cumplan nuestras demandas”, le dijo a The Independent. Ayer, las destruidas calles del centro de El Cairo estaban tranquilas por primera vez desde el sábado, después de una tregua arreglada entre los manifestantes y la policía.

Pero la reciente cadena de violencia ha sido la peor desde que se derrocó al ex presidente Hosni Mubarak en febrero, cobrándose casi 40 vidas, según los grupos de derechos humanos. El ejército ofreció una disculpa por la muerte de tantos civiles. Pero ayer, las más importantes organizaciones de derechos humanos de Egipto denunciaron las “falaces declaraciones” de las autoridades y pidieron la renuncia de los oficiales de mayor jerarquía, incluyendo al ministro de Interior, general Mansour el Essawi.

“Las declaraciones del Ministerio del Interior incluían mentiras flagrantes negando que sus fuerzas tuvieran municiones vivas”, dijo la ONG en una declaración conjunta, añadiendo que la junta militar apoyó el uso de “violencia brutal” contra los manifestantes.

Las divisiones también surgieron dentro de los Hermanos Musulmanes, cuya ala política se espera que salga victoriosa en las próximas elecciones. Los importantes miembros de la organización se oponían a cualquier manifestación en la Plaza Tahrir, interesados en evitar cualquier cosa que pueda arruinar las elecciones parlamentarias del lunes y por lo tanto poner en peligro su apuesta al poder. Pero miembros de la Juventud de la Hermandad alegremente ignoraron a sus mayores mientras otros partidos políticos acusaron a la organización de oportunismo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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