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El mundo|Viernes, 9 de diciembre de 2011
Beijing quiere gestionar las inversiones en el Viejo Continente

La estrategia china para ayudar a Europa

Por Marcelo Justo
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La UE es el principal socio comercial de China.

Desde Beijing

Con los países de la Eurozona contra las cuerdas, China deshoja la margarita. La Unión Europea (UE) es su principal socio comercial, destino de un 23 por ciento de sus exportaciones y fuente de un creciente superávit comercial que pasó de 55.000 millones de euros en 2001 a 180.000 millones este año. Pero más que aventurarse en las arenas movedizas del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera con que la UE intenta acorazar al euro, China está utilizando diversos canales para promover una estrategia alternativa que consolide sus propios intereses económicos y diplomáticos. “China prefiere ayudar a Europa con la inversión que hagan sus compañías”, indicó el vicedirector de la Academia de Investigación Macroeconómica china, Wang Yiming, quien utilizó una llamativa metáfora para resumir la naturaleza de la intervención. “Más que una transfusión, Europa necesita mejorar su capacidad de producir glóbulos rojos.”

China tiene más de 400.000 millones de dólares en su Fondo Soberano, la China Investment Corporation, órgano estatal encargado de canalizar las inversiones de sus reservas de más de 3 billones de dólares, pero su director Lou Jiwei señaló en un reciente artículo en el Finantial Times que la UE necesita mucha más inversión en infraestructura que ayuda financiera en forma de bonos. “La UE necesita renovar su inversión en infraestructura con urgencia. Los fondos soberanos intentan invertir una buena parte de sus fondos hacia destinos con un buen rendimiento financiero a largo plazo. China hoy quiere no sólo actuar como contratista sino ser el gestor de estas inversiones”, indicó Jiwei, quien solicitó transparencia y facilidades europeas para la inversión. En la misma dirección apuntó el vicecanciller Fu Ying la semana pasada al aclarar que una intervención china en la crisis de la Eurozona tiene condiciones: la UE tiene que abrir sus puertas a la inversión. “Europa necesita cooperación china para superar sus dificultades. No se entiende entonces que haya tanta negatividad política para una relación que debería ser saludable y positiva para ambas partes”, señaló Fu Ying.

El Reino Unido, al borde de la recesión y buscando una alternativa al draconiano plan de ajuste de la coalición conservadora-liberal demócrata, es un puesto de avanzada de esta estrategia china. El Reino Unido planea invertir más de 310.000 millones de dólares en infraestructura en los próximos cinco años. En declaraciones al matutino China Daily, la vicedirectora de UK Trade and Investment, entidad estatal de promoción de la inversión, Susan Haird, se comprometió a garantizar la transparencia que China viene reclamando. “Creo que las compañías chinas pueden realizar un aporte muy importante en esta inversión en infraestructura que precisa el Reino Unido”, señaló Haird. Por las dudas, el gobierno chino puso en marcha una de sus armas favoritas en su “política de seducción”: los osos panda. En un nuevo capítulo de Diplomacia Panda, dos osos pandas –Yang Gang (brillo solar) y Tian Tian (dulce)– llegaron al zoológico de Edimburgo la semana pasada en un préstamo de diez años que busca allanar el camino a otros desembarcos de fondos “tian tian”.

¿Significa esto que está descartada la participación china en el Fondo de Estabilidad Europeo? El Consejo Europeo de Relaciones exteriores, un think tank paneuropeo, no descarta esta participación, pero la condiciona al tipo de escenario que ofrezca Europa a una dirigencia comunista “muy cautelosa a la hora de tomar decisiones”. En un estudio publicado a fines de noviembre, el Consejo consideró que si la UE muestra un frente coherente y un plan convincente euro-federalista, China “buscará por todos los medios prestar dinero”. Si, en cambio, el escenario es de debilidad y división interna, China evitará poner en peligro sus reservas, no sólo por su riesgo financiero, sino por su costo político interno. Un artículo esta semana en el matutino chino Global Times reveló una creciente aversión de la población a la ayuda a países regionales como Camboya o europeos pobres como Macedonia. “Mientras muchos chicos en Xinjiang sufren el invierno sin suficiente ropa, el gobierno se dedica a hacer estas donaciones. No lo puedo creer”, indicaba en una entrada de microblog un usuario que se identificaba como Mingmingyue. Con este panorama interno, al gobierno le resultará muy difícil justificar una ayuda financiera multimillonaria a la rica Europa.

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