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El mundo|Miércoles, 4 de enero de 2012
Mitt Romney, Rick Santorum y Ron Paul disputan en forma muy pareja el liderazgo de los conservadores

En Iowa empiezan las primarias para republicanos

Decenas de miles de votantes se reunieron en escuelas, gimnasios, iglesias y otros lugares para celebrar las asambleas comunitarias para seleccionar a los delegados que los representarán en la convención para elegir al candidato del partido.

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Romney firma material de campaña de uno de sus voluntarios en Iowa, primera estación de las primarias republicanas.

En la primera interna republicana del año que se llevaba a cabo entrada la madrugada de ayer (hora argentina), Mitt Romney, Rick Santorum y Ron Paul se disputaban palmo a palmo el liderazgo en Iowa. Romney, el candidato mormón que aparece como favorito para llevarse la nominación, se mostraba confiado en quedar bien posicionado en esta primera primaria aunque no necesariamente en llevarse la victoria.

Con una frenética serie de actos y apariciones mediáticas al inicio del año electoral en Estados Unidos, los precandidatos presidenciales republicanos quemaron ayer los últimos cartuchos en Iowa a horas de la primera interna para elegir al rival del demócrata Barack Obama.

Romney, ex gobernador de Massachusetts y magnate de las inversiones de riesgo, concentró su discurso en el presidente durante su última apelación a los votantes de Iowa. “Esta fue una presidencia fallida. Me pondré manos a la obra para volver a poner a trabajar a los estadounidenses”, dijo el mormón de 64 años, en un atestado salón de baile de Des Moines, capital de Iowa. Ayer por la tarde (horario de Iowa), decenas de miles de votantes se reunían en escuelas, gimnasios, iglesias y otros lugares para celebrar las asambleas comunitarias. Para los republicanos, el caucus marcó el arranque de una larga y costosa carrera estado por estado de la que surgirá el candidato presidencial que intentará sacar a Obama de la Casa Blanca en noviembre y frustrar su intención de gobernar un segundo mandato. Los candidatos con más chances de disputar a Romney la victoria en Iowa son el congresista veterano Ron Paul y el ex senador ultraconservador Rick Santorum. “Creo que cualquiera puede salir primero”, dijo el precandidato Newt Gingrich. Con la mira puesta en Romney, Gingrich, Santorum y otros precandidatos cuestionaron las credenciales conservadoras del mormón, y hasta predijeron que Obama lo destruirá en caso de ungirse como ganador definitivo de las primarias.

Santorum, de 53 años, se presentó ayer como un conservador confiable y el único capaz de resolver el problema de las desmesuras del gobierno. El precandidato hizo alusión a un intervencionismo estatal desmedido por parte de la administración Obama.

Ron Paul, un texano de 76 años partidario de un Estado pequeño y opuesto a las intervenciones militares y humanitarias en el extranjero, acusó ayer a sus rivales republicanos de apoyar una política exterior de engaño alrededor del mundo y de policía del mundo.

Romney dijo que confiaba que un triunfo o un segundo puesto en el caucus, seguido de una victoria en la interna de New Hampshire, dentro de una semana, y de otra en Carolina del Norte más adelante, le permitiría ganar la nominación lo suficientemente temprano como para dedicar sus energías a Obama. Un triunfo en Iowa puede propulsar una campaña débil o dar a algún favorito un aura adicional de invencibilidad que le permita canalizar hacía sí los dólares, los respaldos y la intención de voto de organizaciones, personalidades y gente común y determinar el resto de la contienda estado por estado.

El caucus de Iowa no selecciona directamente a los delegados que irán a la convención nacional de agosto próximo para nominar al candidato, pero su primacía en el calendario hace que sea seguido con atención y que los candidatos lo asuman como una prueba de su capacidad de organización y movilización del electorado. La gran maquinaria de campaña de Romney y el apoyo de figuras de talla del partido alimentan su imagen de ser el candidato, pero enfrenta dudas generales sobre si su conservadurismo es lo suficientemente consecuente como debería y nunca pudo juntar más del 30 por ciento de intención de voto a nivel nacional.

Los otros dos precandidatos que compiten en Iowa son el gobernador de Texas, Rick Perry, y la congresista Michele Bachmann. El restante precandidato republicano, el ex embajador en China Jon Huntsman, decidió no participar en Iowa y centrar sus esfuerzos en New Hampshire.

“Esta elección está lejos de haber terminado. Este es el capítulo inicial. Es la primera votación. Tenemos un largo camino por recorrer”, dijo Bachmann. Por su parte, Perry trató de levantar el ánimo a sus seguidores luego de magros resultados en las últimas encuestas de intención de voto. “Vamos a recuperar a Estados Unidos. De eso se trata esta elección. Es un momento poderoso en la historia estadounidense. Y ustedes están en la línea del frente”, dijo Perry ayer a partidarios en Des Moines. El 60 por ciento de los residentes de Iowa registrados como republicanos se define como evangélico. En la política estadounidense ese término se refiere a los votantes para los que la religión y cuestiones morales como la oposición al aborto y al matrimonio homosexual son determinantes. Con respecto al voto latino, los republicanos apuestan fuerte, pero al oponerse a una reforma migratoria de los aspirantes, los precandidatos no albergan muchas esperanzas de representar ese electorado.

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