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El mundo|Jueves, 5 de enero de 2012
El Reino Unido halló a dos culpables por la muerte del joven Lawrence

Un crimen racial que finalmente se resolvió

Por Marcelo Justo

A 18 años del asesinato del adolescente Stephen Lawrence, un crimen racial que conmovió al Reino Unido en los ’90, dos jóvenes fueron hallados culpables gracias a las pruebas aportadas por nuevos exámenes forenses. El rastro minúsculo de sangre de la víctima en la chaqueta de Gary Dobson y restos capilares en la ropa de David Norris fueron decisivos en el veredicto en la Corte Criminal de Old Bailey en Londres. La impecable investigación policial fue una manera de subsanar el catálogo de errores de la primera pesquisa que terminó con la misma Scotland Yard acusada de racismo institucional por una comisión investigadora.

Stephen Lawrence tenía 18 años cuando fue acuchillado cerca de una parada de autobús en Eltham, sur de Londres. La policía identificó a cinco hombres de entre 18 y 20 años como “principales sospechosos”, pero los errrores de la investigación terminaron en la imposibilidad de llevar el caso a la Justicia en 1993 y en la absolución de los cinco en el juicio que se llevó a cabo un año más tarde. Los fallos policiales llevaron a la formación de una comisión investigadora que en 1999 dio su propio veredicto sobre la Scotland Yard. Según la comisión, los errores no se debían únicamente a la negligencia o incompetencia profesional, sino a un “racismo institucional” que valoraba la importancia del crimen según el color de la piel de la víctima.

Las equivocaciones comenzaron minutos después del ataque cuando los policías que llegaron a la escena del crimen no se dieron cuenta de que había sido acuchillado y no procedieron a suministrarle los primeros auxilios. La investigación posterior no mejoró las cosas. El principal testigo del ataque sólo aportó el indetikit un día después del hecho. A pesar de que unas 20 personas nombraron a los atacantes en las primeras 48 horas, la policía tardó más de dos semanas en arrestarlos perdiendo pruebas forenses irrecuperables. La vigilancia encubierta de los sospechosos estuvo también plagada de errores. Los encargados no tenían cámaras que le permitieron registrar los movimientos de gente en torno de las casas. Entre las pruebas que se perdieron había dos de película: gente que salía de las casas llevando bolsas de basura con ropa.

El juicio tuvo que esperar a que en 2005 el Parlamento aprobara una reforma de la ley de “doble juicio” que impedía que una persona fuera juzgada dos veces por el mismo delito. Esta reforma permitió que otro crimen, el del adolescente Damiola Taylor, terminara con la condena de dos de los acusados utilizando similares técnicas forenses a las que permitieron el nuevo juicio en el caso Lawrence. En un comunicado, la familia Lawrence expresó su beneplácito con el juicio. “El asesinato de Stephen Lawrence representó un cambio en la Justicia que la familia espera que sea el legado duradero de Stephen”, señaló Paul AndersonWalsh, director de la Fundación Stephen Lawrence. Mientras tanto, la comisaria Cressida Dick, que ordenó una reevaluación del caso en 2006, destacó la importancia del fallo para la familia, la sociedad e, indudablemente, para el prestigio de la Policía Metropolitana. “Es un caso excepcional por la naturaleza espantosa del ataque y por el tiempo que pasó hasta que se hiciera justicia”, señaló.

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