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El mundo|Sábado, 19 de mayo de 2012
RELEVO AL JEFE DEL COMANDO CONJUNTO Y AL COMANDANTE DEL EJERCITO

Una segunda crisis militar para Humala

El fracaso de un operativo contra Sendero Luminoso, que dejó ocho militares y policías muertos sin ningún resultado, volvió a abrir un frente delicado para el presidente peruano, que ya perdió a un ministro.

Por Carlos Noriega
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Humala con el ya caído ministro de Defensa, cuyo reemplazante ya es fuertemente cuestionado.

Desde Lima

En medio de los cuestionamientos a los nuevos ministros del Interior y de Defensa, especialmente al primero por su apoyo en los años noventa a la dictadura de Alberto Fujimori y a las violaciones a los derechos humanos, el presidente Ollanta Humala removió a los jefes militares. Fueron destituidos el jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas, general Luis Howell, y el comandante general del Ejército, general Víctor Ripalda. Los cambios en la cúpula son consecuencia del fracaso de la llamada Operación Libertad, lanzada contra la guerrilla de Sendero Luminoso y que terminó con ocho militares y policías muertos y ninguna baja del lado de la guerrilla. Ese fracaso llevó hace una semana a la renuncia de los titulares de Interior y de Defensa.

El nuevo jefe de las Fuerzas Armadas es el vicealmirante José Cueto, hasta ayer jefe de la Marina, cargo en el que lo reemplaza el vicealmirante Carlos Tejada. Como comandante general del Ejército ha sido nombrado el general Ricardo Moncada, quien era jefe de Estado Mayor. Hace unos años, Moncada tuvo responsabilidad de mando en la zona de selva donde opera la última columna de Sendero Luminoso que queda activa y que no tendría más de 250 hombres armados, una gestión que ha sido criticada por el alto número de bajas militares que se dieron bajo su mando.

La remoción de la cúpula castrense es un reconocimiento del gobierno del fracaso de la Operación Libertad. “Son cambios necesarios debido a la coyuntura que se ha dado”, dijo el presidente Humala sobre los últimos movimientos en la jerarquía militar. Estos cambios se dan mientras se incrementan los cuestionamientos al nuevo ministro del Interior, general en retiro Wilver Calle, luego de que se revelara que estando en actividad firmó en 1999 un acta de apoyo a la dictadura de Fujimori. Las mayores críticas a Calle han salido del sector progresista del oficialismo.

Este documento, conocido como “acta de sujeción” a Fujimori, incluía, además del apoyo explícito al régimen autoritario de Fujimori, el compromiso de la cúpula castrense de entonces de cerrar filas para impedir las investigaciones a militares y policías por violaciones a los derechos humanos. El general Calle se ha defendido intentando negar su pasado. “No tengo nada que ver con esa posible acta de sujeción”, ha dicho Calle. Pero un video en el que se ve al general Calle en la ceremonia castrense organizada por la dictadura para firmar ese documento y su rúbrica en la llamada “acta de sujeción” a Fujimori lo han puesto en evidencia. La mentira ha complicado aún más su situación.

Cuando era candidato, el hoy presidente Humala tuvo expresiones muy duras contra los militares que firmaron la famosa “acta de sujeción” a la dictadura fujimorista, a quienes calificó de delincuentes y pidió su degradación. Hoy tiene a uno esos militares en su gabinete ministerial. Olvidando lo que hace no mucho dijo sobre los firmantes del “acta de sujeción”, Humala ha salido a defender al general Calle y ha tratado de minimizar la firma de esta acta diciendo que en esos años todos los jefes militares se habían sometido al régimen fujimorista. Sin embargo, hubo jefes militares que en esos años, a diferencia de Calle, se negaron a firmar esa “acta de sujeción”, lo que les costó su pase al retiro.

Es notorio el silencio de la oposición de derecha, con el fujimorismo a la cabeza, que estuvo muy activa para pedir la renuncia de los anteriores ministros del Interior y de Defensa, frente al caso del cuestionado general Calle y sus pasados vínculos con la dictadura de Fujimori. Los que han salido a hablar lo han hecho para defender a Calle y minimizar su adhesión al “acta de sujeción” a la dictadura. Del lado oficialista, sus principales voceros no han salido a defender al general Calle. Un silencio revelador. La permanencia en el gabinete ministerial del general Calle es un nuevo factor que abre brechas en la alianza oficialista, donde el sector más progresista no oculta su descontento con medidas del gobierno que marcan un alejamiento de los compromisos de cambio asumidos en la campaña electoral.

En diálogo con Página/12, Javier Diez Canseco, congresista del sector de izquierda de la alianza oficialista, criticó al presidente Humala por nombrar y mantener en el cargo al cuestionado general Calle y se pronunció a favor de la salida del ministro del Interior. “Hay un comportamiento contradictorio e incoherente en el presidente Humala (al nombrar y respaldar a Calle), porque él ha sido muy duro y crítico con los firmantes del ‘acta de sujeción’ a Fujimori. Esto coloca al presidente Humala en una situación delicada que le hace perder credibilidad ante la opinión pública”, señaló Diez Canseco a este diario. “Haber firmado esa ‘acta de sujeción’ –indica Diez Canseco–, que implicaba un pacto de impunidad frente a violaciones a los derechos humanos y la corrupción no es algo menor, es un grave problema ético. Además de eso, Calle ha faltado a la verdad al negar haber firmado esa acta. El ministro Calle debería dar un paso al costado.”

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