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El mundo|Jueves, 19 de julio de 2012
Se agravó la situación de las familias en las que hay desocupados y de las que tienen hijos

Aumentó el nivel de pobreza en Italia

Más de ocho millones de italianos –sobre un total de casi sesenta– viven al borde de la indigencia, el 69 por ciento de ellos en el sur del país. Y la región de Sicilia está a punto de entrar en default, aseguran los expertos.

Por Elena Llorente
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La brecha entre ricos y pobres se ha agrandado a causa de las políticas recesivas.

Desde Roma

La crisis económica que sufre Italia se traduce ahora en términos de pobreza. Según datos difundidos por el instituto de estadísticas Istat, más de ocho millones de italianos –sobre un total de casi 60– viven al borde de la indigencia, el 69 por ciento de ellos en el sur del país –principalmente Calabria y Sicilia– donde una familia de cada cuatro es considerada pobre. Otra noticia complementa esta información: la región de Sicilia está a punto de entrar en default, aseguran industriales y sectores especializados, poniendo en peligro el pago de los sueldos de los empleados públicos y de infinidad de contratos. Por esta razón el jefe del gobierno italiano, Mario Monti, ha pedido la renuncia –que él había prometido– del presidente de la Región Siciliana, Raffaele Lombardo, probablemente con la intención de mandar un interventor que se haga cargo del desastre.

Los datos de la pobreza se refieren a 2011 e indican que el 11,1 por ciento de las familias italianas es “relativamente pobre”, es decir gana poco más de 1000 euros al mes, una cifra que escasamente sirve para la supervivencia de una persona. El 5,2 por ciento, en cambio, es indigente y gana menos de esa cantidad. Pero el Istat advirtió que muchos “pobres relativos” pueden rápidamente agravar su situación según cómo evolucione la del país. Aunque los datos de la pobreza de 2011 no son demasiados distintos de los de 2010, se ha agravado muchísimo en cambio la situación de las familias obreras, aquellas donde hay desocupados y aquellas que tienen un hijo menor, mientras por el contrario ha mejorado la situación de las familias de dirigentes empresariales y empleados. “La pobreza de ocho millones de personas es una vergüenza y debe ser entendida como una alarma social. Además de los pobres oficialmente reconocidos, hay que tener en cuenta el enorme número de familias que tiene dificultades para llegar a fin de mes y que se calcula en el 40 por ciento del total. Por eso pedimos al gobierno un decreto urgente contra la pobreza”, explicó Carlo Rienzi, presidente de Codacons, una de las más importantes asociaciones de defensa del consumidor.

“Los datos del Istat son escalofriantes. Esto significa que la brecha entre ricos y pobres se ha agrandado a causa de las políticas recesivas. Pero el gobierno se sigue preocupando por salvar los bancos. Monti debe cambiar la ruta porque una bomba social está por estallar”, comentó por su parte el senador Elio Iannutti del Partido Italia de los Valores. Muchos dudan de que el gobierno, con todos los ajustes, reajustes y recortes que ha hecho en seis meses, pueda pensar en subsidios de ayuda a las familias, como ocurrió, por ejemplo, en Argentina después de la crisis de 2001.

Los datos sobre la economía italiana no permiten por lo demás el más mínimo optimismo. Según previsiones difundidas anteayer por Bankitalia, el banco central italiano, el país estará todavía en recesión en 2013 y la desocupación llegará al 11 por ciento. El informe habla de que la recesión terminará a principios de 2013, pero también de que la recomposición de la economía se concretará recién en 2014. El banco estima en efecto que el PIB (Producto Interno Bruto) de la península se reducirá el 2 por ciento en 2012 y el 0,2 por ciento en 2013, una cifra, sobre todo la de 2012, mejor de cuanto se esperan los industriales italianos que hablan de una pérdida del 2,4 por ciento del PIB en 2012. Pero la desocupación aumentará a más del 11 por ciento en 2013, sobre todo entre los jóvenes y las mujeres. Para no hablar del salario real, que en el bienio 2012-2013 continuarán descendiendo a causa del aumento de los precios, tanto en el sector privado como en el público, dice el informe del banco central.

Mientras tanto, sigue en Europa y cada vez más aguda la polémica entre los economistas que defienden la austeridad para salir de la crisis, principalmente alemanes, y los keynesianos, como el Premio Nobel Joseph Stiglitz, que pretenden que el Estado estimule la producción y el consumo a través de inversiones, por ejemplo con el dinero ahorrado en los distintos recortes a los derroches y lujos de políticos y parlamentarios. Cierto, difícilmente Italia pueda hacer sola políticas de esta naturaleza cuando la Unión Europea y el FMI siguen insistiendo en que la austeridad es el mejor remedio para la crisis. Los mentados “mercados”, que sacan siempre provecho de la desgracia ajena, siguen por lo demás jaqueando la economía italiana sin compasión. La empresa de rating Moody`s, que el 13 de julio bajó el rating de la deuda italiana de A3 a BAA2, el martes lo hizo con el rating de 10 bancos y 23 entes italianos.

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