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El mundo|Sábado, 18 de agosto de 2012
Una jueza rusa condenó a las Pussy Riot a dos años de trabajos forzados en prisión

Cárcel a las punk que se burlaron de Putin

La condena fue la máxima posible, idéntica a la pedida por el fiscal, y una señal de que el gobierno ruso no va a tolerar disidentes. La jueza Syrova consideró a las acusadas “peligrosas” y “sacrílegas”. Fuertes protestas de grupos de derechos humanos.

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Las tres integrantes de Pussy Riot esperan la sentencia en una jaula de vidrio blindado.

La Justicia rusa condenó ayer a las tres jóvenes del grupo punk Pussy Riot a dos años de detención tras declararlas culpables de “vandalismo” e “incitación al odio religioso” luego de un proceso que adquirió gran repercusión internacional. Esta severa sentencia parece confirmar que el presidente ruso, Vladimir Putin, no quiere hacer concesiones ni a la oposición ni a los países occidentales.

La lectura del veredicto duró casi tres horas. La jueza Marina Syrova retomó en gran parte los argumentos presentados el 7 de agosto pasado por el fiscal. Luego condenó a cada una de las tres mujeres: Nadejda Tolokonnikova, de 22 años; Ekaterina Samutsevich, de 30 años, y Maria Alejina, de 24 años, a dos años de trabajos disciplinarios en una colonia penal general, las condiciones más duras posibles para mujeres que comparecen ante la Justicia por primera vez. “Teniendo en cuenta la naturaleza y el grado de peligrosidad planteado por lo que hicieron, la corrección de las acusadas sólo es posible mediante un castigo real”, afirmó la magistrada, que destacó el carácter “sacrílego” de la intervención de Pussy Riot y su “odio a la religión”.

Las mujeres siguieron el anuncio de la sentencia visiblemente relajadas desde la jaula de plexiglás en la que se encontraban. En total, los investigadores presentaron 3000 páginas sobre el controvertido rezo que duró alrededor de un minuto. Tolokonnikova, considerada una “filósofa” por sus simpatizantes, se hizo más célebre en las últimas horas por citar al filósofo alemán Immanuel Kant y al disidente soviético Aleksandr Solzhenitsyn en nombre de la libertad de expresión. Antes de anunciarse la condena, las acusadas rechazaron pedir un indulto a Putin. “¿Está bromeando? Claro que no. El tendría que pedirnos clemencia a nosotras y a ustedes”, declaró Tolokonnikova a la edición de ayer del diario crítico Novaya Gazeta. La mujer dijo no creer en una sentencia independiente. “Es una ilusión.” “Estamos contentas por habernos convertido sin querer en epicentro de un gran acontecimiento político, que incluye a distintos grupos”, señaló. Las tres rechazaron también exiliarse.

La condena desencadenó inmediatamente críticas oficiales en Europa y Estados Unidos. El Patriarcado ruso pidió “clemencia” para las jóvenes que cantaron una “oración punk” el 21 de febrero en la catedral del Cristo Salvador de Moscú pidiendo a la Santa Virgen que “expulsara a Putin” del poder. La actitud intransigente de la jerarquía ortodoxa rusa en el caso Pussy Riot afectó la imagen de la Iglesia en la sociedad y perturbó a algunos fieles, incluyendo a sacerdotes, para los cuales perdonar a las jóvenes hubiera sido más compatible con los valores cristianos.

Nikolai Polozov, uno de los abogados de las Pussy Riot, confirmó que las tres mujeres apelarían. Con este veredicto, “las autoridades rusas se condenaron a sí mismas”, afirmó en Twitter. El padre de Ekaterina Samutsevich declaró que no esperaba un “veredicto tan severo”.

En las cercanías del tribunal, unos 400 manifestantes gritaron “vergüenza” y “fascistas”. La policía, que había desplegado un importante dispositivo alrededor del edificio, detuvo a más de 60 partidarios de las Pussy Riot, incluyendo al jefe del Frente de Izquierda, Serguei Udaltsov, y al ex campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov, que fueron llevados por vehículos policiales. Ante los simpatizantes de las jóvenes, también hubo manifestaciones de ortodoxos y ultranacionalistas.

En Rusia se organizaron varios mítines en apoyo a las Pussy Riot, sobre todo en San Petersburgo, Ekaterinburgo y Samara. El caso adquirió una dimensión internacional y en las últimas semanas las tres mujeres recibieron numerosas expresiones de apoyo del mundo entero. El juicio fue uno de los procesos en Rusia más atentamente seguidos dentro y fuera del país en varios años, y se vio precedido por críticas internacionales y mensajes de apoyo a las jóvenes de celebridades como Paul McCartney, Madonna y Björk.

Para los detractores de Putin en Rusia y el extranjero, el juicio fue un emblema de la intolerancia del Kremlin con los disidentes, al igual que la represión de una serie de protestas opositoras desde principios de año y leyes recientemente aprobadas que restringen el derecho a la manifestación callejera.

Antes del veredicto, miles de personas celebraron ayer protestas en unas 50 ciudades del mundo para exigir la absolución de las rockeras de Pussy Riot, una banda integrada por seis mujeres. En Moscú, activistas cubrieron la cabeza de varias estatuas con pasamontañas coloridos, el símbolo del grupo, informó la agencia de noticias rusa Interfax. El jefe del Consejo de Derechos Humanos adscripto al Kremlin, Mijail Fedotov, consideró la condena un “peligroso precedente”, informó Interfax.

También las organizaciones defensoras de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) criticaron el fallo. La organización cree que las mujeres fueron condenadas sólo por ejercer su legítimo derecho a la libre expresión. Por eso las considera presas políticas.

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