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El mundo|Martes, 28 de agosto de 2012
El gobierno de Samaras presentará un plan que extienda por dos años la aplicación del ajuste

Grecia pide aire para recuperar el aliento

A cambio de que le otorguen más tiempo, Atenas se compromete a poner en práctica los recortes, pero ya anticipó que necesitará que se suavicen los términos. En Alemania creció la polémica por los dichos de un dirigente de la coalición gobernante.

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El premier Antonis Samaras asegura que cumplirá con lo acordado a cambio de la ayuda financiera.

Grecia va a presentar ante Alemania y Francia un plan para postergar por dos años la fecha límite para implementar un ajuste por 11.500 millones de euros sin que se necesite inyectar más dinero en el país. Según la prensa griega, el ministro de Finanzas, Ioannis Stournaras, tiene previsto viajar a Berlín y París para negociar con sus homólogos Wolfgang Schëuble y Pierre Moscovici. A cambio de que le otorguen más tiempo, Atenas se compromete a poner en práctica los recortes, pero ya anticipó que necesitará que se suavicen los términos para que puedan ser mejor digerido por la sociedad. Según otra fuente, esta vez de la cartera de Finanzas helena, en el rescate ya aprobado a Grecia se habla de la posibilidad de adaptar los plazos si la recesión supera la caída del 4,8 por ciento del PIB estimada para este año por la troika, compuesta por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE). Los cálculos elevan ya el retroceso a un 7 por ciento en Grecia.

Atenas estima que extender el plazo costaría 20.000 millones de euros extra. Su propuesta es financiarlo retrasando dos años el pago del primer rescate de 110.000 millones de euros. Paralelamente, la recapitalización de los bancos no se sumaría más al endeudamiento estatal. Las autoridades piensan además en la posibilidad de aumentar el límite máximo de nuevo endeudamiento. Sin embargo, este mecanismo de reingeniería deberá ser aprobado por la troika. Ante este escenario, algunos analistas creen posible que haya una nueva quita de deuda para los bonos del Estado que están en manos de los bancos centrales de los países del euro y del BCE, una suma que se estima en 50.000 millones de euros.

Esos rumores llegan en un momento clave en el que los inspectores de la troika que analizan las cuentas del país heleno inician una nueva ronda de trabajo en Atenas, aunque la etapa principal comienza el 5 de septiembre con la llegada de los jefes del grupo. Las autoridades griegas creen que los controles se extenderán aproximadamente hasta el 13 de septiembre y que luego la troika dará a conocer su informe. Desde Bruselas, la Comisión Europea informó que no hay una fecha concreta para dar a conocer sus conclusiones, pero se espera que se publiquen a fines de septiembre o principios de octubre, según afirmó un vocero del comisario de Economía, Olli Rehn.

En todo caso, el anuncio dependerá del trabajo y los avances que se produzcan en Atenas, agregó la misma fuente. En cualquier caso, la decisión de si Grecia recibirá o no el siguiente pago de la ayuda financiera, por un total de 31.500 millones de euros, no se tomará antes de octubre, según coincidieron tanto las autoridades griegas como el jefe del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Fuentes del Ministerio de Finanzas de Atenas señalaron que el informe tendrá que estar antes del encuentro del Eurogrupo previsto para el 8 de octubre. “Entonces sabremos cómo siguen las cosas”, dijeron.

Por otra parte, los pedidos realizados anteayer por un dirigente de la coalición de gobierno alemana para que Grecia abandone la Eurozona volvieron a cosechar ayer repudios que se suman al ya expresado por la propia canciller Angela Merkel y continúan dividiendo la opinión en Alemania sobre el manejo de la crisis europea. Alexander Dobrindt, secretario general de la Unión Socialcristiana (CSU), la rama de Baviera de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel, aseguró el domingo que la salida de Grecia del euro era inevitable. “Veo a Grecia fuera de la Eurozona en 2013”, sentenció en una entrevista al diario Bild am Sonntag. Dobrindt se sumó así a su correligionario Markus Söder, ministro de Finanzas de Baviera, quien exigió días atrás que se dejara a Atenas fuera de la Zona Euro para sentar un precedente frente a otros países altamente endeudados.

Las declaraciones contrastan con la conducta del partido, que hasta ahora aprobó en el Parlamento todos los rescates europeos y se produjeron poco después de que el primer ministro griego, Antonis Samaras, pidiese en Berlín más tiempo para aplicar los ajustes acordados a cambio de la ayuda financiera. La primera en rechazar tales planteos fue Merkel, quien reclamó prudencia al hablar sobre la crisis europea y sobre Grecia al afirmar que todos deben medir mucho las palabras. Ayer, en esa misma línea, el jefe de los diputados socialcristianos en el Parlamento federal, Max Straubinger, tildó las declaraciones de Dobrindt de “refunfuños provinciales”.

“Es absurdo creer que Grecia se recuperará más rápidamente con el dracma (antigua moneda helena)”, dijo al diario Passauer Neue Presse. Por su parte, el ministro del Exterior, el liberal Guido Westerwelle, opinó que sería de necios adelantarse al informe de los inspectores de la UE, el BCE y el FMI sobre los avances de la implementación de los ajustes. “Apelando a los prejuicios no estaremos a la altura de nuestra responsabilidad hacia Europa”, dijo al diario Rheinische Post.

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