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El mundo|Jueves, 11 de octubre de 2012
Audiencias en el Capitolio por el ataque al Consulado de Benghazi, en Libia

“Ignoraron advertencias de seguridad”

Expertos en seguridad testificaron que autoridades estadounidenses ignoraron advertencias tras ataques a delegaciones diplomáticas británicas. Además, los testigos dijeron que se trató de una acción planificada.

Por David Usborne *
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Un hombre armado tras el ataque al Consulado de Benghazi.

En una audiencia en el Capitolio ayer, los republicanos trataron de destruir a la administración Obama por su manejo en el ataque al Consulado estadounidense en Benghazi, Libia, en el que murieron cuatro estadounidenses, incluyendo al embajador Christopher Stevens. Declararon que los funcionarios no habían tenido en cuenta las advertencias de seguridad y ocultaron declaraciones cuando terminó. Abriendo la sesión cargada políticamente, el congresista Darrel Issa dijo que las advertencias del personal estadounidense en Libia sobre el empeoramiento de la situación de seguridad fueron ignoradas.

“Repetidamente advirtieron a los funcionarios en Washington sobre la peligrosa situación en Libia”, dijo, añadiendo que la administración se negó a responder porque estaba “preocupada con el concepto de normalización” en Libia y no quería reconocer que existían amenazas de terror ahí. Entre los llamados a atestiguar ante el Comité de Reforma del Gobierno estaban dos altos funcionarios del Departamento de Estado responsables de la seguridad de los diplomáticos estadounidenses, así como el teniente coronel Andy Wood, un ex jefe de la seguridad de Estados Unidos, quien dijo que tanto él como el embajador Stevens hicieron llamadas a Washington en los meses antes del ataque para que se reforzaran las medidas en Benghazi pero que éstas fueron ignoradas.

El mes pasado,The Independent reveló que el Departamento de Estado de Estados Unidos tuvo información creíble de que las misiones estadounidenses corrían el peligro de ser atacadas 48 horas antes de que la turba atacara el Consulado en Benghazi y una embajada en El Cairo, pero no se les hizo ninguna advertencia a los diplomáticos para que pasaran a una alerta más alta. Tomando nota de que en junio se lanzó un ataque contra un convoy que llevaba al embajador británico en Benghazi, el teniente coronel Woods dijo que estuvo preocupado por la insuficiente seguridad: “La seguridad en Benghazi siguió siendo un problema durante mi tiempo ahí”. Anteriormente le dijo a CBS News: “Tratamos de mostrarle lo peligroso y volátil e impredecible que era todo el ambiente ahí. De manera que disminuir la seguridad frente a eso es realmente increíble”. En testimonio escrito, el teniente Wood, quien sirvió en Libia hasta comienzos de agosto, dijo: “El RSO (oficial regional de Seguridad) luchó por tener más personal ahí en Benghazi, pero nunca pudo llegar a la cantidad con la que se sentiría cómodo”. Pero Patrick Kennedy, uno de los dos funcionarios del Departamento de Estado que atestiguaba, negó que el gobierno no hubiera cumplido con su tarea. “El Departamento de Estado regularmente evalúa los riesgos y la asignación de los recursos para la seguridad: un proceso que involucra las opiniones de profesionales experimentados en el terreno y en Washington, usando la mejor información disponible”, dijo, añadiendo: “El asalto que ocurrió el 11 de septiembre, sin embargo, fue un ataque sin precedentes perpetrado por docenas de hombres fuertemente armados”.

También otro tema eran las declaraciones de los funcionarios estadounidenses, quienes durante varios días después del ataque siguieron culpando de la tragedia a los violentos que reaccionaron a un video hecho en Estados Unidos insultando al Islam, aunque ahora parece que el Departamento de Estado mismo nunca llegó a esa conclusión y las instrucciones de inteligencia disponibles al día siguiente establecían que el Consulado había estado bajo ataque planificado y sostenido.

Los republicanos han apuntado su fuego más pesado sobre Susan Rice, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, acusándola de ocultar los hechos cuando mantuvo su postura aun el domingo después del ataque, que el embajador Stevens y los otras víctimas murieron porque unos violentes perdieron el control. Rice, quien no fue llamada a testificar, se defendió diciendo que hablaba en base a la información de inteligencia disponible.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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