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El mundo|Jueves, 6 de diciembre de 2012
Los choques entre opositores y seguidores del presidente dejaron al menos tres muertos y 221 heridos

Protesta y violencia en las calles de Egipto

La violencia comenzó a media tarde, cuando miles de miembros de la Hermandad Musulmana, el movimiento del cual procede Mursi, llegaron al lugar frente al Palacio Presidencial donde unos 300 opositores acampaban desde el martes.

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Opositores al presidente egipcio acampados frente al Palacio Presidencial discuten con seguidores de Mursi.

Al menos tres personas murieron y unas 221 resultaron heridas ayer en El Cairo. Fue el resultado del enfrentamiento entre manifestantes que apoyan al gobierno y opositores del presidente egipcio, Mohamed Mursi.

La violencia comenzó a media tarde, cuando miles de miembros de la Hermandad Musulmana, el movimiento del cual procede Mursi, llegaron al lugar frente al Palacio Presidencial, donde unos 300 opositores acampaban desde el martes en una continuación de varios días de protestas contra el presidente. Los islamistas acudieron al lugar tras un llamamiento de Mahmud Ghoslan, portavoz de los Hermanos Musulmanes, quien convocó a una manifestación en la sede presidencial para “proteger la Constitución y la legitimidad”. Los islamistas se enfrentaron con los opositores con piedras y palos, los echaron de la zona cercana a la entrada principal al Palacio donde se habían instalado y tiraron abajo las carpas que habían levantado. Además, cubrieron con pintura graffitis antiMursi que los manifestantes opositores habían pintado en los muros del Palacio Presidencial el día anterior y, según los reporteros, también atacaron a periodistas.

La edición digital del diario egipcio Al Ahram informó que Mursi se retiró del Palacio Presidencial cuando comenzaron los enfrentamientos, un día después de haber dejado el edificio mientras unas 100 mil personas protestaban afuera contra sus recientes medidas. Tras ser echados, los opositores se dispersaron por calles aledañas, desde donde gritaron consignas contra Mursi y contra la Hermandad Musulmana. La violencia se reanudó unas tres horas más tarde, cuando ambos bandos se arrojaron bombas molotov y piedras luego de la llegada de más detractores del presidente. Los partidarios de ambos bandos, además, se enzarzaron en peleas cuerpo a cuerpo. Al caer la noche, la zona frente al Palacio Presidencial quedó ocupada por unos 10 mil islamistas.

También hubo protestas opositoras fuera de El Cairo y la Hermandad Musulmana dijo que dos sedes de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), fueron incendiadas en las ciudades de Ismailiya y Suez (nordeste de Egipto) por manifestantes contrarios a Mursi, informó la agencia de noticias oficial Mena. El Ministerio de Salud dijo que al menos 221 personas resultaron heridas en los enfrentamientos.

Antes de los choques, el vicepresidente egipcio, Mahmoud Mekki, dijo que el referendo de ratificación de la Constitución se hará el 15 de diciembre, la fecha que fijó Mursi aunque, en un intento por contener la crisis, agregó que el gobierno está abierto a discutir enmiendas a la Carta Magna antes de la consulta popular. La oferta de negociaciones, sin embargo, fue rechazada por los principales líderes opositores, que en rueda de prensa prometieron continuar su “lucha” hasta que Mursi revoque sus nuevos poderes, suspenda el referendo constitucional y dé marcha atrás con la Constitución, que fue aprobada a las apuradas el viernes por una Asamblea dominada por islamistas. Fue en medio de los enfrentamientos cuando los líderes de la oposición –unidos en el llamado Frente de Salvación Nacional– rechazaron la oferta del vicepresidente. En conferencia de prensa conjunta, el Premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, el ex secretario general de la Liga Arabe Amro Musa y el ex candidato presidencial Hamdin Sabahi señalaron que “el régimen, autoritario y represivo, pierde legitimidad día a día”. Musa aseguró que el país atraviesa una situación grave, pero que la oposición permanecerá unida, mientras que Sabahi acusó a Mursi de haber perdido toda la legitimidad. Por su parte, El Baradei subrayó que la nueva Constitución es inválida y pidió al presidente que anuncie cuáles son las bases para el diálogo nacional. “La pelota está ahora en su campo”, declaró.

Más allá de expresar su apoyo al presidente en las calles, los islamistas lanzaron ayer una ofensiva judicial contra la oposición. El fiscal general nombrado por Mursi en noviembre, Talaat Ibrahim Abdullah, ordenó investigar a cuatro dirigentes opositores, entre ellos el Nobel Mohamed el Baradei y el ex secretario general de la Liga Arabe Amre Mussa. La medida se produce tras una demanda presentada por el ex legislador Mohamed al Omda, quien denunció a ambos y a los también opositores Sayed al Badawi, presidente del partido Wafd, y al activista de izquierda Hamdien Sabbahi por “incitación de los ciudadanos a la subversión”. El martes, el fiscal general ya había presentado otra denuncia por “espionaje para Israel” contra los mismos cuatro dirigentes y contra el presidente del sindicato de jueces, Ahmed al Sind. En la acusación se afirma que los cinco tramaron junto con la ex ministra del Exterior israelí Tzipi Livni un complot para provocar “crisis internas” en Egipto.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, urgió ayer a todas las partes a resolver sus diferencias mediante el diálogo.

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