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El mundo|Martes, 11 de diciembre de 2012
Las Bolsas europeas reaccionaron de forma negativa

Pánico al regreso de Berlusconi

El espectro de una vuelta de Il Cavaliere al frente de Italia y la prometida renuncia del primer ministro Mario Monti causaron un cimbronazo en los mercados. Europa teme una crisis política.

Por Elena Llorente
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El partido de Berlusconi le dio la espalda a Monti.
Desde Roma

La reaparición del ex premier Silvio Berlusconi en el campo político y la prometida renuncia del primer ministro italiano Mario Monti sembraron el pánico ayer en el mercado de valores, como lo demostró la marcha de la Bolsa de Milán y de los Bonos del Tesoro Italianos (BTP). Se puso en peligro una vez más la enclenque economía italiana y, por lo visto, también la europea, ya que la Bolsa española también sintió los efectos del cimbronazo.

La diferencia entre los Bonos del Tesoro Italianos (BTP) a diez años y sus similares alemanes, que son considerados un indicador importante de la estabilidad de la economía, ayer superó los 353 puntos, mientras el 3 de diciembre había conseguido bajar a 296 puntos de los 575 que estaba hace un año, cuando Monti se hizo cargo del gobierno. Pero no sólo eso. La Bolsa de Valores de Milán cerró ayer en negativo y fue la peor de Europa.

La reacción de los mercados a la renuncia de Monti, anunciada el pasado sábado al presidente de la República Giorgio Napolitano, era la novedad más esperada en Italia al comenzar esta semana. Monti dijo que renunciaría cuando la ley de presupuesto fuera aprobada por el Parlamento. Y al parecer lo será en los próximos días.

Su decisión fue provocada por una virtual quita de colaboración del PDL (Pueblo de la Libertad, el partido de Berlusconi) que anunció que votaría en el Parlamento la ley de presupuesto, pero no otras leyes en discusión. Al no tener la mayoría de una coalición en las Cámaras, el gobierno de Monti requiere los votos de los dos partidos mayoritarios (PDL y PD, Partido Democrático) para pasar las leyes. De no lograrse esto, el presidente Napolitano estaría obligado a disolver el Parlamento y llamar a elecciones rápidamente. Este probablemente es el objetivo primordial de Berlusconi por varias razones, entre ellas, evitar el cambio de la vieja ley electoral –inventada por él y sus seguidores–, que podría ofrecerle alguna posibilidad más de ganar en las próximas elecciones.

Pero la decisión de Monti ha sido considerada por algunos políticos, incluso del PDL, como demasiado apurada. Hay quien en cambio la imagina como una medida de presión de parte del primer ministro, como queriendo decir: “Si me voy, se cae todo; mejor que se dejen de embromar”.

No sólo Italia teme el retorno de Berlusconi y la renuncia de Monti. El presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata Martin Schulz, fue lapidario: “Berlusconi amenaza la estabilidad de Italia y de la Unión Europea”, dijo, mientras el portugués Jose Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, subrayó que “tenemos necesidad de una Italia fuerte y estable”. Para el ministro de Economía y Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, parece no ser importante quién esté en el gobierno porque, dijo, lo importante es “que Italia respete sus compromisos”, aunque la canciller Angela Merkel ha subrayado varias veces que con Monti siempre hubo una buena comunicación, en tácita alusión a la incomunicación que reinó durante el período Berlusconi. Hasta L’Osservatore Romano, el diario vaticano, manifestó sus miedos, titulando “Europa teme la crisis política en Italia”.

Los reflejos en la prensa europea no fueron menos punzantes. “El retorno de la momia” tituló el diario francés Libération, mientras el multinacional diario económico Financial Times habló de un Berlusconi “sin pudor”, porque si lo tuviera, dijo, “dejaría de jugar con el presente del propio país”. El diario alemán Suddeutsche Zeitung lo calificó como “el espíritu maligno de Italia” y de “irresponsable” mientras el español El País dijo que Berlusconi “está dispuesto a morir matando”.

Por su parte, exponentes del partido de Berlusconi, tanto como para darle un poco de seriedad a la reaparición de su líder, dijeron que en los próximos días harán una rueda de prensa con “cifras en la mano” para demostrar que todos los indicadores económicos empeoraron desde que Monti está al frente. Lo cierto es que ayer, el Istat, el instituto de estadísticas de Italia, anunció que poco más del 28 por ciento de la población italiana se encuentra al borde de la pobreza.

Berlusconi, siempre sonriente, no perdió la oportunidad de tirar algún dardo contra su principal opositor, el PD, ofreciéndole a Matteo Renzi, el segundo clasificado en las pasadas primarias del PD, un lugar dentro del PDL. “A mí no me comprás”, le respondió el joven alcalde de Florencia, aludiendo a la vieja fama de Berlusconi de comprar, literalmente hablando, a los parlamentarios de la oposición cuando quería hacer pasar una ley.

“He preferido hacer mi anuncio el sábado, con los mercados cerrados, y 24 o 36 horas para digerir el golpe”, contó Monti al diario romano La Repubblica. Y añadió no tener ningún plan para su futuro. “Hoy estoy preocupado. Y no me refiero sólo a aquella parte política que ha provocado este epílogo. Es una preocupación general.”

Para el secretario del PD, Pierluigi Bersani, es mejor que Monti se mantenga al margen de la contienda política. Puede ser todavía útil para el país, pero una vez concluidas las elecciones, dijo en una rueda de prensa, hablará con él para ver a qué acuerdo se puede llegar.

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