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El mundo|Lunes, 17 de diciembre de 2012
Los conservadores liderados por Shinzo Abe recuperaron el poder en Japón

El halcón Abe vuela otra vez alto

Shinzo Abe, ganador de las legislativas de ayer, vuelve al poder después de una campaña en la que promovió la línea dura en materia de política exterior. El Partido Demócrata de Japón sufrió un descalabro.

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Shinzo Abe, que fue premier en 2006 y 2007, afirmó que sólo prometía lo que podía cumplir.

Los conservadores del Partido Liberal Demócrata (PLD) obtuvieron la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados en las elecciones legislativas celebradas ayer en Japón. Los conservadores, que vuelven al poder tres años después de haberlo perdido, tendrán el desafío de reactivar una economía en recesión y plantarse frente a una China cada vez más reivindicativa en la geopolítica regional. Según la televisión pública NHK, el PLD, liderado por el más que probable futuro primer ministro Shinzo Abe, obtuvo al menos 293 escaños de la Cámara baja, de los 480 en liza en estas elecciones anticipadas. Esto les garantizaría la mayoría absoluta. Su aliado, el Nuevo Komeito, obtendría entre 27 y 35 escaños.

Esta amplia formación de derecha, que dirigió Japón casi sin interrupciones desde fines de los años 1950 hasta 2009, regresa al poder de manera más que confortable. Si se suman los votos de su aliado Nuevo Komeito, obtiene incluso una mayoría de dos tercios (320 escaños), necesaria para aprobar leyes en el caso de que el Senado las rechace (en la Cámara alta del Parlamento ningún partido tiene mayoría). Por su parte, el Partido Demócrata de Japón, en el poder desde hace tres años, ha sufrido un descalabro, ya que sólo conseguiría entre 55 y 77 escaños, en comparación con los 308 de 2009.

Con este resultado, Shinzo Abe está a punto de volver al poder, después de una campaña en la que promovió la línea dura en materia de política exterior, coincidiendo con el recrudecimiento de la tensión con China por un grupo de islas en el Mar de China meridional que ambos países reivindican. Este halcón, que fue primer ministro en 2006 y 2007, afirmó durante la campaña electoral que sólo prometía lo que podía cumplir, especialmente en materia económica, en momentos en que Japón arrastra el lastre de una deflación persistente y un yen demasiado fuerte, en un contexto de crisis económica internacional.

Los japoneses, hastiados de la inestabilidad crónica (vieron pasar a seis primeros ministros en seis años), dieron un voto castigo al PDJ del primer ministro Yoshihiko Noda, como presagiaban los sondeos. El PDJ de Noda ha pagado los platos rotos de la coyuntura económica mundial y de la triple tragedia de marzo de 2011 (terremoto, tsunami y catástrofe nuclear de Fukushima). Una docena de partidos fueron habilitados a participar de los comicios, incluyendo muchas formaciones nuevas.

Según NHK, el puesto de segunda formación en la Cámara baja se lo disputa el PD con el Partido para la Restauración, del octogenario ex gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, que tendría hasta ahora a su vez 38 escaños.

Pero la gran protagonista de estas elecciones ha sido la abstención. Sólo fue a votar el 59,52 por ciento de los electores, prácticamente 10 puntos porcentuales menos que hace tres años, según una estimación provisoria. Asimismo, unos 300 diputados sobre los 480 son designados en escrutinio uninominal en 300 circunscripciones locales. Los 180 escaños restantes serán atribuidos, según el método proporcional, en once grandes zonas regionales.

Más de 100 millones de japoneses estaban convocados para elegir a los 480 diputados de la Cámara baja de esta nación con demografía envejecida, poderosa económicamente pero en recesión y con una diplomacia inaudible frente al gigante chino. Abe advirtió rápidamente a China que las islas Senkaku, reivindicadas por Pekín, pertenecen a Japón. “China impugna el hecho de que (estas islas) son una parte inherente del territorio japonés. Nuestro objetivo es poner fin a esa reivindicación”, declaró Abe a la televisión privada NTV poco después del anuncio de la esperada victoria de su partido. “No tenemos intenciones de deteriorar las relaciones entre Japón y China”, afirmó Abe bajándole el tono a la discusión sobre ese territorio.

La prensa estatal china aconsejó ayer a los japoneses que descartasen los partidos políticos y los candidatos favorables a la intransigencia en el trato con los países vecinos. En un comentario, la agencia Xinhua pidió que el vencedor de las elecciones en Japón concibiera su política externa con una perspectiva pragmática y de largo plazo, que permita a Japón calmar las relaciones con los vecinos.

Quien salió a expresarse sobre el resultado de las elecciones legislativas en Japón fue el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien saludó ayer mismo al primer ministro electo de Japón. “Felicito al presidente del Partido Liberal Demócrata, Shinzo Abe, por el éxito de su partido en las elecciones de hoy (por ayer) en Japón”, dijo el mandatario estadounidense en un comunicado emitido por la Casa Blanca.

“La alianza Estados Unidos-Japón sirve como piedra angular de la paz y la prosperidad en la región Asia-Pacífico y espero con interés trabajar estrechamente con el próximo gobierno y el pueblo de Japón en una serie de importantes asuntos bilaterales, regionales y globales”, añadió.

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