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El mundo|Viernes, 28 de diciembre de 2012
En Italia ya se habla de un partido que podría nuclear a empresarios y católicos

Monti, candidato del Papa y los industriales

Una lista electoral con el tecnócrata a la cabeza –aunque su nombre no aparezca porque es senador vitalicio– cuenta con entre el 10 y el 15 por ciento del electorado. Monti tendrá que poner de acuerdo a tres partidos de centro.

Por Elena Llorente
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Expertos advierten que Monti tendrá un rol activo, ya que controlará la composición de las listas.

Desde Roma

Hace menos de una semana dijo que aceptaría ser el conductor postelectoral de un gobierno, siempre que se aceptaran sus condiciones y su programa. Ahora parece que el primer ministro dimitente de Italia, Mario Monti, quisiera tener la última palabra sobre listas electorales de los partidos de centro, que a su vez lo propondrán como primer ministro después de las elecciones. Es más, hay quien habla ya de una suerte de “partido” de Monti –aunque todavía no existe como tal ni tiene ningún nombre–, que podría nuclear al empresariado y a los católicos. La prensa italiana, en efecto, asegura que varios industriales –y da sus nombres– se dicen dispuestos a financiar su campaña electoral y que el Vaticano le da su apoyo.

Una lista electoral con Monti a la cabeza –aunque su nombre no aparezca porque es senador vitalicio y no tiene necesidad de ser votado– contaba hace una semana, según algunas encuestas, entre el 10 y el 15 por ciento del electorado. Según el diario romano La Repubblica, en cambio, otro sondeo que ellos manejan secretamente, habría dado resultados bien diferentes: el consenso habría llegado casi al 20 por ciento. Y, de ser así, habría superado al Pueblo de la Libertad (PDL), el partido de Silvio Berlusconi, que no tiene más del 15 por ciento. Tal vez por eso Il Cavaliere se ha demostrado muy nervioso últimamente, participando de cuanto programa televisivo se le presentaba, para hablar contra Monti y el IMU, un impuesto inmobiliario –muy impopular– creado por Monti, que el PDL quiere suprimir y sobre el cual ha montado su campaña electoral.

Poner de acuerdo las tres formaciones políticas de centro que apoyan a Monti –los cristiano-democráticos de la Unión de Centro, los de la derecha democrática y ex aliados de Berlusconi de Futuro y Libertad, la formación Italia Futura de Luca Cordero di Montezemolo, empresario él mismo, actual dirigente de la Ferrari– no será fácil porque cada partido intentará conseguir el máximo de parlamentarios en las elecciones para tener más peso en las decisiones.

Al parecer Monti quiere hacer una lista única con todos ellos para ser presentadas oficialmente a mediados de enero. Sólo así se podrá dar una señal importante de renovación y de fuerza, habría explicado. Según el senador Pietro Inchino, ex miembro del Partido Democrático (PD) ahora en las filas del centro que apoya al premier, “Monti tendrá un rol activo” ya que controlará la composición de las listas y dará su consenso sólo a las que respondan al programa que presentó a la prensa el domingo pasado.

Hasta las elecciones, previstas para el 24 y 25 de febrero, todavía pueden suceder muchas cosas. El progresista PD, por ejemplo, ha decidido someter a primarias a todos los candidatos –el próximo 29 de diciembre–, como lo hizo hace un mes con el candidato a primer ministro, dando muestras de ser la única formación que pone en práctica la transparencia, un concepto del que mucho se ha hablado en la política italiana pero que pocos aplican. El PD, primer partido de Italia, cuenta con el 25-26 por ciento del consenso electoral según las encuestas.

Ninguno de los otros partidos, en efecto, ha optado por las primarias. El PDL habló de hacerlas pero dejó de hablar de ellas cuando Berlusconi decidió volver al campo de batalla hace poco menos de un mes. Es que los políticos del PDL saben que a Il Cavaliere le gusta elegir los candidatos –y si son candidatas muchos mejor– personalmente, a veces porque le son simpáticos y sobre todo si son capaces de seguir sus indicaciones al pie de la letra. Así ocuparon numerosos puestos públicos en los años pasados, jóvenes representantes del PDL, bellísimas, pero de dudosa preparación. Una de ellas, incluso, entre sus tareas tenía la de conseguir muchachas para las tristemente famosas fiestas del “bunga bunga”.

Pero aún el PD parece haber quedado un poco desconcertado con el consenso que, según la prensa, habría conseguido Monti. Bersani dice que espera ver con mayor claridad cómo serán las listas del centro y cuál es el rol de Monti, para después emitir un juicio. Pero aclara que después de las elecciones, el PD está abierto para discutir con quien esté contra Berlusconi. Darío Franceschini, ex secretario del PD, piensa que de Monti puede nacer un partido conservador “normal” para ocupar el lugar del berlusconismo. “Son nuestros adversarios, pero en una situación de emergencia pueden ser nuestros aliados”, dijo. El máximo dirigente del segundo partido del centroizquierda y aliado del PD, Nichi Vendola de Izquierda, Ecología y Libertad, insiste en que su partido está del lado de los trabajadores y de la justicia social y Monti no.

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