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El mundo|Martes, 15 de enero de 2013
Sigue firme el juicio contra Berlusconi por prostitución de menores

El caso Ruby se mete en la campaña

Las juezas de Milán denegaron el pedido de la defensa de Il Cavaliere. “La participación de un ciudadano en la actividad política no representa por sí misma un motivo suficiente como para suspender el proceso hasta las elecciones.”

Por Elena Llorente
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La joven marroquí Karima El-Marhoug, conocida como Ruby, llegó a la audiencia ayer en Milán.
Desde Roma

Gol de media cancha de las juezas de Milán que procesan al ex premier Silvio Berlusconi por prostitución de menores y extorsión en el “juicio Ruby”: los abogados defensores de Il Cavaliere pidieron la suspensión del proceso argumentando que su cliente no podía estar presente por sus compromisos electorales. Pero la fiscal y las tres juezas los dejaron sin argumentos. “La participación de un ciudadano en la actividad política no representa por sí misma un motivo suficiente como para suspender el proceso hasta las elecciones” –como habían pedido los defensores–, según las juezas Giulia Turri, Carmen D’Elia y Orsola De Cristoforo. La fiscal, Ida Boccassini, había solicitado que la instancia de Berlusconi fuera rechazada porque, entre otras cosas, no era ni siquiera candidato a premier.

“La ausencia de hoy es una elección personal del imputado”, agregaron las magistradas, porque participar de las reuniones de su partido nada tiene que ver con la actividad parlamentaria por la que, eventualmente, podría haber sido excusado, justificando el “legítimo impedimento”, una figura judicial que permite postergar las sesiones de un proceso.

Los defensores de Berlusconi tratan a menudo de dilatar las audiencias de los procesos que ha sufrido y todavía tiene pendientes, para tratar de encontrar otras soluciones defensivas mientras tanto. Entre ellas, nuevas leyes a medida, como las que hizo aprobar por el Parlamento todos estos años en los que fue primer ministro y que le permitieron salir indemne de varios juicios.

El juicio por prostitución de menores comenzó en abril pasado y es conocido como “proceso Ruby”, por el nombre artístico de la muchacha de origen marroquí Karima El-Marhoug, que siendo menor de edad pasó varios días en la residencia de Berlusconi en Milán y participó de las fiestas del bunga bunga. Ruby, convocada por los defensores de Berlusconi, se presentó ayer en el aula del proceso para ser interrogada. Pero ante la decisión de las jueces, los defensores decidieron no interrogarla, aceptando lo que ella había declarado a los magistrados precedentemente.

La reacción exasperada de los dirigentes del partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), no se hizo esperar, levantando como argumento central la instrumentalización que se estaba haciendo del proceso. El PDL y el mismo Berlusconi nunca pierden la oportunidad de decir que existe una campaña judicial en su contra, porque los jueces son de izquierda. El riesgo de instrumentalización del proceso durante la campaña electoral fue uno de los argumentos principales también de los abogados defensores al solicitar la postergación.

Es que en este delicado momento preelectoral, Berlusconi se está jugando el todo por el todo y teme, claramente, que si el juicio sigue adelante, puedan salir a relucir o volver a la memoria colectiva hechos vergonzosos para la imagen de hombre de familia y con una novia formal –aunque 49 años más joven que él– que ahora trata de vender. No hay que olvidar que de las eróticas –por no decir pornográficas– fiestas del bunga bunga participaba una marea de jóvenes, algunas incluso latinoamericanas, que recibían sistemáticamente regalos de Berlusconi. A varias de ellas, además, el premier les pagaba el alquiler de sus departamentos en un edificio construido por su familia.

Fabrizio Cicchitto, jefe del grupo del PDL en la Cámara de Diputados, fue más lejos todavía. “No podía faltar la intervención de la fiscal Boccassini sobre la campaña electoral. Silvio Berlusconi es indiscutiblemente el jefe de la coalición de centroderecha y el presidente del PDL. En consecuencia, su rol es institucional y políticamente decisivo en la campaña electoral. Nadie lo puede poner en duda. Y en efecto, nadie lo pone en duda excepto la fiscal Boccassini, lo que habla claramente de su objetividad”, dijo. Maurizio Gasparri, presidente del grupo PDL en el Senado, subrayó, por su parte, que “existe una clara voluntad de proseguir en las aulas judiciales una batalla contra Berlusconi. El uso político de la justicia es una elección prioritaria de la izquierda”, destacó.

Ruby llegó al tribunal acompañada por su novio, Luca Risso, y sus abogados, y la policía la mantuvo controlada para evitar que tuviera contacto con la prensa, aunque todos los flashes de los fotógrafos fueron para ella. El viernes continuará otro proceso contra Berlusconi, el de apelación por el caso Mediaset, y el 21 sigue el caso Ruby.

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