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El mundo|Martes, 10 de junio de 2003
COREA DEL NORTE ADMITIO QUE BUSCA FABRICAR ARMAS NUCLEARES Y DESAFIA A EE.UU.

Noticias bomba para la Casa Blanca

Por primera vez, Corea del Norte admitió ayer que busca producir armas nucleares. Estados Unidos reaccionó urgiendo al régimen comunista de Pyongyang a que desmantele inmediatamente sus programas militares.

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Un grupo de soldados norteamericanos dispara armas antitanque en Corea del Sur.
Por José Reinoso *
Desde Pekín

Después de un discreto silencio durante la guerra de Estados Unidos contra Irak, Corea del Norte ha vuelto a incrementar su retórica bélica frente a Washington. Por primera vez, ayer admitió su intención de fabricar armamento nuclear “si Estados Unidos mantiene su política hostil y continúa con su amenaza nuclear”, indicó el gobierno norcoreano. Pyongyang anunció que no quiere “chantajear a nadie”, sino reducir las armas convencionales para destinar parte del presupuesto militar a revitalizar su maltrecha economía. Pero la Casa Blanca respondió que “la mayor amenaza” del pueblo norcoreano viene de su propio gobierno. Y lo exhortó a desmantelar inmediatamente su programa nuclear.
“Si Estados Unidos continúa amenazando a la República Democrática Popular de Corea, no nos quedará otro remedio que desarrollar un dispositivo de disuasión nuclear”, informó ayer un comunicado oficial difundido por la agencia norcoreana KCNA. “No queremos chantajear a nadie, sino reducir las armas convencionales y transferir parte de los recursos humanos y financieros al desarrollo económico y la mejora de las condiciones de vida de la gente”, indicó el mensaje. La reacción de la Casa Blanca no se hizo esperar. “Corea del Norte necesita desmantelar inmediatamente su programa de armas nucleares. Esa es la mejor manera de alimentar a su pueblo y protegerlo”, dijo el vocero presidencial Ari Fleischer. “La mayor amenaza a la seguridad del pueblo de Corea del Norte viene de su gobierno, que hambrea a su propia gente”, dijo Fleischer en conferencia de prensa. Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que se renueven las conversaciones con el régimen norcoreano, el vocero dijo que Washington y sus aliados continúan el “proceso consultivo” sobre cómo y dónde mantener ese diálogo.
Pese a las reformas emprendidas el año pasado, la economía de Corea del Norte atraviesa grandes dificultades. Al punto que, según algunos expertos, se encuentra al borde del derrumbe. Buena parte de sus 22 millones de habitantes se alimenta gracias a la ayuda internacional y la falta de combustible y repuestos ha paralizado muchas industrias. Así que la declaración que el régimen de Kim Jong Il hizo ayer representa un nuevo paso, ya que hasta ahora no había señalado tan claramente su deseo de producir armas atómicas y tampoco había relacionado este plan con su situación económica. En varias ocasiones, Pyongyang ha dicho que está dispuesto a abandonar el programa nuclear que, hasta ahora, según dice, sólo está destinado a la generación de energía, si Estados Unidos le garantiza su seguridad y apoyo económico. En octubre pasado, Washington declaró que Corea del Norte reconoció que había mantenido un plan atómico secreto en contra de lo pactado en 1994 a cambio de ayuda, algo que su enemigo siempre ha negado. Como resultado, en diciembre pasado suspendió el envío de combustible a la península.
La semana pasada, el gobierno estadounidense anunció que desplazará hacia el sur a los soldados de la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas desde 1953. El movimiento ha recibido varias interpretaciones. Algunos analistas consideran que de esta forma Washington evitaría las numerosas bajas que produciría un hipotético ataque del Norte (Pyongyang concentra dos tercios de sus 1,2 millón de militares junto a esta frontera). Otros lo ven como una forma de adoptar un perfil más bajo en un país donde la presencia estadounidense ha recibido fuertes críticas por parte de la población. Y hay quienes temen que esta decisión pueda ser leída por Kim Jong Il como un distanciamiento entre Seúl y Washington, lo que podría envalentonarlo.
Después de que Tokio anunciara que incrementará las medias de seguridad del transbordador que transporta pasajeros entre Corea del Norte y Japón, el gobierno norcoreano ha suspendido los viajes de pasajeros por mar hacia y desde Japón. El régimen de Kim Jong II ha sido acusado de usar el barco para contrabandear piezas de misiles con destino a Pyongyang.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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