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El gobierno venezolano ordenó ayer el desalojo total de la cárcel de Uribana, en Barquisimeto, estado de Lara, luego de que el viernes murieran 61 personas y 120 resultaran heridas en un motín originado durante una requisa interna. El vicepresidente, Nicolás Maduro, pidió ayer a la fiscalía y a la Asamblea Nacional sendas investigaciones sobre lo sucedido. Mientras, el líder opositor Henrique Capriles dijo que varias horas después del hecho había “gran confusión” en el lugar.
El desalojo del establecimiento fue confirmado ayer por la tarde por la ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, quien explicó que en las primeras horas posteriores a la medida se había concretado el traslado de 138 mujeres detenidas a distintos penales del país. La funcionaria añadió que en las últimas 48 horas recibieron información sobre los enfrentamientos entre grupos enemigos en el penal, por lo que se llamó a una brigada de la Guardia Nacional para hacer la requisa que terminó en motín y destacó que la difusión que llevó a cabo la televisora Globovisión sobre los hechos dentro de la cárcel actuó como un “claro detonante para la violencia”.
Fue el jefe del Hospital Central de Barquisimeto, Ruy Medina, el que precisó que la cifra total de muertos ascendía a 61 y que los heridos sumaban 120, y explicó que la requisa tuvo una violenta resistencia entre los presos. “La mayor parte murieron por arma de fuego”, dijo Medina al canal de noticias Globovisión. El diario local El Informador puntualizó que la cárcel fue militarizada para controlar la salida de los heridos hacia hospitales cercanos y señaló que entre los muertos había un soldado y dos jefes de las bandas internas rivales.
Por su parte, el vicepresidente lamentó ayer el suceso e indicó que le solicitó investigaciones a la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, y al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. “Las cárceles tienen que ser gobernadas por la ley y tienen que ser centros para la recuperación de los compatriotas que lamentablemente han caído en los temas de la delincuencia, la violencia, la trasgresión de la ley”, destacó. A pocas horas de su llegada a Caracas procedente de Cuba, Maduro destacó que hubo una situación de confusión trágica que lamentó. “Le hemos pedido a la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, que inicie una investigación amplia y cuente con la colaboración de nuestros ministerios y nuestras autoridades”, manifestó.
También tomó la palabra el líder opositor Henrique Capriles, quien sostuvo que varias horas después del hecho había “gran confusión” en el lugar y criticó la respuesta del gobierno ante lo que consideró “una de las peores masacres” penitenciarias en la historia de Venezuela. “Le mintieron al país diciendo que la crisis penitenciaria se había superado”, escribió Capriles en su cuenta de la red social Twitter. Ante esta situación, la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) pidió a la Fiscalía una investigación y afirmó que en la requisa se aplicó un uso desproporcionado de la fuerza.
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