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El mundo|Sábado, 9 de febrero de 2013
El bloque regional aprobó un ajuste de 34.300 millones de euros en los próximos seis años

Máxima austeridad para el presupuesto europeo

Tal como exigían Londres y Berlín, y por primera vez en la historia de la Unión Europea, se aprobó un presupuesto más bajo que el anterior. Los líderes acordaron un techo de gasto, pero el Europarlamento podría vetar el acuerdo.

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Tras el acuerdo, el presidente francés, François Hollande, y asesores se retiran de la cumbre de la UE en Bruselas.

Tras negociaciones maratónicas en Bruselas, los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE) lograron ayer aprobar el presupuesto para el período 2014/2020. El acuerdo supone 34.300 millones menos de euros respecto del presupuesto precedente y se caracteriza por la máxima austeridad, tal como exigían Londres y Berlín.

Finalmente ocurrió. Y por primera vez en la corta historia de la UE, se aprobó un presupuesto más bajo que el anterior. Reunidos en una cumbre que se inició el jueves con seis horas de retraso y que finalizó después de 26 horas de negociación, los líderes europeos acordaron un techo de gasto de 960 mil millones de euros (1,3 billón de dólares), unos 12 mil millones de euros menos que la propuesta presentada por el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en la anterior cumbre sobre el presupuesto de la UE de noviembre, que finalmente fracasó. Pero no es la única novedad. Quedó plasmado que el nuevo eje circunstancial de la austeridad Londres-Berlín barrió en Bruselas al verdadero “eje franco-alemán”, la alianza que fue el tradicional motor de la construcción comunitaria en los últimos casi 60 años. Sin embargo, la apuesta de los líderes europeos es arriesgada y sin la aprobación del Parlamento Europeo será imposible sacar adelante el próximo presupuesto del bloque. El cuerpo, con su presidente Martin Schulz al frente, podría vetar un acuerdo que, para las principales formaciones de la Eurocámara, resulta “inaceptable”.

“Acuerdo conseguido. (El Consejo Europeo) Ha acordado (las Perspectivas Financieras) para el resto de la década. Valió la pena esperar”, aseguró Van Rompuy en un mensaje de la red social Twitter. En la rueda de prensa final del Consejo, quien también tomó la palabra fue la canciller germana, Angela Merkel. “Los esfuerzos han dado su fruto, es un buen acuerdo, es un acuerdo importante”, comentó.

El primer ministro británico, David Cameron –que llegó a Bruselas arropado por el ala más euroescéptica del Partido Conservador y por gran parte de la opinión pública británica, incluido un sector del laborismo, cada vez más escorada hacia tesis eurofóbicas– manifestó su logro y resaltó que consiguió rebajar la anterior propuesta del presupuesto en 24 mil millones de euros. “La opinión pública británica puede estar orgullosa de que hayamos logrado reducir el techo de (compromisos) de gasto”, agregó.

Además de imponer su visión de ahorro, Cameron salió de esta cumbre reforzado después de mantener intacto el “cheque británico”, los cerca de cinco mil millones de euros anuales que recibe Londres desde 1984, cuando la entonces primera ministra, Margaret Thatcher, obtuvo esa concesión como compensación por los escasos beneficios que alcanza el Reino Unido de la Política Agrícola Común (PAC). “El cheque está garantizado”, enfatizó el premier.

España, por su parte, salió beneficiada. Logró tener un saldo neto favorable, próximo a los niveles del presupuesto anterior, lo que le permite a Madrid recibir ayudas netas de Bruselas por un valor cercano al 0,2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), según confirmó el presidente del gobierno, Mariano Rajoy. “Vamos a recibir más de lo que aportamos. El saldo neto es del 0,2 por ciento del PBI y, por tanto, podemos estar contentos y satisfechos”, comentó. España temía perder su status de beneficiario neto y pasar al de contribuyente neto, aportando más de lo que recibe de Bruselas. “Ha sido un proceso arduo, largo y trabajoso pero hemos alcanzado un buen acuerdo”, destacó. Teniendo en cuenta, por ejemplo, que el país ibérico padece cerca de un 55 por ciento de desempleo entre los menores de 25 años, el más alto junto con Grecia, Rajoy se mostró satisfecho por la creación del fondo para luchar contra el de-sempleo juvenil, dotado con 6 mil millones de euros (unos 7 mil millones de dólares) de los cuales 3 mil millones son recursos “frescos” y los otros 3 mil provienen del Fondo Social Europeo (FSE). Madrid, dijo, obtendrá cerca del 30 por ciento, equivalente a mil millones de euros. Otro “éxito” para España fue la aprobación de 1824 millones de euros para fondos de cohesión, con 50 millones adicionales de fondos estructurales para Ceuta y Melilla y la ayuda especial de 1100 euros por desempleado para regiones en transición, que permitirán ingresar 932 millones. Asimismo, el presidente del gobierno español sostuvo que su país consolida su situación en política agraria con una dotación de 35 mil millones y de 8300 en desarrollo rural, de los que 500 corresponden a una asignación específica conseguida en el último tramo de la negociación. “Este resultado es muy importante para España ante la crisis que atravesamos y los importantes esfuerzos de consolidación fiscal que estamos haciendo”, aseguró. Ante la posibilidad de que el Parlamento Europeo pueda intentar vetar el presupuesto, Rajoy confió en que eso no ocurra. “Espero que todos los que formamos parte del Consejo Europeo podamos convencer a los diputados del Parlamento Europeo de que es un buen presupuesto en la situación en que vivimos en este momento”, comentó. También rechazó la interpretación de que en el Consejo Europeo han triunfado los que querían, menos Europa porque el presupuesto será menor.

El gran derrotado de esta cumbre fue, sin embargo, el presidente galo, François Hollande, quien no prosperó en su exigencia de un presupuesto más expansivo. Sin embargo, tildó al presupuesto como un “buen compromiso” y añadió que las peticiones esenciales de Francia se cumplieron. “Se puede decir que hemos alcanzado nuestros objetivos”, agregó. Con unos 10 mil millones de euros anuales, Francia es el mayor receptor de subsidios agrícolas de la UE y conservó las subvenciones de Bruselas sobre todo en este sector. Hollande señaló que la cumbre también accedió a la petición de París de seguir subvencionando a las regiones pobres e incentivar el crecimiento económico.

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