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El mundo|Domingo, 17 de marzo de 2013
EN LIMA, SUSANA VILLARAN ENFRENTA UN REFERENDUM REVOCATORIO

La derecha le apunta a la alcaldesa

El referéndum para sacarla de la alcaldía de Lima es impulsado por la derecha más conservadora. Se han unido el ex presidente Alan García, el partido del encarcelado ex dictador Alberto Fujimori y el anterior alcalde de Lima.

Por Carlos Noriega
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Simpatizantes de Villarán durante el cierre de campaña en Lima.

Desde Lima

Susana Villarán, que en enero de 2011 se convirtió, al frente de una coalición de izquierda, en la primera mujer electa por el voto popular a la alcaldía de Lima, puede convertirse también en la primera máxima autoridad de la capital peruana en ser destituida de su cargo por ese mismo voto popular. Villarán se enfrenta hoy a un referéndum revocatorio –el primero de este tipo que se realiza en Lima– para sacarla de la alcaldía. Seis millones trescientos mil limeños elegirán entre el Sí, para que la alcaldesa sea destituida, o el No, para que no lo sea y se mantenga en su cargo hasta el final de su mandato, en diciembre de 2014.

Las encuestas pronostican un resultado muy ajustado. Según dos encuestas, que no se pueden publicar en el país porque la ley prohíbe su difusión en la última semana de campaña y a las que Página/12 tuvo acceso, el Sí mantiene una ventaja mínima, que en los hechos es un empate técnico: 50,5 por ciento para el Sí y 49,5 por ciento para el No, en un caso, y 50,2 por ciento para el Sí y 49,8 por ciento para el No, en el otro sondeo. Hace una semana la ventaja del Sí llegaba hasta los diez puntos.

La gestión municipal de Villarán ha logrado impulsar una fuerte inversión privada en obras de infraestructura, especialmente vial, ha desarrollado una serie de programas sociales y ha puesto en marcha una reforma del caótico transporte público para formalizarlo, reforma que ha chocado con muchos intereses económicos, pero, a solo dos años de gestión, todavía no se ven los resultados de la mayor parte de esas obras ni los beneficios de la reforma del transporte público. Y en su contra ha tenido, desde que inició su gestión, una dura oposición y una sostenida campaña de desprestigio. “Ningún alcalde antes ha tenido desde un inicio una oposición tan enconada como la que ha tenido Susana Villarán”, dice Fernando Tuesta, analista político y profesor de la Universidad Católica. La lentitud inicial en los primeros meses de la gestión de Villarán para poner en marcha la pesada maquinaria burocrática de la Municipalidad de Lima y la poca acción del equipo de la alcaldesa para informar sobre sus acciones y promover sus obras han contribuido a que la campaña en su contra gane espacio entre la población. Hace unos días, Susana Villarán dio un mensaje por televisión en el que dijo que reconocía haber cometido errores, ofreció corregirlos y pidió “una segunda oportunidad”.

Con Susana Villarán, de 63 años, la izquierda ha llegado por segunda vez al gobierno de la capital. La anterior oportunidad fue con el fallecido Alfonso Barrantes, que al frente de la desaparecida coalición Izquierda Unida fue alcalde de Lima entre enero de 1983 y diciembre de 1985. De una familia limeña tradicional de clase media alta –lo que sus críticos han utilizado en esta campaña para buscar alejarla de los sectores populares–, desde joven Susana Villarán se vinculó a la izquierda católica. Se define como de izquierda moderada y dice tener como referentes políticos en la región a Michelle Bachelet, Lula y la experiencia del Frente Amplio en Uruguay. Fue secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos entre 1995 y 1997, durante la dictadura de Alberto Fujimori, y a la caída del régimen fujimorista fue nombrada ministra de la Mujer y Desarrollo Social por el gobierno de transición democrática de Valentín Paniagua (2000-2001). En 2006, se postuló, sin éxito, a la presidencia. Obtuvo menos del uno por ciento. Divorciada y con tres hijos, se ha declarado partidaria del derecho de la mujer al aborto y el matrimonio gay.

El referéndum para sacarla de la alcaldía de Lima es impulsado por la derecha más conservadora. Se han unido en este intento, el ex presidente Alan García, el partido del encarcelado ex dictador Alberto Fujimori y el anterior alcalde de Lima, Luis Castañeda, denunciado por corrupción por la administración de Villarán. A ellos se han sumado grupos religiosos conservadores, como sectores evangelistas, y un sector de los transportistas públicos, que se benefician con la informalidad del sistema y se oponen a la reforma para formalizarlo. “Un triunfo de la opción que busca revocar a la alcaldesa fortalecería al sector más conservador de la derecha”, dice el analista Fernando Tuesta.

Frente a esa coalición de intereses políticos y económicos para sacarla del cargo, la alcaldesa de Lima tiene el respaldo no solamente de las diversas agrupaciones de izquierda y de los sindicatos, sino también de gremios empresariales y algunos partidos de centro y de derecha, como los partidos del ex presidente Alejandro Toledo y de la lideresa socialcristiana Lourdes Flores, que fuera la principal rival de Villarán en las últimas elecciones municipales. El presidente Ollanta Humala no ha tomado posición ante este referéndum y ha dicho que su gobierno se mantiene neutral.

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