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El mundo|Martes, 26 de marzo de 2013
Los bancos más grandes abrirán el jueves en medio de las restricciones impuestas por el rescate

Chipre, entre la resignación y la cautela

El levantamiento del corralito no se procesará de inmediato y no queda claro el plazo para levantar la restricción de retiro de efectivo de cajeros. Entre los chipriotas predominaba la percepción de que la salida de la crisis está lejos.

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El ministro de Finanzas, Michalis Sarris, aseguró desde Bruselas que la isla evitó una salida catastrófica del euro.

El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, confirmó ayer que los bancos, a excepción de los dos mayores del país, reabrirán hoy sus puertas aunque mantendrán limitaciones en las operaciones financieras. “El Banco Central de Chipre, aplicando las leyes que ha votado el Parlamento, impondrá algunas restricciones a las transacciones. Es una medida provisional que progresivamente se irá levantando”, dijo Anastasiadis en un discurso televisado. De esta manera, el jefe del Ejecutivo chipriota contradijo algunas informaciones suministradas por las entidades financieras y dejó en claro que la normalización del sistema bancario está lejos de haber concluido.

Anastasiadis admitió en su mensaje que había tomado decisiones dolorosas para salvar al país de la quiebra y prometió que Chipre se levantará nuevamente. El presidente chipriota dijo que su misión ante la troika de acreedores –la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional– fue “una tarea extremadamente difícil con un único objetivo: salvar a nuestro país mediante la consolidación y la racionalización de nuestro sistema bancario”. “Se vivieron horas difíciles y a veces momentos dramáticos. Chipre estaba al borde del derrumbe económico. Fue una gran batalla de la que salimos heridos, pero de pie y determinados a empezar de nuevo”, sostuvo.

Chipre consiguió que la Eurozona acudiera a su rescate para evitar la cesación de pagos con un acuerdo logrado en la noche del domingo en Bruselas, pero que implica una reestructuración de su sector bancario y una quita del 30 por ciento en los depósitos que superen los 100 mil euros. Según el acuerdo alcanzado por el Eurogrupo, el Banco Popular (Laiki Bank) –intervenido por el Estado desde el pasado año– será dividido en un banco bueno y otro malo. La parte sana en activos y con los depósitos inferiores a 100.000 euros –además de una deuda de 9000 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE)– serán asumidos por el Banco de Chipre. El resto –préstamos morosos, depósitos superiores a 100.000 euros, paquetes accionariales y de bonos– pasará al banco malo, que será liquidado.

El Estado espera que tan sólo de esta operación de reestructuración bancaria se puedan aportar 4200 millones de euros del total de 5800 millones que se comprometió a reunir procedente del sector financiero, a cambio de un rescate de 10.000 millones de euros. Con todo, hasta que las dos principales instituciones financieras del país reabran sus puertas, éstas mantendrán las restricciones de retirada de efectivo en los cajeros automáticos en 120 euros el Banco de Chipre y en 100 euros el Popular.

Por su parte, el Banco Central de Chipre anunció en un comunicado que las entidades operarán mañana (por hoy) normalmente durante sus horas de trabajo habituales y precisó que los dos más grandes, el Banco de Chipre y el Laiki Bank, deberán esperar hasta el jueves para su reapertura para poder finalizar los aspectos operativos de su fusión.

Todo esto significa que el levantamiento del corralito no se procesará de inmediato, quedando en un cuadro confuso los plazos de vigencia de las restricciones para el retiro de efectivo y, asimismo, muy poco claro aún cuáles serán las limitaciones al giro de capitales al exterior.

En su comunicado, el Banco Central sostuvo que la operación de reestructuración “posibilitará la creación de un banco sano y resistente, capaz de atender las necesidades de sus clientes y, más adelante, respaldar la economía de Chipre”. Por su parte, el BCE aseguró que garantizará la provisión urgente de liquidez solicitada por el Banco de Chipre.

En la televisión de Chipre se repitieron una y otra vez las declaraciones del ministro de Finanzas local, Michalis Sarris, quien desde Bruselas aseguró que la isla evitó una salida catastrófica del euro. “Ahora (los ministros de Finanzas de la UE) prometieron ayudarnos”, dijo.

“¿Ayuda?”, preguntaba el director de una sucursal bancaria en el centro de Nicosia. “Ya lo veo venir, pronto tendremos una desocupación del 30 por ciento como los griegos y los españoles”, aseguraba el empleado antes de marcharse para volver a cargar dinero en el cajero automático de su entidad. Giannis Sophokleous, empleado de un hotel, comentó: “Esto es una catástrofe. Nos han quitado nuestro medio de vida. ¿Cómo voy a reparar el hotel si se me quita por obligación la mitad del dinero que tengo en el banco?” Evangelia, empleada de un hotel en el centro de Nicosia, teme perder su puesto de trabajo. “La información negativa ahuyentará a los turistas”, dijo. En la prensa había un poco de todo. El diario comunista Charavgi habló de “extorsión catastrófica de la troika (UE-BCE-FMI)”. Los comunistas son la segunda fuerza política en el Parlamento. “Thriller (en Bruselas) con una ruda extorsión”, tituló el diario de mayor tirada de Chipre, Fileleftheros.

“¿El 30 por ciento? Para eso trabajé durante 20 años. Yo no soy un ruso, no soy un oligarca, tengo una pequeña tienda de zapatos”, se lamentaba el dueño de un negocio, ubicado en la céntrica Lendras, una conocida calle de compras en Nicosia. El negocio abrió ayer, a pesar de ser un día de fiesta. “Espero que haya algún que otro cliente”, dijo.

La prensa conservadora reaccionó de forma más cautelosa: “Un acuerdo obligado”, señaló de forma neutral el diario Simerini, que apuntó además que el presidente Anastasiadis no tuvo otra opción.

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