El agravamiento del conflicto colombiano es motivo de preocupación para Brasil. Por eso las autoridades brasileñas lanzarán en septiembre sendas operaciones de fiscalización permanente de las fronteras con Perú y Venezuela para prevenir el narcotráfico, al igual que desde hace tres años está haciendo con Colombia en lo que se conoce como Operación Cobra. A las entre 80 y 180 personas que trabajan en ésta, se sumarán otros 180 que se repartirán en la vigilancia fluvial y aérea de los ríos y espacios aéreos colindantes con Perú y Venezuela, ayudados por los medios técnicos de observación del territorio amazónico del Sistema de Vigilancia Amazónico y por el Ejército brasileño. Las Fuerzas Armadas brasileñas concluyeron ayer la Operación Timbó, unos ejercicios conjuntos del Ejército, la Marina y la Aviación destinados a “peinar” una región del tamaño de Francia en la Amazonia brasileña a lo largo de 2600 kilómetros de frontera con Colombia y Perú. Esta operación, que ha movilizado a más de 4000 hombres de los tres cuerpos armados y costó 10 millones de reales (unos 3,4 millones de dólares), tenía como objeto el entrenamiento en las operaciones conjuntas del Ejército y la vigilancia de una zona “caliente”, ruta de drogas y armas que entran y salen del país con dirección a Perú y Colombia.