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El mundo|Lunes, 20 de mayo de 2013
Luego de que el gobierno prohibiera un congreso del grupo Ansar Ashariaa

En Túnez chocaron policías y salafistas

Un joven manifestante murió ayer en Túnez y más de 15 policías y militantes salafistas resultaron heridos en los enfrentamientos ocurridos en la ciudad de Kairuán entre las fuerzas de seguridad y partidarios del movimiento islamista radical Ansar Ashariaa, al que el primer ministro tunecino calificó por primera vez de “terrorista”.

Durante un viaje a Qatar, Ali Larayedh declaró a la televisión pública que “Ansar Ashariaa es una organización ilegal que desafía y provoca a la autoridad del Estado”. Este grupo “está relacionado e implicado en el terrorismo”, añadió el premier y alto responsable del partido islamista Ennahda que dirige el gobierno. Ansar Ashariaa está considerado como cercano a Al Qaida, en un momento en que Túnez vive un ascenso de los grupúsculos jihadistas desde la revolución de 2011. El Ministerio del Interior indicó que fueron los militantes de Ansar Ashariaa los que desencadenaron los enfrentamientos en las afueras de Túnez que dejaron 15 policías heridos y una víctima mortal civil.

Tras la prohibición de reunirse en Kairuán (150 kilómetros al sur de Túnez), Ansar Ashariaa pidió a sus militantes que se reunieran en Cité Ettadhamen, un barrio salafista a 15 kilómetros al oeste de la capital que ya había sido escenario de enfrentamientos la semana pasada. Los choques estallaron hacia el mediodía en el barrio y continuaron en la ciudad vecina de Intilaka, donde cientos de manifestantes provistos de piedras, armas blancas y cócteles Molotov se refugiaron tras haber sido rechazados con disparos, gases lacrimógenos y por el avance de los tanques. Ayer, en la noche local, todavía se registraban enfrentamientos esporádicos, pero la policía parecía tener el control de estos barrios. En Kairuán reinaba la calma y se retiró el dispositivo de seguridad.

El gobierno tunecino, dirigido por el partido islamista Ennahda, prohibió el congreso de Ansar Ashariaa por considerar que era “una amenaza para la seguridad”. Según una fuente de seguridad en el lugar, 70 militantes salafistas fueron detenidos en Kairuán. No se proporcionó ninguna cifra precisa sobre las detenciones en Túnez, aunque el Ministerio del Interior informó de “varias decenas de arrestos de bandidos y de salafistas” en todo el país. El portavoz de Ansar Ashariaa, Seifedine Rais, fue uno de los detenidos ayer, indicó su organización y una fuente de seguridad.

Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) dio apoyo el sábado por la noche a Ansar Ashariaa e hizo un llamamiento a los militantes tunecinos a no ceder a las provocaciones de las autoridades. “No se dejen provocar por el régimen y su barbarismo para cometer actos imprudentes que podrían afectar el apoyo popular que tienen”, dijo Abu Yahia al Shanqiti, miembro del comité Al Charia de AQMI.

Desde su llegada al poder, Ennahda ha sido acusado de ser permisivo con los grupos que proclaman la guerra santa. Sin embargo, el partido endureció mucho su posición desde que 16 militares y gendarmes resultaron heridos entre fines de abril y principios de mayo por unas minas colocadas por grupos armados en una zona cerca de la frontera con Argelia. Ansar Ashariaa acusa a su vez a Ennahda de aplicar una política antiislámica y amenazó al gobierno con una “guerra”.

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