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El mundo|Sábado, 15 de junio de 2013
MASIVA CONCURRENCIA A LAS URNAS Y CRITICAS DEL LIDER SUPREMO A ESTADOS UNIDOS

Los iraníes votaron en avalancha

En Teherán, los votantes desafiaron un calor agobiante de 36 grados y formaron largas colas en los colegios y otros sitios habilitados para ejercer el sufragio. La ciudad estuvo tranquila durante toda la jornada.

Una familia hace el signo de la victoria después de votar en los comicios presidenciales iraníes en Teherán.
Imagen: EFE.

Los iraníes votaron ayer en masa para elegir un nuevo presidente en unos comicios que enfrentaron a los dos principales sectores del espectro político del país: ultraconservadores que buscan cimentar su control del poder y debilitados reformistas unidos tras el único candidato moderado. Las elecciones, cuyos resultados se esperan para la madrugada de hoy, comenzaron con un fuerte rechazo del líder supremo, ayatolá Ali Jamenei, a cuestionamientos de Estados Unidos sobre la transparencia de los comicios, proclamando que Washington se vaya “al infierno” luego de depositar su voto en Teherán.

Estados Unidos y algunos países occidentales más criticaron el proceso electoral por considerar que todo está digitado para favorecer a los candidatos que más defienden el régimen teocrático de Irán, a lo que Jamenei y otros dirigentes respondieron pidiendo una masiva concurrencia a la urnas que legitime las elecciones. En Teherán, los votantes desafiaron un calor agobiante de 36 grados y formaron largas colas en los colegios y otros sitios habilitados para ejercer el sufragio. La ciudad estuvo tranquila toda la jornada, muchas tiendas abrieron y la circulación de autos fue abundante cerca de los centros de votación, donde la policía había desplegado numerosos agentes por seguridad.

No hay un candidato claramente favorito entre los seis que buscan suceder a Mahmud Ahmadinejad, cuyos ocho años en el poder llegaron a su fin por leyes que impiden un tercer mandato seguido. El sector de liberales, reformistas y activistas opositores –muy debilitado y fragmentado por la presión oficial– encontraron inspiración esta semana en torno del ex negociador nuclear Hassan Rohani, el único candidato relativamente moderado.

Un triunfo de Rohani sería un pequeño revés para el establishment teocrático iraní, aunque no un desafío tan grande como el que encarnó hace cuatro años el reformista Movimiento Verde, que fue reprimido luego de impulsar masivas protestas tras denunciar fraude en la reelección de Ahmadinejad en 2009. Los dos líderes del Movimiento Verde, Mir Husein Musavi y Mehdi Karrubi, están con prisión domiciliaria desde hace más de dos años, incomunicados y sin juicio.

El presidente de Irán es la mayor autoridad estatal, pero muy por detrás del líder supremo, y no tiene ningún rol directo en las decisiones más delicadas, como el programa nuclear –en el centro de un diferendo con Occidente–, defensa o política exterior. No obstante, sí es la cara pública del régimen y su principal interlocutor en el extranjero, además de ser el principal encargado de la política económica.

Precisamente la marcha de la economía fue uno de los temas centrales de la campaña, debido al efecto que tuvieron las sanciones internacionales impuestas al país por las dudas sobre si su programa nuclear es pacífico o no. Las penalidades redujeron fuertemente la renta petrolera de Irán y le cortaron su acceso al sistema bancario internacional, mientras que la moneda local, el rial, perdió la mitad de su valor en un año y la inflación se disparó.

Si ningún candidato logra una mayoría, se deberá celebrar una segunda vuelta el 21 de junio. Las mesas cerraron a las 21 (las 13.30 en Argentina) luego de que las autoridades extendieran tres horas el horario de la votación, y los resultados se esperan para la madrugada de hoy, según dijo la Comisión Electoral.

Irán no permite la presencia de observadores internacionales. Al votar en Teherán, el candidato ultraconservador Ali Akbar Velayati instó a los electores a “abarrotar las urnas de votos para reafirmar el apoyo a la República Islámica”. Los clérigos que supervisan la vida política iraní aprobaron sólo ocho candidatos de entre los 680 que se registraron para competir. Dos abandonaron esta semana, con lo que los comicios, los undécimos desde la fundación de la República Islámica, serán los más restringidos hasta ahora.

En la larga jornada de votación, según distintas web informativas y medios locales consultados que dan datos propios, ningún candidato habría obtenido una mayoría por encima del 50 por ciento, por lo que sería preciso realizar una segunda vuelta, que tendría lugar el 21 de junio.

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