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El mundo|Jueves, 18 de julio de 2013
Una cifra record que no se veía desde 2005 muestra los nefastos efectos de la recesión

Italia suma diez millones de pobres

Según datos difundidos ayer por el Banco Central, el Producto Interno Bruto italiano sufrirá una baja del 1,9 por ciento en 2013. En 2012 el número de pobres habría llegado al 15,8 por ciento de la población. La reactivación no llega.

Por Elena Llorente
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Un músico callejero en Roma, lejos de las ofertas de la tienda de moda vacía.

Desde Roma

Italia es cada vez más pobre. No hay caso. No logra despegar. No logra salir de la profunda crisis que la estrangula desde hace más de tres años. Y las nuevas previsiones del Banco de Italia, es decir el Banco Central de la península sobre la marcha de la economía, no son muy alentadoras. Tampoco lo son las cifras difundidas ayer por el Istat, el Instituto de Estadísticas de Italia, sobre la cantidad de pobres que ahora llega a casi diez millones, una cifra record que no se veía desde 2005 y que muestra los más nefastos efectos de la recesión económica.

Según datos difundidos ayer por el Banco Central, el Producto Interno Bruto (PIB) no sufrirá una baja del -1 por ciento en el 2013, como había sido previsto por los organismos financieros hasta ahora, sino que la situación será peor. Se estima casi el doble, es decir -1,9 por ciento. Según el Boletín del ente financiero, se hizo necesario rever la cifra debido a algunos problemas que marcaron el ritmo de la economía en la primera mitad del año, sobre todo los escasos y lentos intercambios internacionales y los problemas en el mercado del crédito, que han retrasado la salida de la economía de la fase recesiva.

Pero como para no dejar a los italianos con una nueva angustia en el corazón, ahora que es tiempo de vacaciones y de playa –aunque la mayoría de ellos se quede en casa–, el Banco de Italia aseguró que las cosas se estabilizarán a fines de 2013 y que en 2014 habrá crecimiento del PIB a un ritmo medio del 0,7 por ciento al año, gracias a la aceleración de los intercambios con el exterior y a la recuperación de las inversiones productivas.

Pero dado que los italianos están escuchando desde hace varios años que “las cosas se recuperarán en los próximos meses” –frase respaldada a su vez por previsiones de los organismos financieros europeos– les cuesta creer que esto pueda ser verdad. Encendida por varias trampas del capitalismo estadounidense en 2008, la crisis se comenzó a sentir en Italia en 2009 y hasta ahora no ha tenido grandes mejorías.

El otro dato publicado ayer por el Istat sobre el número de pobres es realmente escalofriante, en un país donde la comida abunda y los frutos de la tierra también. En 2012 el número de pobres habría llegado al 15,8 por ciento de la población, cuando en 2011 era el 13,6 por ciento. Se trata de una cifra record, la más alta desde 2005. Y entre estos pobres, dicen los expertos, hay no sólo obreros sino también empleados simples y de un cierto nivel. Las estadísticas hablan de 9,563 millones de personas –sobre casi 60 millones de habitantes– en condiciones de pobreza, es decir que reciben como promedio poco más de 500 euros al mes, cuando una persona normal necesita al menos tres veces esa cifra para subsistir si además tiene que pagar un alquiler. Del total de personas pobres, 4,814 millones (el 8 por ciento) se encuentran en condiciones de pobreza absoluta, es decir no logran comprar los bienes necesarios para la subsistencia. Sobre todo se trata de familias numerosas, es decir con cuatro o cinco componentes, pero también de familias que cuentan con uno solo de los padres. Casi la mitad de los pobres absolutos, además, vive en el sur de Italia, sobre todo en las regiones de Puglia, Calabria y Sicilia.

Pero en realidad no es necesario ir hasta el sur de Italia para ver a los pobres por las calles, y no sólo inmigrantes como era hasta hace algunos años. Duermen en las estaciones de trenes, en los rincones más oscuros e inhóspitos de la ciudad. En Roma, cerca de la estación de trenes Termini, los comedores de voluntarios, a los que todos los desesperados pueden ir a comer sin que nadie les pregunte nada, se han multiplicado. En particular los de Caritas, que dependen de la Iglesia Católica. Antes eran sede sólo de inmigrantes, generalmente del norte de Africa. Hoy hay de todo. Y después se los ve dormir envueltos en una manta, en cuanta galería deshabitada encuentren. Incluso cerca del Vaticano. Porque las galerías les dan alguna protección contra los imprevistos cambios del tiempo. “Los datos proporcionados hoy por el Istat hablan de un país que está gravemente enfermo –comentó Don Luigi Ciotti, un sacerdote famoso en Italia por su compromiso con organismos sociales y no gubernamentales que se enfrentan a las mafias y estimulan la solidaridad, por lo que ha sido varias veces distinguido–. Está enferma la democracia que no puede garantizar a todas las personas una vida digna y libre. Nadie tiene la receta. Pero lo cierto es que la política debe alejarse de los “tacticismos” y de las reparticiones de poder, tiene que reducir la distancia con lo social y dejarse guiar por las necesidades de las personas. Algunos organismos no gubernamentales, basándose en esos principios, han promovido una campaña denominada “Miseria Ladrona”, contra todas las formas de pobreza, y para eso tratan de atraer a organizaciones de voluntariado del país y del extranjero.

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