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La mayoría de los dirigentes chilenos, incluida la candidata presidencial por Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, valoró ayer la decisión del mandatario Sebastián Piñera de cerrar el penal Cordillera, en la comuna de Peñalolén, donde diez ex militares de alto rango que cumplen condena por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura pinochetista gozaban de diversos privilegios. Bachelet, que gobernó el país entre 2006 y 2010, destacó la decisión de Piñera y agregó que Chile está en condiciones de afrontarla. La ministra de Justicia, Patricia Pérez, apuntó que el traslado de los detenidos al Penal de Punta Peuco se demorará un tiempo indeterminado porque es un operativo que está en manos de Gendarmería y que implica una serie de elementos de logística.
La senadora demócrata cristiana (DC) y ex ministra de Justicia (2000-2004) Soledad Alvear consideró positivo el cierre del penal. “No se justifica tener un lugar como ése en un espacio que no fue construido como recinto penitenciario”, manifestó. Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), dijo que estaba sorprendida por la decisión y que quienes tienen que dar una respuesta son los que crearon el penal Cordillera y las cárceles especiales, y todos los que no hicieron nada por cerrarlo.
La dirigenta aclaró que con esto no se resuelve el tema de fondo y remarcó que saludaría con mucha más fuerza la decisión si observara de parte del presidente Piñera una actitud que permita avanzar para terminar con las cárceles especiales. “Yo, como presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, voy a mantener siempre una posición respecto de lo que ha significado nuestra lucha por el ‘nunca más’, por el no a la impunidad, y eso sin duda significa el fin de las cárceles especiales”, concluyó Pizarro.
La controversia acerca de las “cárceles vip” se actualizó en los últimos días, luego de que se conociera la intención de algunos ex militares de realizar un asado de camaradería en el penal Cordillera para homenajear al brigadier Miguel Krassnoff, condenado a más de cien años por secuestro, tortura y desaparición de opositores durante la dictadura militar (1973-1990).
A ese hecho se sumaron declaraciones de gendarmes a cargo de la custodia de los presos, quienes denunciaron las condiciones exclusivas de ese recinto carcelario, con piscina, cancha de tenis y TV por cable, entre otras comodidades.
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