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El mundo|Domingo, 26 de enero de 2014
PERU Y CHILE DIRIMEN UNA DISPUTA TERRITORIAL MARITIMA EN EL TRIBUNAL INTERNACIONAL

Expectativa por el fallo de La Haya

El fallo del lunes decidirá la última controversia fronteriza pendiente entre ambos países, que se enfrentaron en la Guerra del Pacífico (1879-1883), conflicto armado en el que Chile se anexó parte del territorio peruano.

Por Carlos Noriega
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La bandera peruana ondea sobre el consulado de ese país en la ciudad fronteriza de Arica.

Desde Lima

Con una gran expectativa y en un ambiente de optimismo, el Perú espera, este lunes 27, el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que delimitará definitivamente su frontera marítima con Chile. El Perú reclama soberanía sobre un triángulo de 38,324 kilómetros cuadrados de mar que ahora se encuentran bajo la jurisdicción de Chile, y sobre otros 28,356 kilómetros cuadrados, considerados hasta hoy como aguas internacionales. Se trata de la última controversia fronteriza pendiente entre ambos países, que se enfrentaron en la Guerra del Pacífico (1879-1883), en la que Chile se anexó parte del territorio peruano. Al gobierno le preocupa un exceso de optimismo en la población de que el fallo será favorable al Perú y ha pedido serenidad y prudencia.

Por estos días, el fallo de La Haya es un tema excluyente. Está en el centro del escenario político, de los medios y de las conversaciones en la calle. Los canales de televisión anuncian una programación especial para el esperado día: transmitirán en directo desde La Haya la lectura del fallo, que se estima durará unas dos horas, y tendrán paneles para analizar la sentencia. Alrededor de este asunto se respira un inusual ambiente de unidad, al menos en el discurso público, entre las distintas agrupaciones políticas. El presidente Ollanta Humala se ha reunido, en los últimos días, con los ex presidentes Alan García y Alejandro Toledo, y con los líderes de los partidos políticos y ha recibido, en este tema, el respaldo público de todas las fuerzas políticas. Sindicatos, gremios empresariales y organizaciones sociales se han sumado a ese apoyo.

Pero no han faltado algunas posturas que han desentonado con una actitud mayoritariamente mesurada. El caso más notorio ha sido el del ex presidente Alan García quien, en medio de graves acusaciones por corrupción en su contra, ha buscado agitar los sentimientos nacionalistas más primarios para intentar ganar algo a su favor. Su llamado a embanderar el país el día del fallo de La Haya como un acto de “reivindicación nacional”, encontró más críticas que respaldo.

En enero de 2008, el Perú planteó una demanda ante la Corte de La Haya para que se delimite su frontera marítima con Chile, argumentando que no existe un tratado fronterizo marítimo. Chile, basado en un tratado de pesca de 1954, asegura que sí hay una frontera marítima entre ambos países, establecida en la línea del paralelo geográfico partiendo de la frontera terrestre, y argumenta que a partir de ese tratado en los hechos ejerce soberanía efectiva en la zona marítima que reclama Perú. Para el Perú ese tratado del ’54 solamente delimita las zonas de pesca, pero no establece una frontera marítima, y alega que por la geografía de las costas de ambas naciones la línea del paralelo le quita al Perú una importante área de mar y pide que la frontera sea establecida con una línea diagonal equidistante que parta de la costa hacia el sur. Lo que está en juego entre estas dos posiciones es una importante zona marítima rica en pesca. Si la Corte de La Haya le da razón al Perú, el país se anexaría 66,680 kilómetros cuadrados de mar: 38,324 que pasarían de Chile al Perú y 28,356 kilómetros cuadrados de mar internacional. Para Chile una victoria significaría que las cosas se queden como están.

Aunque los presidentes de Perú y Chile se han comprometido públicamente en reiteradas ocasiones en respetar la decisión de la Corte de La Haya, a medida que se acerca la fecha del fallo crecen en el Perú las especulaciones acerca de si Chile lo cumplirá si éste le es desfavorable. En el gobierno peruano existe la convicción de que el país del sur respetará el fallo. El costo internacional de no hacerlo sería muy grande, dicen en el gobierno peruano. El presidente Humala ha dicho que en el cumplimiento de este fallo está en juego “el compromiso y el honor de los dos países”.

Declaraciones del canciller chileno Alfredo Moreno de que la ejecución del fallo de La Haya “va a tomar tiempo” activó resquemores en Lima. “El fallo de La Haya es de cumplimiento obligatorio e inmediato desde el momento de su lectura”, señaló el ex canciller peruano Manuel Rodríguez Cuadros. La posición del gobierno peruano es que la decisión de La Haya entra en vigencia desde el momento de su lectura, pero se señala, en un mensaje que busca tranquilizar posibles impaciencias, que en caso de que el fallo sea favorable al Perú habrá un “tiempo prudencial” para que sea ejecutado plenamente.

El presidente Humala ha dicho que este fallo pondrá punto final a una controversia histórica y “nos permitirá pasar la página y poder consolidar y dinamizar más las relaciones con el vecino país del sur”. El internacionalista y columnista del diario La República, Ramiro Escobar, le dijo a Página/12 que “este fallo es una oportunidad histórica para cerrar una etapa de desconfianza y abrir un capítulo nuevo en las relaciones entre Perú y Chile. Después del fallo de La Haya puede haber algunas turbulencias en su implementación, pero no creo que sean importantes. Este fallo debe ser un parte aguas para mejorar las relaciones entre ambos países”.

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