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El mundo|Miércoles, 29 de enero de 2014
Historias de militares sirios heridos y en estado de shock

Los soldados sobrevivientes del conflicto

Por Patrick Cockburn *
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El número de soldados víctimas se redujo en los últimos dos meses.

“Un francotirador me disparó en Alepo el año pasado”, dice Mohammed Diab, de 21 años, un soldado del ejército de Siria, mientras yace en la cama en el Hospital Militar de Mezze, en Damasco, con la parte inferior de su pierna destrozada sostenida por una externa férula de metal. Describió cómo cinco meses atrás fue llevado en un vehículo blindado a un hospital en Alepo y más tarde fue a recuperarse en su pueblo natal de Al Rahiya, en la provincia de Idlib.

Después de tres años de guerra civil, el odio y el miedo impregnan la vida de Siria y destruyen el elemento de la confianza necesaria para el compromiso o la reconciliación. “Para los sirios es la tercera guerra mundial”, dice el general Ghassan Haddad, el director del Hospital Mezze, quien recuerda que tuvo su formación durante cuatro años en el Hospital Charing Cross, en la década del ochenta.

Al regresar a su casa en Rahiya, Mohammed Diab debe haber sabido que estaba corriendo un riesgo, ya que la provincia de Idlib está totalmente dominada por los rebeldes. Recuerda que “alguien en el pueblo les dijo que había un soldado herido allí, y entonces me llevaron preso y estuve detenido durante cinco meses”. También le sacaron la férula de metal que sostiene el hueso roto y le dieron un trozo de madera para reemplazarlo. “Creo que pensaron que podían vender el metal”, dice.

Al principio él estaba preso con otros dos soldados pero luego quedó solo. Con el tiempo, su familia pagó unos 1000 dólares a los que lo tenían detenido y fue dejado en libertad. Pero el hueso de la pierna se había infectado, por lo que fue readmitido en el hospital con una nueva férula metálica.

El general Haddad recuerda que durante los combates más intensos del año pasado “en un solo día admitimos 300 soldados heridos al hospital de Mezze”. Dice que el número de víctimas se redujo en los últimos dos o tres meses, ya que la gravedad de los combates disminuyó. Los pacientes en el hospital se encuentran en una de las zonas más seguras de Damasco y probablemente reciben un mejor trato que los demás heridos en la guerra de Siria. El general Haddad dice que no hay escasez de medicamentos ni de médicos. Pero los heridos recientemente parecen estar todavía en estado de shock con los rostros demacrados y la mirada perdida.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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