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El mundo|Lunes, 31 de marzo de 2014
La nueva Ley de Inversión Extranjera dará carácter prioritario a la llegada de capitales extranjeros

El modelo cubano en proceso de cambio

El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, dijo que la norma es una de las acciones de mayor connotación en el proceso de aplicación de las reformas aprobadas en el último congreso partidario.

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Raúl Castro abogó en los últimos meses por una ley que incremente la llegada de capitales.

El Parlamento cubano aprobó por unanimidad una nueva ley que busca atraer más inversiones extranjeras para intentar reflotar la economía de la isla. Los más de 600 diputados de la Asamblea Nacional dieron luz verde anteayer a la nueva reforma de mercado de Raúl Castro, anunciada por el propio presidente en diciembre. La Ley de Inversión Extranjera, que reemplaza a una legislación vigente desde 1995, dará carácter prioritario a la llegada de capitales foráneos y busca ser determinante para el desarrollo de varios ámbitos económicos. Según el diario oficial Granma, el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, dijo que la nueva legislación es una de las acciones de mayor connotación en el proceso de implementación de los Lineamientos aprobados en el Sexto Congreso del Partido Comunista.

La reforma abrirá casi todos los sectores a las inversiones, excepto algunas áreas como educación, salud y defensa, señaló recientemente el diario Juventud Rebelde. La ley busca atraer inversiones con generosos beneficios fiscales, que prevén la reducción de impuestos sobre ganancias del 30 al 15 por ciento, además de exenciones para tasas por mano de obra y por ingresos personales. La ley abre además la posibilidad a las inversiones del exilio cubano. Según el jefe de la comisión a cargo de ejecutar las reformas de mercado, el vicepresidente Marino Murillo, también los trabajadores privados de las cooperativas que el Estado autoriza desde hace un tiempo podrán recibir inversiones con carácter excepcional y sólo con participación y control estatal. “Para que no se produzca una concentración de la propiedad, lo que se establece en la nueva ley que se propone es que ahí (en las cooperativas noestatales) siempre tiene que participar el Estado”, subrayó. Es decir, no habrá libre contratación de las fuerza de trabajo.

Los medios estatales y la cúpula del castrismo subrayaron en varias ocasiones que abrir más la economía a capitales foráneos no implica poner el país en venta ni un regreso al pasado y que mantendrá su modelo socialista. Según Murillo, con la reforma la isla aspira a conseguir entre 2000 y 2500 millones de dólares al año en inversiones directas del extranjero.

El también vicepresidente del Consejo de Ministros subrayó que Cuba necesita de la inversión extranjera para incrementar el crecimiento de su producto interno bruto (PIB) y la acumulación de capital, que alcanzaron en la última década un promedio del 1,8 por ciento y el 13 por ciento respectivamente, según cifras citadas por la agencia Prensa Latina.

El país aspira a alcanzar un ritmo de crecimiento anual de entre 5 y 7 por ciento, y para conseguirlo se hace necesario lograr tasas de acumulación del 20-25 por ciento, mediante créditos e inversión extranjera directa, dijo Murillo. También los analistas coinciden en que las reformas de la actualización no consiguieron hasta ahora reactivar la alicaída economía cubana. “La ley es la última oportunidad que tiene el proceso de reforma económica”, consideró la semana pasada el economista y ex funcionario del Banco Central de Cuba Pavel Vidal.

“Ellos tenían un plan de crecimiento para estos años de cambio del 4,4 por ciento del PIB, que estaría impulsado por un incremento de las inversiones en más del 20 por ciento”, dijo Vidal. “Y ese incumplimiento de las metas es evidente que se debe a la falta de inversión extranjera”, señaló el analista. Entre otras cosas, la nueva legislación permitirá en teoría la llegada de capitales también de la emigración cubana. El ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, subrayó el viernes, sin embargo, que Cuba no irá a buscar inversión extranjera a Miami, donde vive la principal comunidad del exilio anticastrista cubano.

Las leyes del embargo económico que Estados Unidos impone a la isla desde hace más de medio siglo dificultarían también a los norteamericanos de origen cubano invertir en La Habana. Según Murillo, con las posibles inversiones se intentará impulsar sobre todo el desarrollo en el sector agrícola. La isla importa hasta un 80 por ciento de los alimentos que consume y calculaba el gasto en ese rubro para 2013 en más de 2000 millones de dólares.

Raúl Castro abogó en los últimos meses en varias ocasiones por una ley que incremente la llegada de capitales para reflotar la economía del país. Tras unas primeras aperturas puntuales en los ’80, Cuba empezó una década después a buscar inversiones extranjeras que fueron a dar sobre todo al sector del turismo. “Hay que recordar que la legislación de 1995 nunca fue usada en toda su plenitud y fue paralizada por el inmovilismo y varios cuellos de botella que la nueva ley mantiene parcialmente, como la centralización de la aprobación de nuevas inversiones”, manifestó el politólogo cubano-estadounidense Arturo López-Levy. “El gobierno cubano debe trabajar también en la implementación institucional de la ley en el exterior”, sugirió, por ejemplo, a través de la creación de cámaras de comercio bilaterales.

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