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El mundo|Martes, 22 de abril de 2014
Se quejan de la discriminación y el colonialismo que ejercen los altos mandos del ejército

Huelga de sargentos y suboficiales de Bolivia

Los militares reclaman el fin de la brecha que las altas jerarquías tienen con los subordinados. Según los convocantes, el 80 por ciento de los efectivos de baja graduación adhiere. Según la comandancia, la actividad era normal en los cuarteles.

Por Sebastián Ochoa
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Se calcula que en Bolivia son 11 mil los sargentos y suboficiales, que representan el 70 por ciento de las fuerzas armadas.
Desde La Paz

Sargentos y suboficiales de Bolivia proponen reformar la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas porque consideran que el ámbito militar está plagado de actos de discriminación originados en los oficiales, quienes tradicionalmente, y en la mayoría de los ejércitos del mundo, tienen la voz de mando. Reclaman el cese de la brecha que las altas jerarquías tienen con los subordinados, pero el gobierno nacional no acepta que deliberen en los cuarteles. Ayer, cuatro de los militares que pedían reunirse con el presidente Evo Morales fueron expulsados de las fuerzas armadas por “desacato”. Mientras analizan qué hacer para lograr atención a su reclamo, grupos de esposas de los uniformados de baja graduación iniciaron piquetes de huelga de hambre en esta ciudad y en otras del país.

“Se rompe el diálogo con el alto mando militar por la soberbia de los comandantes en jefe y de los comandantes de fuerza. Se declara un paro indefinido en todo el país, convocamos a las tres fuerzas a unirse”, dijo ayer a la mañana (antes de que lo echaran) Jhonny Gil Leniz, presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales y Sargentos de las Fuerzas Armadas (Ascinalss). Por la tarde, el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, informó que los cuatro representantes de los militares no tendrían más la ocupación de defender a la patria. “Los comandantes de cada una de las fuerzas, en aplicación de la normativa vigente y reglamentos militares, abrieron los respectivos sumarios en contra de los cuatro suboficiales y emitieron una resolución de retiro obligatorio”, dijo la autoridad en rueda de prensa.

Pasaron a retiro el suboficial segundo Franklin Colque Layme, el suboficial Erick Magne Chinche, el suboficial Jhonny Félix Gil y el suboficial inicial Lorgio Cartagena Tamo.

Los suboficiales y sargentos exigen que deje de considerárselos en esa categoría. Prefieren que los tomen como “oficiales técnicos” dentro de la estructura jerárquica de las FFAA. También exigen una Ley de Reforma de la Ley Orgánica de la institución. Aunque advertían que no se presentarían a trabajar, desde la comandancia de las FFAA aseguraron que las actividades en todos los cuarteles del país eran “normales”.

Se calcula que en Bolivia son 11 mil los sargentos y suboficiales, que representan el 70 por ciento de las fuerzas armadas. El 30 por ciento restante serían los oficiales: subtenientes, tenientes, capitanes, mayores, tenientes coroneles, coroneles y generales.

Según la Ascinalss, el 80 por ciento de los militares de baja graduación apoya este reclamo. “El colonialismo hace que, en una sociedad, unos se sientan más que otros y otros piensen que son menos; que unos tienen derecho a mandar y otros sólo a obedecer; que ser indio es pecado y ser blanco es bendición para mandar”, dice uno de los tantos panfletos que circulan entre las filas desde inicios de abril, cuando se desató este conflicto.

“La discriminación con la que nació el ejército boliviano es notoria. Hasta ahora se mantiene el baño exclusivo para oficiales, comedores exclusivos, clubes deportivos, viviendas sólo para oficiales”, se lee en alguno de los manifiestos. Otro ejemplo: “Suboficiales y sargentos son restringidos a la educación, no pueden ingresar a la Escuela Militar de Ingenieros. Tampoco pueden ingresar al Diplomado de Altos Estudios Nacionales, que es un posgrado militar, por más que tengan una licenciatura universitaria. ¿Acaso los suboficiales y sargentos somos incapaces o sólo ellos (los oficiales) son inteligentes?”, se pregunta retóricamente.

“Nosotros no estamos en contra del gobierno, tampoco de los oficiales. Estamos en contra de este sistema, de este modelo neoliberal, capitalista, colonialista en el interior de las fuerzas armadas”, dijo Gil Leniz a la agencia de noticias Fides poco antes de que fuera separado del mundo castrense.

Los militares que están decididos a “descolonizar” las FFAA esperaban que el presidente Morales los escuchara. Pero con la expulsión de los cuatro principales dirigentes de la manifestación, queda clara la postura del gobierno, ya esgrimida por otros ministros en días anteriores.

“Ellos (los militares) tienen orgánicamente, institucionalmente, conductos regulares. Hay una cadena de mando y lo que tienen que hacer es poner en práctica esa cadena de mando, porque de otra manera se están enfrentando a un fenómeno anómalo de indisciplina y que se llama deliberación. Una fuerza armada que delibera es una amenaza para la sociedad”, dijo el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.

“Si no quiero ser sargento y quiero ser oficial, lo que hago es prepararme para dar mis exámenes de ingreso al Colegio Militar y voy a seguir una carrera de oficiales. Si yo decido ser sargento, me preparo para ir a la Escuela de Sargentos. Es una opción. Es igualdad de oportunidades”, evaluó Quintana, quien se retiró del ejército con grado de mayor y también fue alumno de la Escuela de las Américas.

“Ahora, lo ideal es que en el mundo no exista tanta jerarquía y seamos cada vez más iguales. Pero para que el mundo también opere de manera más ordenadita tiene que haber, lamentablemente, jerarquía”, dijo el ministro.

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