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El mundo|Martes, 13 de mayo de 2014
El escándalo de corrupción que estalló en Italia recuerda a la megainvestigación de los ‘90

Coimas en los preparativos de la Expo 2015

El negocio era conseguir licitaciones o contratos de las obras públicas programadas para el evento económico que tendrá lugar en Milán; la policía detuvo a siete personas, entre ellas organizadores y dirigentes de todo el arco político.

Por Elena Llorente
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Para la Expo se han previsto inversiones públicas por valor de 1300 millones de euros.
Desde Roma

Un hombre en la calle saca del bolsillo interno del saco un sobre y se lo entrega a otro hombre diciendo: “Son 15 mil. Yo ahora me voy. Usted haga lo que debe hacer”. No se trata de una publicidad, ni siquiera de una película. Los que hablan son un empresario, el que paga, y un personaje ligado al mundo político, el que recibe el dinero. Todo fue filmado y grabado por la policía italiana como parte de las investigaciones de lo que se ha revelado como la nueva tangentopoli (ciudad de las coimas), en recuerdo de otro famoso escándalo de corrupción similar en la década del ’90, develado gracias a la campaña judicial anticorrupción conocida como “Manos Limpias”. El centro de atención de la nueva tangentopoli fueron los millones que giran en torno de la Expo 2015, un evento económico-comercial del que participarán numerosos países y empresas y que tendrá lugar el año próximo en Milán, capital financiera de Italia.

Curiosamente, las siete personas arrestadas hasta ahora, y que han sido bautizadas como “la cúpula”, son adultos entrados en años. Buena parte de ellos, mayores de 70 años, es decir pertenecientes a la vieja guardia, si es que así se puede decir, con todos los contactos a nivel político y empresarial que eso puede significar. En la cúpula había algunos con antecedentes penales por corrupción casualmente de la época de “Manos Limpias”. Pero se trata de personajes relacionadísimos con exponentes políticos de la izquierda y de la derecha, con empresas estatales como el ENI (petróleo) o ENEL (energía) y con los entes estatales de contralor de las licitaciones. ¿Qué más se puede pedir? Entre los arrestados de “la cúpula” figuran el ex dirigente democristiano Gian Stefano Frigerio; el ex parlamentario berlusconiano Luigi Grillo; un ex dirigente del partido centrista UDC, Sergio Catozzo; y un militante del Partido Democrático (centroizquierda), Primo Greganti. ¿Otra casualidad? Entre los jueces que los han descubierto después de años de investigaciones policiales está Ida Bocassini, que siendo muy joven formó parte del equipo de magistrados de “Manos Limpias”.

La policía también arrestó al director de planificación y compras de la Expo 2015, Angelo Paris, y a Antonio Rognoni, ex director general de Infrastrutture Lombarde, ente público de la región de Lombardía, a la que pertenece Milán. Es que el negocio de “la cúpula” era conseguir licitaciones o contratos de las obras públicas programadas para la Expo 2015, gracias a los múltiples contactos y recomendaciones que habían cultivado con los años, tanto a nivel empresarial como político y público. Se hacían pagar considerables “comisiones” de parte de los empresarios privados, a los que prometían la licitación. A su vez pagaban un mínimo porcentaje de lo que recibían los dirigentes públicos que les facilitaban esos contratos. En interceptaciones telefónicas hechas por la policía, algunos de ellos se vanagloriaban de ser “baratos” porque exigían sólo el uno por ciento del valor del contrato, mientras que otros exigían el 5 por ciento. Pero esto significa, de todas maneras, varios millones de euros. Para tener una idea de cuánto significaba este negocio basta saber que para la Expo se han previsto inversiones públicas por valor de 1300 millones de euros, inversiones de los países participantes por valor de mil millones y de empresas privadas por 350 millones de euros. Esto sólo en lo que se refiere a la Expo.

Pero en realidad “la cúpula”, según las investigaciones, también había metido las manos en otra lata: la de las licitaciones referidas a la salud pública, es decir, construcción o mantenimiento de hospitales y aprovisionamiento de material de todo tipo para ellos, entre otras cosas.

Según Antonio Di Pietro –hoy dirigente político, pero que fue una de las almas de “Manos Limpias”–, “no hay nada nuevo bajo el sol”. Es decir, Italia sigue padeciendo los mismos males ligados a la corrupción que en la década del ’90. Para resolver en parte el problema, según él, hay que acabar con la impunidad e “imponer reglas que alejen a los corruptos definitivamente de la política”. En estos veinte años, el mundo político “no ha hecho nada para evitar los sobornos”, declaró a la prensa italiana.

Ante semejante escándalo, después del cual se habló incluso de que la Expo sería suspendida, el primer ministro Matteo Renzi quiso tomar el toro por las astas: “No se pueden detener los trabajos de la Expo, pero sí los delincuentes”, dijo. Y designó una comisión de expertos, guiada por Raffaele Cantone, el magistrado a cargo de la Autoridad Nacional Anticorrupción, para controlar todos los contratos de la Exposición. Es que la Expo 2015 promete ser una gran oportunidad para Italia y su relanzamiento internacional, a nivel económico y comercial, después de años de crisis económica. “No hay mal que por bien no venga –comentó el alcalde de Milán, Giuliano Pisapia–. Lo que está sucediendo ahora demuestra que los controles son posibles y que la Expo puede continuar tranquilamente.”

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