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El mundo|Martes, 13 de mayo de 2014
Ante Obama, el presidente uruguayo definió el efecto de fumar como “asesinato en masa”

Mujica defendió su política antitabaco

El anfitrión estadounidense manifestó su esperanza de que el encuentro de ayer en la Casa Blanca permita profundizar la relación bilateral. Hablaron de Guantánamo, los tres agentes cubanos detenidos en EE.UU. y educación.

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Mujica confió en que Obama intentará cumplir su promesa de campaña de clausurar Guantánamo.

El presidente de Uruguay, José Mujica, aprovechó ayer su reunión en la Casa Blanca con Barack Obama para pedirle al mandatario norteamericano que no haga oídos sordos a la lucha de su país contra el tabaco y la disputa con una poderosa tabacalera estadounidense. “Señor presidente, el que está hablando es un viejo fumador; pero se nos están muriendo ocho millones de personas por fumar en el mundo por año, esto supera (a los muertos en) la Segunda Guerra Mundial y la Primera, y todo es un asesinato en masa”, sostuvo Mujica en el Despacho Oval en una breve presentación de ambos presidentes ante la prensa. Obama, entretanto, dijo sentirse impresionado con los avances de Uruguay bajo el mando de Mujica, calificó de extraordinaria la credibilidad de su par uruguayo en materia de defensa de los derechos humanos y la democracia, gracias –dijo– a sus “fuertes valores e historia personal” que lo convirtieron en un líder de estos temas en todo el hemisferio.

El presidente uruguayo llegó a la Casa Blanca ataviado con un traje negro con chaleco incluido, aunque sin corbata. Fue recibido por Obama –que sí llevaba traje y corbata– en el Despacho Oval, donde mantuvieron una charla en privado que luego ampliaron con sus respectivos equipos. Un asunto que se daba por descontado en la conversación era el eventual traslado a Uruguay de seis presos de Guantánamo. En respuesta a las preguntas de los periodistas, Mujica desechó rumores de que Obama le hubiera presentado cualquier exigencia y añadió que tampoco él estaría dispuesto a aceptarlas. “No me pidió nada porque tiene la inteligencia de no pedir lo que no le van a dar”, sostuvo. El mandatario visitante confió en que Obama intentará cumplir su promesa de campaña de clausurar la polémica cárcel que alberga a detenidos durante una década, sin un juicio justo: “Nos dijo que cuando pueda va a resolver esa cuestión y que él está comprometido, antes de irse del gobierno, de cerrar esa cárcel”. Al ser consultado sobre si la transferencia de detenidos a Uruguay fue discutida específicamente, Mujica se limitó a señalar fiel a su estilo coloquial: “Hubo unas cuantas cosas en la viña del señor, pero si la reunión fue privada no las voy a comentar”.

Asimismo, Mujica manifestó que existen condiciones para que Estados Unidos mejore la relación con Cuba. El presidente reveló que en el encuentro mencionó la situación de los tres agentes cubanos detenidos en cárceles estadounidenses por espionaje a los grupos de exiliados cubanos. “Habrá que trabajar mucho. Creo que este gobierno es el más maduro para mejorar las relaciones con Cuba. Pero hasta aquí llega lo que les puedo decir”, comentó Mujica. Tres agentes cubanos, de un grupo original de cinco, cumplen pesadas penas de cárcel en Estados Unidos por desarrollar tareas de espionaje.

El mandatario charrúa sí precisó que su país se enfrascó en una “pelea dura, durísima” contra el tabaco. En esa disputa se vio obligado a luchar contra intereses muy fuertes, agregó Mujica en referencia –aunque sin nombrarla– a la demanda internacional que interpuso la tabacalera Philip Morris a partir de la lucha antitabaco del gobierno uruguayo. “Los gobiernos no tienen que participar en pleitos privados, pero acá hay una batalla por la vida. Y creo que frente a esta batalla por la vida nadie tiene que hacerse el distraído porque, de todos los valores, el más importante es la vida”, subrayó Mujica ante Obama, otro ex fumador que sin embargo eludió responderle a su invitado.

El mandatario estadounidense manifestó su esperanza de que el encuentro de ayer en la Casa Blanca permita profundizar una relación bilateral que además de intereses comerciales pasa también por la aspiración de ambos países por incrementar los intercambios científicos, tecnológicos y educativos. “Los dos pensamos que hay espacio para un trabajo adicional que permita expandir el comercio entre nuestros países, y queremos ver si podemos expandir los intercambios, en especial de profesores y alumnos”, declaró Obama.

El líder demócrata también mostró su disposición a escuchar ideas adicionales de Mujica sobre cómo reforzar las fuertes tendencias de democratización y derechos humanos en el hemisferio, así como también hacer esfuerzos para profundizar la inclusión social en ambos países. En sus breves declaraciones públicas antes de continuar la reunión bilateral con sus equipos ampliados, Mujica dejó claro que tenía muchas ideas concretas que conversar con Obama. “Venimos a buscar conocimiento e investigación –afirmó el presidente uruguayo– sobre todo en materia agrícola, porque el continente tiene que producir mucha comida para el mundo”, agregó. Además subrayó que espera que la cooperación en esta y otras áreas vaya más allá del envío de estudiantes uruguayos a Estados Unidos. “No queremos seguir mandando estudiantes sólo, porque se nos casan y las empresas norteamericanas pagan mejores salarios, entonces perdemos los mejor cualificados”, explicó entre risas.

“Tenemos que llevar profesores americanos, aunque sea para que estén un tiempo, la sabiduría hay que ir a buscarla donde está”, agregó y puso como ejemplo el acuerdo que alcanzó con la canciller alemana, Angela Merkel, para enviar temporalmente a profesores jubilados alemanes a Uruguay.

“Eso a la larga vale más que la plata, tenemos que luchar por la capacidad de nuestros hijos y de las nuevas generaciones, va a ser la mejor manera de afirmar la libertad y la independencia y el derecho”, afirmó Mujica.

En el encuentro sí hubo espacio para que ambos mandatarios bromearan sobre su edad. Según reveló Obama, Mujica le dijo que lo veía con el pelo más canoso y que lamentaba que su edad no le permita hacer un viaje más largo por Estados Unidos. “Me estoy poniendo viejo, y estar viejo es no querer salir de casa”, explicó el jefe de Estado uruguayo. “Quisiera tener unos años menos para recorrer el Mi-ssissippi y ver el maíz, conocer las lecherías de Los Angeles, entre otras cosas”, manifestó, y le pidió a Obama que le transmita un abrazo a todos los agricultores de la nación.

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