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El mundo|Domingo, 18 de mayo de 2014
ACUERDO ENTRE NIGERIA, CAMERUN, NIGER, CHAD, BENIN, EE.UU., GRAN BRETAÑA Y LA UNION EUROPEA

Frente para rescatar a las niñas nigerianas

La principal conclusión de este encuentro celebrado en la capital francesa consistió en entablar una cooperación entre los cinco Estados africanos mencionados, que serán respaldados por Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña.

Por Eduardo Febbro

Desde París

Defensores de los derechos humanos en Senegal marchan en Dakar exigiendo la liberación de las niñas secuestradas en Nigeria por Boko Haram.
Imagen: AFP.

Un mes después del secuestro de más de 200 bachilleres por el grupo islamista nigeriano Boko Haram, la presidencia francesa organizó en París una cumbre a la que asistieron cinco jefes de Estado africanos: el de Nigeria, Camerún, Níger, Chad y Benín. Junto a ellos, los representantes de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea buscaron plantear una estrategia regional destinada a frenar el poder de esta secta dirigida por Abubakar Shekau. Desde que Boko Haram secuestró a las jóvenes el pasado 14 de abril en la localidad de Chibok, al noroeste de Nigeria, Shekau ha usado varias amenazas a menudo opuestas. Primero afirmó que el secuestro apuntaba a casar a las bachilleres por la fuerza, luego que las iba a vender como esclavas para terminar después proponiendo al gobierno del presidente Goodluck Jonathan intercambiar las rehenes contra prisioneros. La principal conclusión de este encuentro celebrado en la capital francesa consistió en entablar una cooperación entre los cinco Estados africanos mencionados que serán respaldados por Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña.

La situación georreligiosa de Nigeria contiene mucho de los ingredientes que han desatado crisis sangrientas en Africa. Nigeria cuenta con 160 millones de habitantes y el país está dividido entre un sector Norte, de mayoría musulmana, y el Sur, mayoritariamente cristiano. El presidente Goodluck Jonathan es precisamente un cristiano que, hasta ahora, había rehusado internacionalizar el conflicto interno con la inclusión de las potencias de Occidente. Pero el paso fue dado en París. Los jefes de Estado decidieron llevar a cabo patrullas conjuntas, compartir la información, la vigilancia de las fronteras y crear un equipo especializado en la pesquisa de Boko Haram. París, Londres y Washington pondrán a disposición los medios técnicos necesarios. El presidente de Camerún, Paul Biya, señaló en la reunión “estamos aquí para declararle la guerra a Boko Haram”.

El presidente francés, François Hollande, había interpelado a los presidentes africanos a aplicar un plan global contra este grupo al que el mandatario calificó de “peligro mayor”. Según Hollande, los lazos entre Boko Haram y “Aqmi (Al Qaeda en el Magreb islámico) han sido establecidos”. El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, fue severamente cuestionado por la Casa Blanca debido a la tardanza y hasta la indiferencia con la que actuó una vez que las poco más de 200 mujeres fueron secuestradas. Por el momento no se ha evocado la posibilidad de una intervención occidental en Nigeria. Sin embargo, Francia es la potencia que más tropas tiene desplegadas en Africa. Ya intervino militarmente en Mali y en República Centroafricana y cuenta con tropas en el Chad y Níger. París está reorganizando actualmente todo su dispositivo militar en Africa para ampararlo bajo la estrategia de “una concepción regional del contraterrorismo”, según explicó el ministro francés de Defensa, Jean-Yves le Drian.

Boko Haram considera a Nigeria como un país gobernado por corruptos. El surgimiento de este movimiento y la acción espectacular del secuestro, así como la forma en que se sirve de los medios de comunicación para promocionar su causa, puso en jaque todo el discurso occidental sobre la batalla contra el terrorismo. El nombre oficial de Boko Haram es Jama’atu Ahlul Sunna Lidda’awati Wal Djihad, que en árabe significa “la comunidad de los discípulos de la tradición del Islam para la predicación de la guerra santa”. Las poblaciones de la región le pusieron el sobrenombre de Boko Haram. En lengua hausa, el sobrenombre quiere decir “la educación occidental es un pecado”.

Los observadores occidentales retratan a Boko Haram como una suerte de secta perteneciente a la galaxia salafista que pretende instaurar un Estado islámico en el norte de Nigeria. Este grupo creado en 2002 por Mohamed Yussuf aboga esencialmente por un Islam puro y está a favor de la implementación de la charia, la ley islámica. La estructura ideológica de Boko Haram excluye cualquier participación de los musulmanes en las actividades políticas o en toda práctica social ligada a Occidente. Según la visión de estos radicales islámicos, los musulmanes no deben participar en los procesos electorales, vestir con camisas o usar pantalones. Como otros núcleos duros del islam, Boko Haram inauguró sus ofensivas atacando directamente al gobierno y las fuerzas de seguridad.

Su fundador, Mohamed Yussuf, murió en 2009 luego de ser arrestado por la policía. Con el ascenso de Abubakar Shekau a la cabeza del movimiento, Boko Haram se radicalizó, tanto en el discurso como en las acciones: bombas, atentados suicidas, operativos extremadamente violentos contras los civiles –principalmente cristianos– y las autoridades marcaron los últimos cinco años. Presa entre dos fuegos en el nordeste del país, el del ejército y el de los militantes de Boko Haram, las poblaciones civiles pagan un alto tributo a este conflicto. El secuestro de las 200 bachilleres resulto un operativo, pero no el primero. Entre 2013 y lo que va del año, Boko Haram atacó escuelas, incendió centros educativos y asesinó a decenas de estudiantes.

Según varios expertos, las 200 estudiantes raptadas el 14 de abril se encontrarían repartidas en países vecinos de Nigeria como el Chad, Camerún y Níger. Según explicó en París el presidente francés, Boko Haram posee un importante armamento heredado del desmembramiento del régimen libio del difunto coronel Khadafi. Haram es un verdadero problema para la región y las potencias occidentales que influyen en la zona, tanto más cuando que, asociados a otros grupos radicales de esa parte de Africa, es capaz de desestabilizar varios países. Chad, por ejemplo, tiene la amenaza de Al Qaeda en el Magreb (Aqmi) islámico en el Norte y la de Boko Haram en el Sur. La cumbre celebrada en París parece marcar una línea en vista de una negociación. Los expertos señalan que es imposible pensar en una acción militar para salvar a las 200 mujeres secuestradas. La única vía es negociar. Para ello, hay que exponer públicamente las fuerzas de que se dispone.

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