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El mundo|Domingo, 3 de agosto de 2014
AL MENOS CINCUENTA PALESTINOS MURIERON AYER EN LA FRANJA DE GAZA EN OTRO CAPITULO DE LA OFENSIVA ISRAELI

Nuevos ataques sin final a la vista

La ofensiva israelí en la Franja de Gaza ya costó la vida a 1707 palestinos y Netanyahu anunció que continuará hasta la destrucción total de la red de túneles que Hamas usa para lanzar cohetes contra civiles israelíes.

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En la morgue de Gaza, familiares y amigos junto a los cuerpos de tres niños muertos con sus padres en un bombardeo.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció ayer que la ofensiva en la Franja de Gaza continuará y que ya no buscará una tregua con Hamas. “Estamos por terminar con la destrucción de los túneles. El ejército seguirá con esta tarea hasta tanto se haya terminado el trabajo”, aseguró el premier, quien señaló además que reorganizará sus fuerzas en territorio palestino “de acuerdo a las necesidades de seguridad” de su país. En tanto, los ataques israelíes provocaron durante la jornada la muerte de al menos medio centenar de palestinos. La ofensiva israelí en la Franja de Gaza ya costó la vida a 1707 palestinos y dejó más de 8920 heridos hasta el momento, según informó el portavoz del Ministerio de Salud en el enclave palestino, Ashraf al Qedra. Dos tercios de los muertos y los heridos eran civiles, entre ellos mujeres, niños y ancianos, especificó el vocero.

Los ataques con más víctimas durante la jornada de ayer se produjeron en un barrio de mayoría saudita del oeste de Rafah, donde perdieron la vida al menos 23 personas, según fuentes médicas citadas por la agencia de noticias Maan. Por otra parte, cinco personas, incluidos tres niños, murieron por el bombardeo de una vivienda en la zona de Sabra.

Sin embargo, Netanyahu dijo que el uso de la fuerza continuará “mientras sea necesario”. Del lado israelí perdieron la vida 63 soldados y tres civiles, estos últimos por el lanzamiento de cohetes. Las fuerzas especiales israelíes (IDF) denunciaron que las milicias de Hamas dispararon en estas últimas semanas unos 3000 proyectiles contra el otro lado de la frontera.

El gobierno israelí decidió el viernes que no perseguirá un acuerdo con Hamas ni aceptará más treguas. La decisión, tomada por el gabinete para asuntos de seguridad, estipula que Israel actuará por propia iniciativa en el momento que lo considere. “No voy a decir cuándo terminaremos y adónde iremos, no tenemos ningún compromiso más allá de nuestros intereses de seguridad”, subrayó ayer Netanyahu junto al titular de Defensa, Moshe Yaalón, e insistió en que hasta que la población israelí no tenga “calma” no cesará la ofensiva. “Prometimos que devolveríamos la calma a la población israelí, no importa cuánto tiempo se necesite ni qué medios debamos emplear”, añadió.

Las fuerzas blindadas y de infantería israelíes, que estas últimas dos semanas han estado dentro de zonas urbanas en la franja, lo que causó decenas de bajas, comenzaron a replegarse ayer por la tarde hasta tomar posiciones junto a la frontera, pero aún del lado palestino. “Nos desplegaremos en aquellos lugares que nos sean cómodos para reducir el riesgo de los soldados”, precisó el premier.

Por otra parte, el gobierno israelí no enviaría a ninguna delegación a las negociaciones que trata de sacar adelante Egipto para poner fin a las hostilidades, aunque por el momento no hay confirmación oficial a esa afirmación. Sin embargo, Netanyahu agradeció el apoyo de Estados Unidos, con el que tuvo varios enfrentamientos diplomáticos en estos últimos días, y el de los gobiernos europeos, a los que pidió su ayuda para la reconstrucción de la franja.

También destacó la “relación especial que se ha gestado con los países de la región”, en clara alusión a Egipto, Jordania y Arabia Saudita, y que, a su entender, “abrirá oportunidades nuevas al terminar la operación”. A diferencia de Qatar o Turquía, que apoyan a Hamas, varios de los países de Medio Oriente alineados con Washington se abstuvieron de condenar abiertamente a Israel por su operación contra el movimiento islamista, que a su vez viene criticando duramente de la falta de solidaridad con un pueblo árabe como el palestino.

Izzat Risheq, uno de los dirigentes de Hamas, reaccionó a las palabras de Netanyahu diciendo que se trata de “un discurso de frustración y fracaso” con el que el primer ministro israelí “quiere levantar la moral de su desmoronado ejército”.

Israel había profundizado el viernes su operación militar luego de acusar a Hamas de violar, apenas comenzada, la tregua de 72 horas pactada y de secuestrar a un soldado, hecho que no está claro y que la organización islamista niega. Fue el brazo armado de Hamas, las Brigadas de Azedím al Kasam, el que sugirió ayer que el soldado israelí desaparecido, identificado como Hadar Goldín, podría estar muerto y no secuestrado. Más tarde, el gobierno de Israel confirmó que así fue.

“Hemos perdido contacto con un grupo de nuestros combatientes cuando las fuerzas de ocupación israelíes penetraron en el este de Rafah. Sospechamos que murieron por los ataques israelíes, incluido el soldado que, supuestamente, fue capturado por el grupo”, indicó un comunicado de los milicianos difundido por Maan.

Asimismo, Hamas negó tener conocimiento de la captura del soldado, y varios de sus dirigentes acusaron a Israel de emplear su supuesta captura para “justificar sus agresiones contra el pueblo palestino”. El último soldado israelí secuestrado por la organización islamista fue Gilad Shalit, que en 2006 fue llevado por uno de los túneles a la Franja de Gaza. Recuperó la libertad tras más de cinco años de cautiverio y lo hizo en un canje por más de un millar de palestinos.

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