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El mundo|Viernes, 12 de septiembre de 2014
CON MISA EN LA MONEDA Y VIOLENCIA EN LAS CALLES, CHILE RECORDO EL ANIVERSARIO 41º DEL GOLPE DE PINOCHET

El 9-11 chileno, bajo la sombra del bombazo

Junto a la senadora Isabel Allende y Maya Fernández, hija y nieta del ex mandatario, Bachelet hizo un recorrido simbólico por los pasillos de La Moneda. Los choques entre manifestantes y carabineros dejaron 21 detenidos.

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En la madrugada del aniversario, manifestantes y policías pelean por el control de las calles de Santiago.

Desde Santiago

La noche previa al 11 de septiembre, fecha capital en Chile, que recuerda el golpe de Estado perpetrado hace 41 años por los militares al mando de Augusto Pinochet, comenzó con los habituales ataques a los manifestantes, enfrentamientos con carabineros, tiroteos, cortes de luz y barricadas. Sin embargo, este año la conmemoración estuvo marcada por la detonación –el pasado lunes– de una bomba en una estación del subte, que dejó a 14 personas heridas y generó gran conmoción en la opinión pública, amplificada por una serie de amenazas de bombas y explosiones menores. Estos hechos, que aún no tienen en claro su autoría, se mezclaron con un día que sigue polarizando a Chile.

Si bien el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, aseguró que los disturbios que se produjeron en la noche del miércoles son menores a los registrados en años anteriores y descartó que “la bala loca” que mató a una pobladora en el periférico sector de Sargento Aldea y Santa Rosa esté relacionada con la fecha, lo cierto es que este nuevo “11” llegó en un clima enrarecido y una serie de operativos policiales con más de 1500 efectivos en las calles capitalinas.

Con todo, la previa dejó 21 detenidos, 8 de ellos menores de edad. Además de un carabinero herido por esquirlas en su rostro, un bus de Transantiago quemado completamente y la muerte de Rosa Ester Mandujano Muñoz, de 68 años, por un disparo que recibió en la cabeza cuando regresaba a su casa.

En ese escenario, comenzó ayer la conmemoración oficial de este nuevo 11 de septiembre con una ceremonia religiosa en memoria del presidente Salvador Allende realizada en La Moneda. La anfitriona, Michelle Bachelet, estuvo acompañada por los familiares del líder socialista, junto a representantes políticos de Nueva Mayoría, los movimientos de centro-derecha Evópoli y Amplitud, de las Iglesias Católica, Evangélica y Judía, de algunos ex jefes de Estado como Eduardo Frei y Ricardo Lagos.

La de Lagos fue la primera aparición pública luego de que hace unas semanas dijera que “llevamos ocho años perdidos... a Chile le falta decisión política” para avanzar en temas viales y de infraestructura, palabras que no fueron bien recibidas en el oficialismo.

A la ceremonia también fue invitado el ex presidente Sebastián Piñera, el cual se excusó de participar sin dar razones. El líder de la derecha, que se perfila como carta para volver a La Moneda en 2018, también fustigó la conducción de Bachelet, rompiendo un pacto tácito de silencio entre los ex presidentes: “Menos eslóganes y menos improvisación”, dijo el ex dueño de Lan Chile, generando duras respuestas desde el gobierno hace unos días. Previo al acto conmemorativo, Bachelet, acompañada por el canciller Heraldo Muñoz, recibió la visita de representantes de 14 agencias de Naciones Unidas, quienes manifestaron su apoyo ante el atentado en el subte. A los pocos minutos, junto a una visiblemente emocionada senadora Isabel Allende y Maya Fernández, hija y nieta del ex mandatario, la presidenta hizo un recorrido simbólico por los pasillos de La Moneda, para terminar depositando claveles y rosas –blancas y rojas– en el Salón Blanco, lugar donde se encuentra el escritorio de Allende.

“Hoy recordamos en esta casa, que es testigo de la historia de Chile, a Salvador Allende. En democracia, Chile no ha perdido la memoria y no ha olvidado a sus hijos perseguidos, ejecutados y detenidos-desaparecidos... Tampoco ha olvidado las heridas que siguen doliendo”, dijo la mandataria. Bachelet también anunció un proyecto de ley para derogar la ley de autoamnistía para militares represores impuesta por Pinochet en plena dictadura.

“Han pasado 41 años y testigos sobrevivientes, víctimas y victimarios y cómplices son personas mayores. Muchos han muerto guardando silencio, basta de esperas dolorosas, es el momento de hermanarnos en la verdad y es fundamental que quienes tienen información relevante la entreguen”, agregó. Además, mencionó la creación de una futura Subsecretaría de Derechos Humanos y el fortalecimiento del Instituto de Derechos Humanos que se ampliará a regiones.

En su discurso, también hubo espacio para criticar el atentado terrorista del martes. A su juicio, “una de las enseñanzas que dejó el 11 de septiembre de 1973 es que en Chile no hay y no puede haber espacio para la violencia ni para el miedo ni el temor”, dijo. Al final de su oratoria, Bachelet cerró su discurso citando a Víctor Jara con la frase “la primavera que todos vamos construyendo a diario”, y se recordó el último discurso que dio Allende en medio de las bombas, y el fuego en el interior de La Moneda; acto que fue seguido entre lágrimas por su hija Isabel.

Tras la cita, Ricardo Lagos aseguró que todavía no ha conversado con la presidenta acerca de sus críticas. Sin embargo, valoró el llamado a entregar información respecto de los DD.DD. “Me parece muy bien, es el llamado que todo presidente de la República hemos hecho... lo que hicimos en materia de verdad respecto de los torturados en Chile, el informe de la Comisión Valech, inédito en el mundo y, por cierto, cuando al concluir la mesa de diálogo llamé a los comandantes en jefe de la época y los insté a que tenían que entregar toda la verdad y toda la información, destacó.

También relevó la figura de Allende a 41 años de su muerte, y criticó el atentado en el subte. “Los recuerdos permanecen intactos y cada vez se acrecientan más en el corazón de los chilenos... Lo que ha ocurrido merece el repudio de todos y todas y requiere la unidad de todos los chilenos y chilenas para enfrentarlo. No es aceptable que haya hechos de violencia. Se luchó mucho para vivir en democracia, donde se escuche la voz de la ciudadanía a través del diálogo civilizado”, señaló en alusión al bombazo.

Terminado el encuentro, se llevaron ofrendas florales al monumento de Allende en la Plaza de la Constitución, al frente del Palacio de Gobierno que, justo hace 41 años, fue bombardeado por aviones de la fuerza aérea.

Homenajes similares a los caídos víctimas de la dictadura se llevaron adelante en diversos puntos del país. En el Congreso Nacional, la Cámara de Diputados quiso recordar al ex jefe de Estado y a las víctimas del gobierno militar. En medio de la ceremonia, Ignacio Urrutia, parlamentario de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI), rechazó la idea y se retiró de la sala indignado.

Desde la otra vereda, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, Lorena Pizarro, pidió a Bachelet el cierre del penal de Punta Peuco, donde cumplen sus penas los militares condenados por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar. Pizarro dijo que la medida sería un “anuncio concreto”, como la que adoptó Piñera hace un año, durante la conmemoración de los 40 años del golpe, cuando dispuso el cierre del penal Cordillera.

“A más verdad, a más justicia, pero con medidas concretas. No puede ser en la generalidad: hay que cerrar Punta Peuco, hay que degradar a los criminales, hay que anular el decreto de ley de amnistía, avanzar en educación en derechos humanos.”

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