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El mundo|Sábado, 27 de septiembre de 2014
SACO TRECE PUNTOS DE VENTAJA EN EL ULTIMO SONDEO, AUNQUE NO EVITARIA UN BALLOTTAGE

Dilma pegó un salto en la recta final

Se consolida el paulatino retroceso de la candidata ambientalista en las preferencias de los electores brasileños, cuando hasta hace pocas semanas era considerada, ya por los grandes medios de comunicación del país, como la ganadora de la contienda.

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Dilma en su comando de campaña, anteayer, en una entrevista con blogueros brasileños.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, le saca 13 puntos de ventaja a la candidata ecologista Marina Silva en las elecciones del 5 de octubre, según un nuevo sondeo. La mandataria, que busca su reelección, tiene el 38 por ciento de las intenciones de voto y amplió su ventaja en primera vuelta sobre su inmediata rival, Silva, quien ostenta un 25 por ciento de apoyo para los comicios. La encuesta de Vox Populi confirma que la contienda se definirá en una segunda vuelta. Sin embargo, se afianza el crecimiento de Rousseff, mientras que Silva pierde apoyo a una semana de los comicios.

En tanto, el sondeo difundido el jueves por la noche muestra que Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), se ubica en tercer lugar con un 17 por ciento. Por otra parte, una comparación con una encuesta previa del mismo instituto determina que Rousseff (del oficialista Partido de los Trabajadores, PT) avanzó dos puntos, mientras que Silva (del Partido Socialista Brasileño, PSB) retrocedió tres y Neves subió dos. La porción de electores indecisos pasó a 11 por ciento (era de 13), mientras que la de votantes en blanco o que anularán el sufragio permaneció en 7 por ciento.

En una simulación de segunda vuelta entre las dos candidatas, la mandataria obtendría el 42 por ciento ante el 41 por ciento de su rival, con lo que se mantiene el empate técnico, y si la disputa fuera Rousseff-Neves, la jefa de Estado sería reelecta entre 45 a 37 por ciento.

La última encuesta de Vox Populi, pedida por TV Record realizada el pasado fin de semana y publicada el martes, había mostrado en la primera vuelta a Rousseff con 40 por ciento, a Silva con 22 por ciento y a Neves con 17 por ciento. Ese sondeo, el más favorable a la presidenta de Brasil, le otorgó siete puntos de ventaja a la actual mandataria con el 46 por ciento de las intenciones de voto para la segunda vuelta, frente al 39 por ciento de Silva.

La encuesta de Vox Populi fue encargada por la revista Carta Capital, y para su elaboración se entrevistó a 2000 electores en 147 ciudades de todas las regiones de Brasil. El sondeo tiene un margen de error de dos puntos para arriba o para abajo, citaron el diario O Globo y la Agencia Brasil 247.

En otra encuesta divulgada ayer y elaborada por Datafolha, Rousseff lidera la intenciones de voto con un 40 por ciento frente a un 27 por ciento de Silva y un 18 por ciento de Neves. En una hipotética segunda vuelta, el instituto consigna a la mandataria un 47 por ciento frente a al 43 por ciento de la candidata del PSB.

De esta forma, se consolida el paulatino retroceso de la candidata ambientalista en las preferencias de los electores brasileños, cuando hasta hace pocas semanas era considerada, ya por los grandes medios de comunicación del país, como la ganadora de la contienda.

Si bien la elección se polarizó en torno de Rousseff y de Silva, todos los candidatos buscan captar el voto de los indecisos en los días que restan hasta los comicios. En cuanto a los retos sociales, aseguran que profundizarán la política de distribución de subsidios a los pobres implantada desde 2003 por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva y considerada modelo por la ONU.

Según un estudio divulgado este mes por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), esa política le permitió al país reducir el porcentaje de brasileños en la pobreza desde el 24,3 por ciento, en 2001, hasta el 8,4 por ciento, en 2012, y la pobreza extrema desde el 14 por ciento hasta el 3,5 por ciento. Esos programas convirtieron a Brasil en un país con una clase media mayoritaria con reivindicaciones diferentes.

Uno de los retos principales será atender las exigencias de los millones de brasileños que salieron a la calle el año pasado para exigir mejores servicios públicos. Parte de los electores de Silva proviene de ese grupo de manifestantes, que expresaron su descontento en tiempos de desaceleración de la economía. Rousseff insiste en que las dificultades de Brasil obedecen a la crisis internacional y que una mejoría depende de que se consolide la recuperación económica en Estados Unidos. No obstante, su gobierno destinará parte de las regalías petroleras a la educación y a la salud.

Tras acumular dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, Brasil enfrenta lo que los economistas consideran como una recesión técnica, aunque la previsión del gobierno y de los analistas es que el país termine el año con crecimiento positivo.

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