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El mundo|Martes, 30 de septiembre de 2014
Secuestró y se entregó. Pedía la renuncia de Dilma

Un ex concejal se brotó en Brasilia

El ex concejal que se autoproclamó “terrorista” liberó al empleado del hotel en que se hospedaba en Brasilia, al que tomó como rehén y aparentemente arropó con un chaleco con explosivos, y se entregó a la policía luego de siete horas de negociaciones. El vocero de la policía civil, Paulo Henrique Almeida, señaló que el secuestrador Jac Souza dos Santos, un hombre de 30 años vinculado a un partido político conservador del estado de Tocantins, aceptó entregarse a las autoridades y fue trasladado a una comisaría. A su vez, el rehén –José Aílton de Souza, mensajero del hotel Saint Peter, de 49 años– no sufrió heridas, pero fue trasladado a un hospital, ya que se encontraba en estado de shock.

El asaltante, a quien la policía describió como un hombre joven y perturbado, se registró a primera hora de ayer en el hotel y un rato después capturó al empleado, al que mantuvo esposado. Según fuentes policiales, durante las conversaciones en busca de que se rindiera, el ex concejal presentó algunas exigencias incoherentes, como que se impida a acusados de corrupción participar en las elecciones del domingo, en las que los brasileños eligirán un nuevo presidente, a los gobernadores de los 27 estados y renovarán el Congreso. También exigió la renuncia a la presidencia de Dilma Rousseff y que sea extraditado el italiano Césare Battisti, ex activista de izquierda, condenado en su país a prisión perpetua por cuatro asesinatos cometidos en la década del ’70, cuando integraba la organización Proletarios Armados por el Comunismo (PAC). Battisti, no obstante, niega haber sido autor de esos crímenes y, pese a que su extradición a Italia fue autorizada por el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, en diciembre de 2010 el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva autorizó su permanencia en Brasil.

Para facilitar la tarea y reducir al secuestrador, la policía desalojó el edificio, situado en una céntrica zona hotelera de la capital brasileña, e inició negociaciones con el asaltante, que en varias ocasiones se mostró armado en el balcón de la habitación en la que se hospedaba. Cada vez que apareció lo hizo utilizando como escudo al rehén, que estaba maniatado y con un chaleco que, al parecer, llevaba adosados cartuchos de dinamita. Finalmente, la policía confirmó que tanto el arma que llevaba Santos como los explosivos eran falsos. Como el secuestrador no se movía de sus pretensiones, la Policía rodeó el hotel y desplegó en la zona tiradores de elite.

En el momento de la acción, en el hotel Saint Peter había unas 300 personas, entre huéspedes y empleados, que fueron desalojadas. Algunos testigos declararon ante los periodistas que, luego de secuestrar al empleado, el asaltante golpeó armado las puertas de varias de las habitaciones del decimotercer piso y luego obligó a salir a sus ocupantes, mientras anunciaba un supuesto atentado terrorista. El portal UOL confirmó la identidad del rehén, que había sido difundida por la policía, y afirmó que se trataba de un dirigente del conservador Partido de la República y ex concejal en la ciudad de Combinado, en el estado de Tocantins. El secuestro que mantuvo en vilo la capital federal brasileña comenzó cerca de las 9 hora local.

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