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El mundo|Domingo, 23 de noviembre de 2014
UN TRIUNFO DEL ANTIINMIGRACION Y ANTIEUROPEISTA UKIP PONE EN CRISIS AL SISTEMA POLITICO

Avance de la ultraderecha británica

A derecha e izquierda, el bipartidismo está amenazado por fuerzas que hasta hace unos años eran marginales. El caso de UKIP es el más obvio y reciente, con su triunfal ingreso en la Cámara de los Comunes en octubre, proeza repetida el jueves.

Por Marcelo Justo
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Mark Reckless, nuevo parlamentario de UKIP por el distrito de Rochester and Strood.

Desde Londres

La calma chicha del bipartidismo británico está en crisis. La nueva victoria del partido antiinmigración y antieuropeísta UKIP en la elección de Rochester and Strood, el jueves, dejó mal parada a la coalición conservadora-liberal demócrata y a la oposición laborista.

Los conservadores perdieron el escaño, los laboristas salieron terceros y el Partido Verde, cuarto, dejando a los liberal demócratas en un humillante quinto lugar con 349 votos, el peor resultado de la historia de un partido en el gobierno. Según el líder del UKIP, Nigel Farage, el resultado deja totalmente abierta la elección nacional de mayo próximo. “Nadie sabe lo que va a pasar. El resultado es impredecible más allá de toda comprensión”, indicó Farage.

Una cosa está clara: el mapa político del siglo XX y la primera década del XXI, dominado por conservadores y laboristas, con liberales de tercer partido minoritario, está en el aire. A derecha e izquierda, el bipartidismo está amenazado por fuerzas que hasta hace unos años eran marginales. El caso de UKIP es el más obvio y reciente, con su triunfal ingreso en la Cámara de los Comunes en octubre, proeza repetida el jueves. A principios de año hubiera sido una quimera política visualizar dos diputados de UKIP en la Cámara de los Comunes, material de algún programa cómico, pero en mayo ganaron las elecciones para eurodiputados y desde entonces las encuestas les dan un sólido apoyo del 15 por ciento.

El ascenso de UKIP a expensas de los conservadores debería ser motivo de celebración para los laboristas, pero no lo es, porque también están sufriendo el embate del partido de Farage, que empieza a tener cierta inserción entre los trabajadores del norte de Inglaterra, amenazados por la inseguridad económico-social que instaló el estallido financiero de 2008. Al partido de Ed Miliband se le suman los disparos que le llueven desde Escocia, otrora bastión laborista. El referendo de septiembre que rechazó la independencia de Escocia pareció un duro golpe para los nacionalistas escoceces, el SNP. Desde entonces, sin embargo, los nacionalistas han ganado en popularidad, alcanzaron los 100 mil afiliados y están primeros en los sondeos.

El laborismo tiene 40 escaños en Escocia. Según las encuestas, perdería muchos a manos del SNP si las elecciones fueran hoy, con lo que sus posibilidades de ganar solos las nacionales de mayo son casi nulas. Entre sus nuevos problemas y amenazas por izquierda se encuentran los ecologistas. En los sondeos, los verdes vienen sacando un apoyo del 8 por ciento del electorado, suficiente para comerle votos al partido de Ed Miliband.

Conservadores y laboristas tienen un gigantesco salvavidas en el sistema electoral británico del first past the post. Los británicos eligen diputados por distrito electoral: el que obtiene más votos se lleva el escaño mientras que el resto no tiene representación alguna en el Parlamento, aunque hayan perdido por un voto. Un efecto de este sistema es que los partidos dominantes suelen tener más diputados y poder parlamentario que votos. El gran enigma es si la presencia de estas nuevas fuerzas políticas conseguirá romper el imán que ejerce este sistema.

Los analistas y los sondeos predicen un gobierno de coalición, pero nadie sabe cuál será la combinación. Hoy por hoy podría ser una fórmula similar a la actual, conservador-liberal demócrata, pero también una por derecha, conservador-UKIP; o por centroizquierda, laborista-liberal demócrata, laborista-nacionalista escocés, con una variante inédita y en principio casi ininmaginable, que sería el trío laborista-nacionalista escocés-liberal demócrata. Es un panorama que con distintos matices y peculiaridades se está viendo en Francia y España, en Italia y Grecia, todos desorientados por el tornado financiero de 2008. Nadie sabe el final de esta película.

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