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El mundo|Sábado, 3 de enero de 2015
PIKETTY ELOGIA A LA IZQUIERDA Y LLAMA A REFUNDAR LA POLITICA

No es un legionario cualquiera

El economista francés, autor del best-seller mundial El Capital en el siglo XXI, tras rechazar la Legión de Honor, fustigó las políticas de ajuste, alabó a Syriza y a Podemos, y propuso una “refundación democrática de Europa”.

Por Eduardo Febbro
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Piketty dijo que no le correspondía a un gobierno “decidir quién es honorable”.

Desde París

El economista francés Thomas Piketty, autor del best-seller mundial El Capital en el siglo XXI, no movió un centímetro su posición con respecto a lo que piensa de la política del gobierno socialista de François Hollande, ni tampoco de la que encarnan los dirigentes europeos de este nuevo siglo. Después de haber rechazado la distinción más alta de Francia, la Legión de Honor, Piketty no sólo vuelve a defender su postura sino que, además, ataca la política del Ejecutivo y las medidas que se adoptaron en Europa para superar la crisis. Piketty, hoy en medio de una gran polémica, propone pura y llanamente una “refundación democrática de Europa”. El economista rechazó primero la Legión de Honor mediante un comunicado transmitido a la agencia France Press, donde decía que no le correspondía a un gobierno “decidir quién es honorable” y que, en vez de ocuparse de la Legión de Honor, lo mejor que podía hacer era “consagrarse a la reactivación del crecimiento en Francia y en Europa”. El portavoz del Ejecutivo y ministro de Agricultura, Stéphane Le Foll, le respondió de inmediato. Según el titular de la cartera, es preciso separar las cosas entre “quien tiene ideas interesantes, pero es un investigador, que está en su oficina, que realiza cálculos, cuya responsabilidad es un enfoque intelectual; y luego la política, que se confronta con la realidad. Le corresponde entonces al gobierno de la república decidir quiénes son meritorios”.

Pero Piketty volvió a la trinchera del combate en dos tiempos. Primero mediante una entrevista realizada por el vespertino Le Monde en Boston, donde se encuentra actualmente antes de viajar a la Argentina en este mes de enero. Piketty lamenta que no le hayan avisado antes, porque así “se hubiese evitado todo este lío”, y explica que su decisión de rechazar la Legión de Honor “nada tiene que ver con mi opinión sobre este gobierno”. Para el autor de El Capital en el siglo XXI, esa manera de decidir “quién es el grupito de ciudadanos honrosos, cuyos méritos brillantes deben ser reconocidos, es una concepción del papel del Estado, del gobierno, que me parece antigua”. El economista deja también muy claro que habría “actuado de la misma manera con un gobierno con el que hubiese estado en mejores términos”. Este no es efectivamente el caso ya que, en la misma entrevista con Le Monde, Piketty juzga que “la acción que el gobierno viene llevando a cabo en estos últimos dos años ha sido catastrófica, y no tengo necesidad de ninguna Legión de Honor para decirlo o para escribirlo”.

Las relaciones entre Piketty y el Ejecutivo socialista son por demás polémicas. En una columna publicada por el matutino Libération, Piketty ataca fuertemente las políticas de ajuste y reducción de los déficit que imperan en Europa desde hace varios años. El intelectual escribe que “lo más triste en la crisis europea es el encaprichamiento de los dirigentes por presentar su política como la única posible, y el temor que les inspira cualquier sacudida política capaz de alterar este feliz equilibrio”. El economista califica de “amnésicos” a los países europeos, en especial Francia y Alemania. En este contexto, Piketty argumenta que “el nuevo tratado presupuestario europeo adoptado en 2012 bajo la presión de Alemania y Francia organiza la austeridad en Europa (con una reducción excesivamente rápida de los déficit y un sistema de sanciones automáticas totalmente inoperante), y condujo a una recesión generalizada de la Zona Euro”.

Además de “amnésicos”, Piketty juzga que en el dúo de Francia y Alemania “la palma de la hipocresía se la ganan los dirigentes franceses”, que pasan su tiempo en echarle toda la culpa a Alemania cuando, en realidad, se trata de una responsabilidad compartida”. Las cifras que adelanta el economista valen como argumento. Según Piketty, “habría que invertir masivamente en la capacitación, la innovación y las tecnologías verdes. Pero se hace todo lo contrario. Actualmente, Italia consagra cerca del 6 por ciento del PIB para pagar los intereses de su deuda e invierte apenas 1 por ciento en el conjunto de sus universidades”. Piketty se pregunta luego qué trastornos podrían hacer para que en 2015 se muevan las líneas. Su respuesta cabe en tres posibilidades: “O una nueva crisis financiera, o un shock político proveniente de la izquierda, o un shock político proveniente de la derecha”. Piketty sabe bien cuál de las tres prefiere. “Los dirigentes europeos actuales deberían tener la inteligencia de reconocer que la segunda posibilidad es, por lejos, la mejor. Los movimientos políticos que prosperan hoy a la izquierda de la izquierda, como Podemos en España o Syriza en Grecia, son fundamentalmente internacionalistas y preeuropeos. En vez de rechazarlos, por el contrario, habría que trabajar con ellos para reformular los contornos de una refundación democrática de la Unión Europea. Sin ello podemos enfrentarnos a un shock mucho más inquietante, oriundo de la derecha.” Por derecha hay que entender aquí la extrema derecha, como la del Frente Nacional en Francia.

Pese a todo, Piketty muestra su optimismo. Escribe que se puede “esperar lo imposible” y sueña con que el presidente francés, François Hollande, “reconozca sus errores de 2012 y tienda la mano a la Europa del sur, a fin de formular propuestas audaces para nuestro continente”.

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