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El mundo|Domingo, 1 de febrero de 2015
SERGIO MATTARELLA, CANDIDATO DEL GOBIERNO, NUEVO JEFE DE ESTADO EN ITALIA

El primer presidente siciliano

Considerado un hombre recto, no corrupto y antimafioso, fue el asesinato de su hermano mayor Piersanti, en 1980, cuando era presidente de la Región Sicilia, lo que lo decidió a dedicarse a la política. Gran triunfo para Renzi.

Por Elena Llorente
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Sergio Mattarella, de 73 años, fue elegido ayer presidente de la República en Italia.

Desde Roma

Después de los tejes y manejes que en 2013 impidieron elegir al sucesor de Giorgio Napolitano, Italia cuenta finalmente con un nuevo presidente de la República. Sergio Mattarella, 73 años, fue elegido ayer por 665 votos de los 1009 componentes del Parlamento y las regiones que debían proclamarlo en sesión extraordinaria, dado que en Italia el presidente no surge del voto popular. En la cuarta votación para la elección del presidente –en realidad las votaciones comenzaron el jueves– se exigía sólo la mayoría simple, es decir 505 votos, y Mattarella obtuvo una cifra superior, dejando con la boca abierta a los mismos miembros del Partido Democrático del primer ministro Matteo Renzi que lo habían propuesto. Y algunos hablan ya de un “triunfo aplastante” de Renzi.

Pero el resultado dejó sorprendido también al opositor Silvio Berlusconi, que había dado orden a su partido, Forza Italia, de votar en blanco y en cambio descubrió que entre 30 y 40 de sus militantes votaron a Mattarella. Y por eso algunos medios de prensa caracterizaron el hecho como un “suicidio político” de Forza Italia.

Llovieron dudas en cambio de los militantes del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), de Beppe Grillo, que votaron otro candidato. “Si quiere ser el presidente de todos los italianos, que no permita la aprobación de algunas normas que están por ser aprobadas y que favorecen a Berlusconi”, dijo Riccardo Fraccaro, del M5S.

En el Parlamento, un prolongadísimo aplauso recibió la elección de Mattarella. Y sin duda también produjo un suspiro de alivio en muchos exponentes del gobierno y de las cámaras, después de la experiencia traumática de 2013 en la cual los partidos políticos no se pusieron de acuerdo sobre un candidato, poniendo al borde del caos a un país agotado por la crisis económica. Ante esta situación se le pidió en aquel momento a Napolitano que se quedara un tiempo más. Y pese a sus 88 años, el presidente aceptó pero aclarando que no cumpliría un nuevo período de siete años como establece la Constitución y renunció el pasado 14 de enero.

“Mi preocupación sobre todo son las dificultades y las esperanzas de nuestros conciudadanos. Es suficiente esto”, declaró Sergio Mattarella después de haber recibido la comunicación oficial de su elección por boca de la presidenta de la cámara, Laura Boldrini. Y como primer acto de “gobierno” –la asunción oficial recién será el martes– decidió dirigirse en su pequeño auto a rendir homenaje a las Fosas Ardeatinas, un lugar emblemático de Roma donde durante la Segunda Guerra Mundial los nazis –y en primera persona el capitán SS Erich Priebke, que vivió en la Argentina–, fusilaron 335 civiles por una represalia, la mayor parte de ellos judíos. “La alianza entre las naciones y los pueblos debe vencer al odio nazi, racista, antisemita y totalitario del cual este lugar es un símbolo –comentó el flamante presidente–. Europa unida sabrá derrotar a quien nos quiere arrastrar a una nueva estación del terror.”

“Estoy seguro de que sabrá cómo unir al país y representar a todas las instituciones. Su experiencia combinada con su rigurosa honestidad y ética le ha hecho ganar el aprecio de los italianos y de todo el mundo”, comentó quien fuera dos veces primer ministro del centroizquierda, Romano Prodi. Mensajes de buenos augurios le llegaron al flamante mandatario de los presidentes de toda Europa, entre ellos del ruso Vladimir Putin y del francés François Hollande. También el papa Francisco se hizo presente con un telegrama en el que le deseó “que pueda cumplir con su alta misión al servicio de la unidad y de la concordia del país”

Sergio Mattarella es el primer presidente proveniente de Sicilia, la isla que tanto ha dado que hablar desde principios del 900 por ser el lugar de origen de la mafia conocida como Cosa Nostra. Pero a diferencia de lo que algunos podrían suponer, en el mundo de la política italiana, cualquiera sea la tendencia, Mattarella es considerado un hombre recto, no corrupto y antimafioso.

Fue precisamente un hecho de mafia el que cambió su vida: el asesinato de su hermano mayor Piersanti, el 6 de enero de 1980, cuando era presidente de la Región Sicilia. Fue ese día, dicen los que lo conocen, que Sergio Mattarella decidió dedicarse a la política para combatir lo que se había llevado parte de su familia. Mattarella se recibió de abogado en la Universidad La Sapienza de Roma y luego fue profesor de jurisprudencia de la Universidad de Palermo, en Sicilia, trabajo que dejó en 1983 cuando fue elegido diputado.

El flamante presidente italiano militó en el ala izquierda de la Democracia Cristiana en un primer momento y, cuando este partido cayó en total desgracia a causa de la campaña judicial anticorrupción conocida como Manos Limpias en la década del ’90, pasó a formar parte de la formación que le sucedió, el Partido Popular Italiano, y luego a la Margherita, un grupo de centroizquierda. Finalmente se acercó a la coalición que precedió al Partido Democrático (PD), el Olivo, nacido de la alianza de grupos de centroizquierda, católicos progresistas y militantes comunistas. Es considerado uno de los fundadores del PD, el partido del primer ministro Renzi. Pero Mattarella, asegura la prensa, es exactamente lo contrario de Renzi: evita las cámaras, habla en voz baja, es discreto y prudente.

Mattarella fue diputado de distintos partidos entre 1983 y 2008 y también ministro de distintos gobiernos. Pero se recuerda sobre todo uno, el del primer ministro Giulio Andreotti (DC), al que renunció en 1990 porque Andreotti hizo aprobar una ley que prácticamente legalizaba definitivamente los tres canales de televisión de Silvio Berlusconi. Su explicación fue que esa ley violaba una norma de la entonces Comunidad Europea contra el monopolio informativo. Bajo el gobierno de Massimo D’Alema (Olivo, 1998-2000) fue ministro de Defensa, aprobando la abolición del servicio militar obligatorio, pero también la intervención de la OTAN en Kosovo (ex Yugoslavia), lo que le dio cierto reconocimiento a nivel internacional. Mientras estaba en el Parlamento, Mattarella elaboró una ley electoral que lleva su nombre, el Mattarellum. En 2011 fue designado juez de la Corte Constitucional, cargo que de-sempeñó hasta ayer.

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