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El mundo|Lunes, 9 de febrero de 2015
El premier griego, Alexis Tsipras, anunció un programa de ayuda para hacer frente a la crisis

Ayuda humanitaria y recontratación

Las primeras medidas que se pondrán en marcha a partir del miércoles incluyen electricidad gratuita y pleno acceso a la salud para los griegos más castigados por la recesión. También la reincorporación de los empleados públicos despedidos.

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“Sin reformas del Estado, no conseguiríamos nada, ni con el mejor acuerdo para la deuda”, dijo Tsipras.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, lanzó un programa de ayuda inmediata con el que pretende campear la crisis humanitaria y recontratar a empleados públicos despedidos injustamente. Las primeras medidas que se pondrán en marcha a partir del miércoles incluyen ayuda alimentaria, electricidad gratuita y pleno acceso a salud para los griegos más castigados por la crisis, adelantó el premier. “Sin reformas del Estado, no conseguiríamos nada, ni con el mejor acuerdo para la deuda”, subrayó al comienzo de una larga enumeración de los planes de su gobierno, entre los que recalcó como máxima prioridad la lucha contra el clientelismo y la corrupción.

“Dentro de seis meses habremos concluido la primera parte de estas reformas. Recortaremos los privilegios de los ministros y de los diputados, reduciremos los ejércitos de consejeros, eliminaremos la mitad de los coches de los ministerios y los venderemos junto con uno de los tres aviones del gobierno”, dijo. Y agregó que pedirá a la presidenta del Parlamento eliminar el privilegio de los diputados de disponer de coche. Además, el gobierno reducirá en un 30 por ciento su personal en la sede de gobierno y en un 40 por ciento las escoltas del primer ministro. “Y esto no es sólo simbólico, es porque es necesario que los policías estén en los barrios para la seguridad de los ciudadanos”, recalcó.

Tsipras aprovechó la presentación de su plan de gobierno en el Parlamento para reiterar que Grecia quiere pagar su deuda externa, pero que si la Unión Europea desea lo mismo debe sentarse a negociar el modo, porque Syriza tiene mandato para terminar con el plan de austeridad y no para prorrogarlo. Por lo demás, al principio mismo de su discurso, el mandatario heleno aclaró que los objetivos principales de su gobierno incluyen, ante todo, recuperar la soberanía, restaurar la igualdad entre los países de Europa. El líder de izquierda empezó su alocución, que duró menos de dos horas y empezó poco antes de las 20, hora de Atenas (15 de Buenos Aires), declarándose consciente de las dificultades y responsabilidades que encara. Tras advertir que el esfuerzo para reconstruir el país será largo y dependerá del apoyo popular, el joven gobernante afirmó que “después de cinco años de la barbaridad del ajuste, nuestro pueblo no lo tolera más”. Luego detalló una batería de medidas que se aplicarán en lo inmediato con el objetivo de empezar a resolver la crisis humanitaria que aqueja a su país tras cinco años de austeridad neoliberal, y será la prioridad de su gobierno desde la mañana del miércoles, cuando venza el plazo del Parlamento para aprobar el programa presentado ayer.

En buena parte de su discurso, Tsipras habló de la oposición presentada por los principales países europeos para que Grecia abandone el programa de ajuste que en cuatro años hizo caer el Producto Bruto Interno griego en 25 por ciento y elevó a ese mismo porcentaje la tasa de desocupación. Su gobierno, dijo, quiere respetar sus obligaciones hacia el Tratado de Estabilidad europea, pero la austeridad no forma parte de ese tratado. “Grecia quiere pagar su deuda. Si nuestros socios quieren lo mismo, entonces siéntense a la mesa y discutamos”, dijo. Como en otros momentos de su discurso, señaló en ese plano: “No negociamos nuestra soberanía nacional, no negociamos el mandato del pueblo”.

“Si nos ponemos de acuerdo en que la austeridad fue desastrosa –continuó–, la solución se alcanzará por medio de negociaciones, la deuda griega llegó al 180 por ciento del PBI y así no se la puede pagar”, aclaró. Por lo tanto, explicó que Syriza pide un programa puente hasta concluir las negociaciones para elaborar conjuntamente un programa de crecimiento. Una vez acordado ese puente, hizo notar que ya habrá temas como el de la deuda que puedan negociarse después dentro de un nuevo contrato entre Grecia y la UE que respetará las reglas de la Eurozona, pero no incluirá superávit irrealizables, que son el otro rostro de la austeridad.

Tras recomendar a Europa no repetir errores del pasado, Tsipras pasó a detallar diversos aspectos de su plan de gobierno. Aseguró que las personas cuyos despidos violaron la leyes laborales –como es el caso del personal de limpieza de los ministerios, guardias escolares y funcionarios de universidades– regresarán a sus puestos de trabajo. También afirmó que ese sector público será reformado profundamente.

El nuevo líder heleno habló de un conjunto de medidas dirigidas a terminar con la evasión impositiva y anunció que dio instrucciones a la brigada de delitos financieros para que investigue las listas de grandes depositantes. En el ámbito de la comunicación social, confirmó que Syriza va a crear una nueva radiodifusión pública y generará un nuevo régimen de licencias transparente. Agregó que el tema inmigratorio –aspecto en el que difiere de sus socios conservadores– será objeto de cuidado especial, y que la primera medida será otorgarles ciudadanía a todos los hijos de padres inmigrantes que vivan en territorio griego.

Asimismo, sostuvo que la competitividad de la economía griega no puede depender de los bajos salarios y la ausencia de derechos. Su gobierno, dijo, promoverá la innovación y la alta tecnología, pero además con ayuda de la Organización Internacional del Trabajo restaurará las convenciones paritarias. Cerca del final de su intervención, dijo que las negociaciones con sus socios de la UE deberán terminar en un acuerdo, porque cuando los objetivos fiscales son muy restrictivos generan deflación y recesión. Sobre este punto, Tsipras mostró los logros de sus viajes por Europa y los de su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis: “Necesitamos un programa que no se concentre sólo en los déficit, cosa en la que concuerdan nuestros socios de Italia y Francia”.

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