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Cuba y Estados Unidos retoman un contacto en el que se espera que acerquen posiciones en pos del restablecimiento de sus relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas de cara a la Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en abril. La secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, viajó a La Habana para iniciar hoy una nueva ronda de diálogos con su contraparte, la directora para Estados Unidos del Ministerio cubano de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, conversaciones que podrían prolongarse por varios días. Aunque se trata de una ronda crucial, porque en esta instancia deben solucionarse temas pendientes que hasta ahora entorpecían la apertura de embajadas, no deben esperarse grandes anuncios, según advirtieron desde el Departamento de Estado norteamericano.
En el camino hacia la normalización de sus relaciones, Cuba y Estados Unidos tratan ahora de salvar discrepancias en cuanto a las formalidades y aspectos técnicos para la reapertura de las respectivas embajadas, cerradas desde 1961. Las partes deben llegar a un acuerdo en cuanto a la cuota de representantes diplomáticos acreditados y su libertad de movimiento por todo el país, la eliminación de restricciones en la valija diplomática, a lo que Cuba se resiste bajo el argumento de que Washington utiliza esa vía para introducir equipos sospechosos, tales como radios satelitales.
Estados Unidos reclama libre entrada a su sede diplomática, fuertemente custodiada por un cinturón de policías cubanos que exigen identificación a los visitantes y explicaciones sobre los motivos de su visita. “Las diferencias técnicas entre ambas partes sobre las embajadas son reconciliables, pero van a requerir una voluntad de colaboración respetuosa que hasta hace poco no había caracterizado los contactos oficiales entre Cuba y Estados Unidos”, precisó el director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad de Florida, Jorge Duany.
El experto consideró que en la ronda de conversaciones se lograrán avances significativos para restaurar las relaciones diplomáticas, aunque ambas delegaciones tendrán que hacer concesiones para poder cumplir con su cometido.
Un tema crucial para la parte cubana en el proceso de diálogo tiene que ver con que se desvincule a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, en la que figura desde 1982. Los negociadores norteamericanos son conscientes de la importancia de ese tema para no comprometer el restablecimiento de relaciones, “La decisión no se puede tomar de la noche a la mañana porque el Departamento de Estado debe evaluar cuidadosamente si Cuba ha apoyado actos de terrorismo internacional en los últimos seis meses”, explicó Duany.
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