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El mundo|Sábado, 9 de mayo de 2015
ARRANCO LA CAMPAÑA PARA LAS ELECCIONES REGIONALES EN ESPAÑA

Prueba para el bipartidismo

Dentro de dos semanas, los comicios decidirán si el partido de Rajoy continúa o no con su mayoría absoluta y si el Partido Socialista sigue siendo la segunda fuerza, tras la irrupción de nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos.

Por Flor Ragucci
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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en el arranque de la campaña ayer en Madrid.

Desde Barcelona

Pistoletazo de largada para la vertiginosa carrera electoral que este año se juega en España. El viernes arrancaron los quince días de campaña previos a las votaciones regionales y municipales del 24 de mayo, unos comicios que podrían cambiar completamente el color político del país y de los que, en buena medida, dependen los resultados de las presidenciales que se celebran en noviembre.

La tradicional pegada de carteles nocturna que los candidatos llevaron a cabo el jueves a la medianoche dio comienzo a una campaña que se sigue con mucha más expectación de lo habitual. La irrupción de nuevos partidos que amenazan con romper el bipartidismo instaurado desde la llegada de la democracia y el constante goteo de casos de corrupción que salpica, principalmente, al Partido Popular (PP) hacen de estas elecciones un terreno de juego movedizo, en el que nadie sabe lo que puede pasar. Justo un día antes del arranque de campaña, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sorprendía con la publicación de una encuesta que vaticinaba, por un lado, el triunfo del partido de Mariano Rajoy con una ajustada ventaja sobre los socialistas en los comicios generales y, por otro, la pérdida de la mayoría absoluta de los populares en las urnas regionales de mayo.

Los resultados del estudio dispararon los análisis y las elucubraciones acerca del futuro político de España y toda clase de lecturas inundó los medios, desde el festejo por la supuesta victoria del PP hasta el festejo por su supuesta caída. Pero si hay algo en lo que todos los analistas coinciden es en que estas elecciones autonómicas pueden significar el fin del gobierno de mayorías absolutas de la agrupación de Rajoy. Según el CIS, los populares perderían la mayoría absoluta en siete de las ocho comunidades autónomas donde la tienen –sólo la conservarían, y por uno o dos escaños, en Castilla y León–, a la vez que dejarían de ser la primera fuerza política en favor del Partido Socialista (PSOE) en Extremadura y Castilla-La Mancha. Tampoco obtendrían la mayoría absoluta en

sus tradicionales feudos, Madrid o Valencia, donde los últimos escándalos de corrupción que envolvieron a sus autoridades parecen pasarles factura.

La encuesta dibuja un mapa político en el que todos los gobiernos regionales van a necesitar pactos entre dos o más partidos para conformar mayorías estables y el PP, que hasta ahora se bastaba a sí mismo para ejercer el poder, empieza a depender de una formación emergente que está arrasando en los últimos sondeos: Ciudadanos. El partido que lidera el catalán Albert Rivera, dada su cercanía ideológica con el grupo de Rajoy, pasó a convertirse en indispensable para que los populares puedan seguir desarrollando sus políticas neoliberales y es, desde hace aproximadamente tres meses, la agrupación que, con Podemos, se disputa el tercer puesto en la política española. La apuesta por el “cambio sensato”, frente a los planteamientos rupturistas del partido de Pablo Iglesias, es el lema principal de Rivera y sus candidatos, además de un fuerte hincapié en la bajada de impuestos y la lucha contra la corrupción.

Mariano Rajoy, en el último acto de precampaña que dio en Málaga, hizo acuse de recibo de las innumerables especulaciones sobre sus futuros pactos con Ciudadanos y alertó: “No nos presentamos para hacer coaliciones de cuatro o cinco fuerzas”. El presidente del gobierno confía en que su discurso de recuperación económica cale en el electorado y evita toda referencia a la corrupción que sacude a su partido desde las bases hasta la cúpula. Rajoy centrará la campaña de estos quince días en la férrea defensa de su agrupación como “garantía de estabilidad” y como “primera fuerza política” en los comicios generales, de acuerdo a lo publicado por el CIS.

Mientras el PP enarbola la estabilidad como bandera, el resto de partidos sabe que en el cambio está la clave. Ciudadanos aboga por “el cambio sensato”, el Partido Socialista dice representar “el cambio seguro” y Podemos sigue persiguiendo un cambio “ahora”. Pedro Sánchez, líder del PSOE, pidió en Madrid –donde arrancó la campaña– el voto a los colectivos que juzga más castigados por los recortes del PP y afirmó que sale “a ganar”, alentado por los buenos augurios de la última encuesta que lo recolocan en la segunda posición, luego de que Podemos amenazara con sacarle ese puesto. Los datos arrojados por el CIS este jueves indican que el PSOE se mantendría como primera fuerza de la izquierda en doce de las trece autonomías donde habrá elecciones el 24 de mayo y, sólo en Navarra, Podemos obtendría ese lugar hegemónico.

El grupo encabezado por Pablo Iglesias, al que los anteriores sondeos le pronosticaban un ascenso imparable, atraviesa ahora momentos difíciles, tanto por los números poco alentadores de las últimas encuestas como por la dimisión –la semana pasada– del que fuera cofundador del partido y coordinador del programa, Juan Carlos Monedero. En algunas comunidades, como Castilla-La Mancha por ejemplo, Podemos fue alcanzado o superado por Ciudadanos, mientras que en muchas otras mantienen porcentajes de voto similares. En los quince días de intensa campaña que quedan hasta las elecciones, el partido izquierdista procurará recuperar el alto seguimiento que obtuvo en los comicios europeos aunque el propio Iglesias asegura que su meta consiste en ganar las generales del próximo noviembre. “Nos parece muy meritorio las medallas de plata y las de bronce, y si así lo quieren los ciudadanos, lo asumiremos, pero salimos a intentar ganar al PP”, recalcó el secretario general de Podemos durante la pegada de carteles con la que emprendió su campaña en la ciudad de Madrid.

Por su parte, Izquierda Unida, aunque a la baja por haber sido desplazada como tercera fuerza por Podemos y Ciudadanos, mantendría –según los datos del CIS– escaños en Madrid, Aragón, Navarra y Asturias y su secretario de Organización, Adolfo Barrena, asegura que la coalición no se rinde: “No nos desanimamos, esto es un clásico en IU: luchar y perseverar”.

A nivel municipal –las elecciones de este 24 de mayo decidirán también el gobierno en las ciudades–, el escenario es muy parecido al que se plantea a nivel regional. Los sondeos revelan que el PP perdería la mayoría absoluta en casi todos los municipios en los que la logró en 2011 y necesitaría a Ciudadanos para continuar con el mando. En Madrid y Zaragoza, en cambio, las plataformas ciudadanas agrupadas en torno de las ideas de Podemos –aunque sin llevar su marca– superan en intención de voto a los socialistas, que dejarían de ser la primera fuerza de la izquierda, y en Barcelona, la coalición que lidera Ada Colau (impulsora del movimiento antidesahucios), y a la que apoya abiertamente Pablo Iglesias, le arrebataría, según la encuesta, la intendencia a los conservadores.

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