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El mundo|Jueves, 4 de junio de 2015
Los rebeldes controlan el este de Ucrania y combaten con el gobierno en un suburbio de Donetsk

Una guerra que no terminó con el alto el fuego

La aparente ofensiva rebelde plantea nuevas preguntas sobre el compromiso del lado separatista con el acuerdo de Minsk. Hay fuertes indicios de que Rusia utilizó el alto el fuego como una oportunidad para re-equipar y ayudar a los separatistas.

Por Oliver Carroll *
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Bomberos apagan las llamas en un mercado de Donetsk bombardeado durante la ofensiva rebelde contra el ejército ucraniano.

Desde Kramatorsk

Para Liudmilla Petrovna, de 65 años, la mañana del miércoles comenzó abruptamente. Residente de Marinka, el suburbio más occidental de Donetsk que había permanecido bajo el control del gobierno ucraniano, Petrovna fue despertada por el sonido de la artillería justo después de las 4 de la mañana. Muchas horas después, ella permaneció en el sótano, sin agua ni electricidad, y asustada. “Hay tanques en la calle y no tengo ni idea de quién son”, le dijo a The Independent.

Anoche hubo un desacuerdo sobre quién controlaba ahora el suburbio, que previamente era la única parte de Donetsk que no estaba en manos de los rebeldes. Andriy Lysenko, un portavoz militar de Ucrania, insistió en que un ataque rebelde apoyado por Rusia se había repelido con éxito. Pero Yevgeniy Deidei, ex comandante de la Kyiv-1, batallón del gobierno con base allí, dijo que hasta un 70 por ciento de Marinka estaba ahora bajo control de los rebeldes, con algunas bajas. Pero el ministro de Defensa rebelde, Vladimir Kononov, sugirió que los rebeldes habían tomado toda Marinka sin luchar, a raíz de un “retiro voluntario” rival.

Seguramente había habido un empuje significativo desde el lado rebelde en la mañana, lo que representa la más grave violación de los llamados de alto el fuego de la región desde febrero, cuando soldados ucranianos rodeados lucharon para salir de la ciudad estratégica de Debáltsevo. Si bien hubo un notable incremento en la actividad militar en las últimas semanas, que se había limitado principalmente a batallas con armas de fuego e intercambio de mortero, sin que se haya informado de cambios territoriales significativos. La batalla de ayer cambió eso.

Pavel Omelchenko, jefe de prensa de 28 Guardias Brigada Mecanizada de Ucrania, con sede en Marinka, le dijo a The Independent que los soldados ucranianos habían enfrentado a una fuerza de combate de gran tamaño. Afirmó que el enemigo había desplegado hasta 10 tanques y 1000 soldados de infantería en la batalla. “Usaron todo lo que tenían a su disposición, incluyendo cohetes Grad, obuses de artillería y otros, todos prohibidos por el acuerdo de Minsk”, dijo. Omelchenko, que no estaba en Marinka, afirmó que los soldados de la brigada 28 se “mantienen en sus posiciones”.

El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo anoche que estaba inquieto por los informes de ataques combinados rusos y separatistas en el este de Ucrania, que siguieron a la creciente evidencia de que Rusia había utilizado el supuesto alto el fuego para fortalecer las fuerzas separatistas. “Rusia tiene la responsabilidad directa de prevenir estos ataques y de implementar un alto el fuego”, dijo un portavoz.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, culpó la nueva lucha a “provocaciones” por las fuerzas armadas de Ucrania y dijo que Moscú estaba profundamente preocupada por el bombardeo de civiles allí. Se informó que al menos 15 combatientes y civiles murieron en los enfrentamientos de ayer, algunos por indiscriminados bombardeos. La semana pasada, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que era un delito, bajo la ley rusa, reportar las muertes de miembros de las fuerzas armadas del país en tiempos de paz, un movimiento aparentemente destinado a suprimir las noticias acerca de las fuerzas especiales y otros agentes muertos en el este de Ucrania.

La aparente ofensiva rebelde plantea nuevas preguntas sobre el compromiso del lado separatista al acuerdo de Minsk, destinado a poner fin a la lucha y dar lugar a la retirada de las armas pesadas. Hay fuertes indicios de que Rusia utilizó el alto el fuego como una oportunidad para re-equipar y ayudar a reorganizar a los separatistas pro Moscú.

En declaraciones a The Independent, cinco días antes de la ofensiva en Marinka, el cosaco Ataman Andrei Kozyr reveló que los rebeldes en Luhansk, otra importante ciudad perdida por el gobierno de Ucrania, fueron sometidos a una consolidación militar masiva el mes pasado. Un cuartel ahora coordina las acciones de todas las divisiones separadas, dijo. Las divisiones ahora están subordinadas a ese comando militar; aquellos que resistieron fueron desarmados. “Cualquier soldado entiende por qué esto es necesario”, dijo.

La profesionalización del ejército rebelde en Luhansk fue confirmada por otro soldado rebelde. Ayo Beneth, de nacionalidad letona ahora luchando en una división de artillería rebelde, dijo que desde febrero habían aparecido los nuevos y “muy experimentados” instructores. Dijo que los soldados no habían perdido su afán por la lucha, pero entendían la necesidad de paciencia. No esperaban grandes operaciones: “Nos han dicho que el plan es tomar el resto de las regiones de Luhansk y Donetsk poco a poco, para que Occidente no se dé cuenta”, dijo.

La semana pasada, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko dijo que estaría obligado a introducir la ley marcial donde se violara el alto el fuego o se cruzaran las actuales líneas de demarcación, y ambas cosas parecen haber ocurrido. Bajo la nueva legislación, la ley marcial significaría un mayor control estatal de los medios de comunicación, la economía y las organizaciones políticas, introduciendo toques de queda.

Yuri Lutsenko, presidente del grupo parlamentario de Poroshenko, dijo que el presidente también estaba dispuesto a intensificar el bloqueo económico de las zonas controladas por los rebeldes. “No se puede matar a los soldados ucranianos y comer salchichas ucranianas al mismo tiempo”, le dijo Lutsenko a los periodistas de la televisión ucraniana.

Restricciones al transporte de mercancías han estado en funcionamiento durante tres semanas en Luhansk y pronto se extenderá a la vecina Donetsk, dijo Lutsenko. El bloqueo económico de Ucrania ha sido impopular entre los que viven en las zonas controladas por los rebeldes: los precios se han duplicado o triplicado en poco tiempo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12

Traducción: Celita Doyhambéhère

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