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El mundo|Miércoles, 24 de junio de 2015
La NSA pinchó teléfonos de los últimos tres presidentes

Espiaban a los franceses

Algunos de los cables revelados por Wikileaks muestran conversaciones entre altos funcionarios franceses sobre algunos de los temas más relevantes para su país y la comunidad internacional, incluyendo la crisis financiera global.

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Sarkozy, uno de los presidentes espiados, junto a su esposa Carla Bruni durante una visita a EE.UU. en 2009.

Wikileaks reveló que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), el mayor organismo de espionaje de Estados Unidos, pinchó los teléfonos de los últimos tres presidentes franceses, desde 2006 a 2012. A casi dos años de que el ex espía estadounidense Edward Snowden revelara que la agencia norteamericana espió durante años a la canciller alemana, Angela Merkel, y a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el portal del activista Julian Assange denunció que Washington hizo lo mismo con Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande.

La NSA pinchó las comunicaciones de los últimos tres mandatarios galos, pero también a colaboradores próximos, como diplomáticos o jefes de gabinete, y había reunido los documentos obtenidos de esas escuchas bajo el epígrafe Espionaje Elíseo. Los documentos de Wikileaks sobre este asunto incluyen cinco informes de análisis de la NSA destinados a los agentes de los servicios secretos estadounidenses y dos de ellos también a los países con los que Washington tiene una alianza particular en ese terreno: Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido. Los cinco documentos publicados están clasificados como “secretos” y con contenido de “inteligencia especial”, y algunos también tienen las siglas que indican que es un “material altamente sensible”, producto del “espionaje de redes” y que no debe ser compartido con países extranjeros. Algunos de los cables revelados muestran conversaciones entre altos funcionarios franceses sobre algunos de los temas más relevantes para su país y la comunidad internacional, incluyendo la crisis financiera global, la deuda griega. Sobre este tema, uno de los cables, fechado el 22 de mayo de 2012, se concentró en una reunión secreta que había mantenido cuatro días antes el entonces recién asumido Hollande y su par alemana, para discutir la crisis económica del país heleno. “Hollande concluyó que la canciller estaba obnubilada por el ‘pacto presupuestario’ y, sobre todo, por la misma Grecia a la que dejó caer”, opinó el autor del informe de análisis de la NSA, en referencia a la intransigencia que demostró Berlín ante los pedidos de Atenas de reestructurar su deuda externa y salir de las políticas de ajuste. Además, el texto, que se basa en una conversación telefónica entre el mandatario y el entonces primer ministro, Jean-Marc Ayrault, sostuvo que el actual presidente francés dijo que la reunión secreta “fue sólo un show”, ya que esta última “no cederá nada”.

Otro de los temas revelados en los cables son el liderazgo y futuro de la Unión Europea (UE), además de los esfuerzos de París por involucrarse en el conflicto en Palestina.

El fundador de Wikileaks agradeció al diario Libération y el portal Mediapart, ambos franceses, por ayudar al sitio a sacar la historia a la luz. “El pueblo francés tiene derecho a saber que el gobierno elegido está sujeto a la vigilancia hostil por parte de un supuesto aliado”, escribió Assange en su sitio.

Por su parte, el presidente francés anunció a través de un comunicado oficial que convocó a un Consejo de Defensa para hoy a primera hora de la mañana para “evaluar la naturaleza” de estas informaciones y “sacar conclusiones útiles”. Sin embargo, le será difícil al Ejecutivo francés, al menos al ex presidente Sarkozy, ya que otro de los documentos publicados ayer y fechado el 24 de marzo de 2010, demuestra que el ex mandatario sabía que Estados Unidos lo espiaba. Este informe se basa en una conversación entre el entonces embajador francés en Washington, Pierre Vimot, y el principal consejero diplomático de Sarkozy, Jean-David Levitte, sobre la agenda que impulsaría el entonces presidente durante su próxima visita a Barack Obama en esa ciudad estadounidense. “El presidente expresará su frustración por la decisión de Washington de desandar el acuerdo de cooperación bilateral de inteligencia y tiene la intención de seguir insistiendo para que se cumpla. Tanto Vimot como Levitte entienden que el principal punto de fricción es que Estados Unidos quiere seguir espiando a Francia”, explicó el texto. Según el diario Libération, la NSA interceptó llamadas telefónicas hechas desde dentro del Palacio del Elíseo, durante más de seis años, a través de una unidad especial de espionaje, instalada en la Plaza de la Concordia, entre los Jardines de las Tullerías y los Campos Elíseos. Además de ser uno de los lugares favoritos de los turistas en París, esta ubicación también es estratégica porque se encuentra a apenas unos cientos de metros del Palacio Presidencial, de la Asamblea Nacional, de los ministerios del Interior, de Justicia y la Cancillería, y de varias embajadas, incluida la estadounidense.

Por su parte, la diputada del Frente de Izquierda galo Raquel Garrido fue una de las primeras en reaccionar ante la revelación del espionaje masivo contra el Palacio del Elíseo, y desde las redes sociales pidió que el gobierno “convoque a la embajadora de Estados Unidos y suspenda las negociaciones comerciales” con ese país. “En síntesis, hacerse respetar”, sentenció la diputada, en referencia a las negociaciones para sellar una Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión entre Washington y el bloque europeo.

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