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El mundo|Jueves, 25 de junio de 2015
El senador petista Lindbergh Farias habla sobre la situación política venezolana

“Hay que fomentar el diálogo en Caracas”

Una misión parlamentaria encabezada por el PT de la presidenta Dilma Rousseff inicia hoy una visita a Venezuela para enmendar el estrago diplomático causado hace una semana por el opositor Aécio Neves.

Por Darío Pignotti
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“Ellos armaron un show para causar un problema diplomático entre nuestros gobiernos”, afirma Farias.

Página/12 En Brasil

Desde Brasilia

Una misión parlamentaria encabezada por el PT de la presidenta Dilma Rousseff inicia hoy una visita a Venezuela para enmendar el estrago diplomático causado hace una semana por el cabecilla de la oposición Aécio Neves, que denunció haber sido hostilizado por una “turba” chavista y recomendó la expulsión de Caracas del Mercosur.

“Hay que fomentar el diálogo en Venezuela, no podemos ignorar que en ese país se vive una situación capaz de desembocar en una guerra civil que repercutiría en la región. Estamos frente a un problema que afecta a Brasil, a Colombia, a Argentina” declaró el senador petista Lindbergh Farias entrevistado por Página/12.

“Estamos yendo a Venezuela como delegación oficial del Senado brasileño, no repetiremos lo que hizo el grupo comandado por Neves, ellos llevaron más gasolina a un país que vive una situación explosiva, nosotros no alimentaremos más el fuego, vamos como bomberos porque no somos incendiarios.” La delegación esperaba llegar anoche a Caracas y empezar a reunirse hoy con todas las partes, es decir, la oposición y el gobierno; y, según Lindbergh, podría haber una reunión con el presidente Nicolás Maduro. “Respetamos el trabajo de la comisión facilitadora de Unasur, donde hay tres gobiernos y uno es el de Brasil, que ya ha logrado avances importantes.” Lindbergh Farias aclara: “Cuando digo que nos encontraremos con la oposición me refiero a los moderados como el gobernador del estado de Miranda Henrique Capriles, no vamos a reunirnos con golpistas”.

“¿A quiénes incluye en esa denominación?”, preguntó este diario. “A la gente de Leopoldo López (preso que acaba de levantar la huelga hambre) y María Corina Machado, ellos son los impulsores del movimiento insurreccional La Salida, para levantarse contra el gobierno elegido. Son gente que instigó las manifestaciones violentas del año pasado con 43 personas muertas. López y Machado ya habían apoyado el golpe contra Hugo Chávez en (abril de) 2002.”

Corina Machado fue la anfitriona de Neves y sus correligionarios la semana pasada cuando la camioneta que ocupaban fue rodeada por defensores del gobierno cerca del aeropuerto International Maiquetía. El candidato presidencial derrotado en 2014 Neves afirmó, al regresar a Brasilia, que esos hechos “confirman que en Venezuela no hay democracia”.

A raíz del incidente, el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño emitió una nota de repudio en tono severo, aunque no convocó a su embajador en Venezuela, lo que hubiera estresado las relaciones entre el Planalto y Miraflores.

“Ellos armaron un show para causar un problema diplomático entre nuestros gobiernos contando los hechos de una forma exagerada. No es verdad que la camioneta fue asediada y los senadores que estaban adentro corrieron un riesgo serio. La gente les gritaba que se vayan, y es lógico que griten esto porque ese grupo estaba inmiscuyéndose en los asuntos internos de Venezuela. Ellos no fueron a hablar con todas las partes, sólo con los golpistas”, acusa Farias, quien antes de embarcar hacia Caracas mantuvo un encuentro con miembros del Ministerio de Exteriores.

La presidenta Rousseff fue informada por el canciller Mauro Vieira de los incidentes ocurridos el jueves pasado durante la incursión caribeña de los congresistas opositores.

“La verdad es que fue un viaje muy corto, estuvieron pocas horas y se volvieron enseguida, lo que querían era hacer un escándalo porque ni siquiera llegaron hasta la cárcel donde está López”, acota Farias.

Según trascendió, Dilma se disgustó con la provocación de Neves, pero no formuló declaraciones al respecto. Ella había manifestado su respaldo a la solución negociada en Venezuela durante la cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) y la Unión Europea realizada hace un mes en Bélgica. Allí avisó que su gobierno no consentirá un quiebra del orden institucional, mientras su canciller reiteraba el interés (casi impaciencia) brasileño en que se convoque a elecciones parlamentarias.

En ese sentido, el senador Farias ponderó como “un dato importante el hecho de que el gobierno del presidente Maduro haya anunciado la realización de elecciones para el próximo 6 de diciembre”.

Brasilia se ha convertido en uno de los vértices del polígono diplomático (en el que también están Washington, Madrid, Miami y Quito como capital de Unasur) formado alrededor de la crisis venezolana agravada desde principios de 2014, cuando las huestes de López y Machado instaron a la insurrección. Por la capital brasileña pasaron en los últimos meses Machado, las esposas de los detenidos López y Antonio Ledezma (con prisión domiciliaria), el titular del Poder Ciudadano, Tarek William Saab, y el vicepresidente Diosdado Cabello, considerado el número dos del sistema de poder venezolano. Cabello fue recibido por Dilma en Brasilia y por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en San Pablo hace diez días. Poco después, el vicepresidente se reuniría con el diplomático norteamericano Thomas Shannon (ex embajador en Brasil) en Haití, conversación que habría descomprimido la tensión entre Washington y Caracas. Tanto que Maduro se mostró satisfecho por los avances logrados en esa charla, denostada por el senador Marco Rubio, de Florida, estado considerado un fortín de los radicales que apoyan La Salida desestabilizadora.

No se descarta que la coyuntura venezolana esté entre los asuntos que analizarán Dilma y su colega Barack Obama la semana próxima en Washington. Las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela por ser una “amenaza” a su seguridad fueron criticadas durante el V Congreso del PT en el que participaron Dilma y Lula, a principios de junio. Junto a la defensa de Venezuela como miembro pleno del Mercosur hubo cuestionamientos hacia la “posición artera” de quienes pujan por una integración regional nostálgica del Area de Libre Comercio para las Américas, abortado en 2005 durante la Cumbre de las Américas de Mar del Plata.

La “oposición neoliberal” le hace el juego a la Casa Blanca al inclinarse por “la firma de acuerdos de libre comercio” y una integración hemisférica “subordinada a Estados Unidos” que minarían al Mercosur, planteó Mónica Valente, secretaria de Relaciones Internacionales del PT.

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